Tesla tiene previsto arrancar esta misma semana la comercialización de una versión del Tesla Model 3 que superará los 600 kilómetros de autonomía bajo el ciclo de homologación chino, ligeramente más condescendiente que el europeo WLTP.
Se trata de una versión de Gran Autonomía que se producirá en China (en la Gigafactory de Shanghái) y, de momento, destinada al mercado local que acompañará a la variante básica, cuyo rango entre cargas es de unos 450 km.
Aunque por el momento se desconocen los detalles con carácter oficial, fuentes de la marca han explicado a Bloomberg que el rango entre cargas de esta variante se disparará hasta los 650 km, mientras que Reuters no ofrece una cifra concreta más allá de hablar de rebasará los 600 km.
Por su parte, Electrek reveló el pasado mes de febrero que el nuevo Tesla Model 3 para China es la versión de tracción trasera que se dejó de vender en Estados Unidos. Esta se compone de un único motor en lugar de los dos de la versión AWD, lo que aligera el peso del vehículo y podría explicar el aumento de vida entre cargas.
El primer Tesla Model 3 'made in China', cuyas primeras entregas se efectuaron finales de 2019, tiene un precio de partida de 323.800 yuanes (unos 42.200 euros al cambio actual), mientras que la nueva variante más prestacional se prevé parta desde los 350.000 yuanes (unos 45.600 euros), aunque el coste definitivo no se ha determinado aún.
En cualquier caso, ambas versiones estarán exentas del 10% de impuestos con los que el Gobierno chino grava el precio de los automóviles después de que en 2019 el ministro de industria del país asiático incluye los coches de la firma de Palo Alto en la lista de excepciones.
El Tesla Model 3 aterriza en un escenario complejo por el coronavirus
La noticia se conoce, no obstante, en un contexto poco halagüeño para la industria automotriz en general como consecuencia de los parones de producción y la caída de ventas causados por el coronanavirus.
En el caso concreto de Tesla en China, el número de vehículos registrados se ha reducido durante dos meses consecutivos en un marco en el que el mayor mercado del automóvil ha caído en picado por la pandemia.
Todo ello tras cerrar 2019 como el peor año de comercializaciones desde 1992, convirtiéndose en el segundo curso consecutivo con tendencia a la baja, fruto de la guerra comercial con Estados Unidos unido a la pobre demanda de los consumidores chinos.
Sin embargo, la tesitura más reciente parece dibujar un horizonte algo más optimista después de que las fábricas de coches hayan reanudado su actividad paulatinamente en China y en Wuhan, epicentro del coronavirus, en lo que es una muestra más de el país asiático considera haber derrotado ya al COVID-19.
Asimismo, en lo que concierne a la macrofábrica de Tesla en Shangái, la actividad se retomó el pasado 10 de febrero y ya ha superado la capacidad de producción que tenía antes del cierre: más de 3.000 coches a la semana.
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