La batalla contra Tesla ya es asunto de Estado: hay agentes del FBI dedicados en cuerpo y alma a acabar con el "terrorismo doméstico" contra la marca de Elon Musk

La batalla contra Tesla ya es asunto de Estado: hay agentes del FBI dedicados en cuerpo y alma a acabar con el "terrorismo doméstico" contra la marca de Elon Musk
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Concesionarios vandalizados, supercargadores reventados, coches destrozados... EEUU quiere poner freno con mano dura a la escalada de odio contra Tesla y Elon Musk. El FBI ha pasado a calificar estos actos vandálicos de "terrorismo doméstico" y ha creado un departamento específico para dar caza a los que perpetren ataques contra Tesla. "Serán perseguidos con todo el peso de la Ley".

No solo violentos: también está en el punto de mira el movimiento 'Tesla Takedown', que ha convocado nuevas manifestaciones masivas para este fin de semana. En su web, tildada de anarquista por el Ejecutivo, promueve actos de protesta pacíficos, como vender acciones de Tesla para mermar la fortuna del hombre más rico del mundo. Mientras, el Gobierno de Trump pide justo lo contrario.

"El FBI será implacable en su misión de proteger al pueblo estadounidense"

"Se acabaron los días de cometer delitos sin consecuencias. Que esto sirva de advertencia: si se unen a esta ola de terrorismo doméstico contra las propiedades de Tesla, el Departamento de Justicia los pondrá tras las rejas", advirtió la semana pasada la Fiscal General, Pamela Bondi, tras la detención de tres sospechosos de incendiar concesionarios, coches y supercargadores cócteles molotov mediante.

Ahora Justicia ha ido más allá: el FBI acaba de anunciar la creación de un grupo de trabajo formado por 10 agentes que se dedicarán en exclusiva a investigar y detener a los que perpetren ataques contra las dependencias de Tesla o coches de la firma. Lo integran agentes especiales de la división ATF (Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos) y personal de la División Antiterrorista, incluyendo su Sección de Operaciones contra el Terrorismo Doméstico y Armas de Destrucción Masiva.

No solo se perseguirá a aquellos que ya han realizado ataques contra Tesla: también se rastreará a los que amenacen o promuevan actos vandálicos, y así evitar más daños materiales a la marca californiana.

Terrorismo doméstico. "El FBI será implacable en su misión de proteger al pueblo estadounidense", señalan desde el organismo federal según recoge el New York Post. "Los actos de violencia, vandalismo y terrorismo doméstico, como los recientes atentados contra Tesla, serán perseguidos con todo el peso de la Ley".

El Buró Federal de Investigaciones define el "terrorismo doméstico" como "actos violentos y delictivos cometidos por individuos o grupos dentro de Estados Unidos, motivados por objetivos ideológicos nacionales, para intimidar o coaccionar a la población civil o influir en las políticas gubernamentales", explica a dicho medio Rob Chadwick, ex agente especial supervisor del FBI.

Cerca de 50 ataques se han registrado a lo largo y ancho de EEUU solo en marzo. Entre ellos, concesionarios incendiados y tiroteados, siete estaciones de carga en llamas, Cybertrucks incendiadas y atacadas con cócteles molotov o modelos de Tesla vandalizados con pintadas.

El FBI también está investigando la web 'Tesla Takedown', que coordina actos de protesta pacíficos contra Tesla: insta a vender acciones de Tesla, a los dueños a vender sus coches o a protestar frente a dependencias de la marca. "Detener a Musk ayudará a salvar vidas y nuestra democracia". El FBI lo considera como "blog anarquista". Para este sábado 29 de marzo, han convocado cerca de 500 manifestaciones en concesionarios y estaciones de supercargadores.

'Tesla Takedown' fue impulsado por el actor y director Alex Winter, de origen británico pero asentado en EEUU, y Joan Donovan, profesora adjunta de Periodismo y Estudios Emergentes en la Universidad de Boston. Según CNN, el movimiento dispone de organizadores locales en 28 estados y la ciudad de Washington.

Tesla Cybertruck vandalizada
Una Cybertruck con una esvástica pintada en Manhattan. Fuente: r/CyberStuck en Reddit

Hasta 20 años de cárcel. Días antes de la creación de este grupo de trabajo específico del FBI, se han efectuado las primeras detenciones. Tres son los sospechosos que se enfrentan a cargos por la "destrucción violenta de propiedades de Tesla". Uno de ellos, armado con un rifle AR-15 con silenciador, fue arrestado tras lanzar hasta ocho cócteles molotov contra un concesionario de Salem, que ya lleva dos ataques registrados incluyendo este.

Los otros dos también efectuaron ataques incendiarios contra modelos Tesla o contra supercargadores, a los que vandalizaron previamente con "mensajes profanos contra Donald Trump".

Estas tres personas se enfrentan a posibles penas de prisión de entre cinco y 20 años. Una correctivo que se aplicará a todos aquellos que firmen estos ataques de "terrorismo doméstico". De momento no se detalla si igualmente se aplicarán penas por participar en protestas o manifestaciones pacíficas.

Según publica Wired, expertos en libertades civiles advierten de que tildar de actividad terrorista estos actos de vandalismo, y también las protestas, dará al FBI y las fuerzas del orden mayores competencias para vigilar a sus autores. Y asimismo permitirá a Musk y a Tesla acceder a información confidencial de las investigaciones. Se abrió la temporada de caza contra los Tesla y ahora el Gobierno responde haciendo lo propio con los actos de protesta contra la marca de coches eléctricos.

Miles de puestos de trabajo dependen de Musk. Esta escalada de odio hacia Musk, y que está pagando Tesla (y también los dueños de sus coches), está siendo global: en Europa igualmente se han dado actos de protesta, en su mayoría pacíficos. Pero en EEUU, mucho más numerosos, están siendo especialmente cruentos y violentos. Sumado a lo sencillo que es hacerse con armas en muchos estados, tenemos el caldo de cultivo perfecto.

Lo que comenzó como mero rechazo hacia el sudafricano por su alineación con Donald Trump, se ha radicalizado desde que Musk dirige el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). El cometido de este organismo, recién creado, es el de desmantelar los organismos del gobierno federal que considere prescindibles para recortar el gasto funcionarial. Miles de puestos de trabajo dependen de lo que decida el CEO de Tesla. Tampoco están contentos los empleados a su cargo en el DOGE: se denuncia que están trabajando 120 horas semanales.

Musk ya ha demostrado que no le tiembla el pulso a la hora de recortar empleo: el año pasado echó a un 10 % de la plantilla de Tesla y recortó la de Twitter en un 80%. Desde que está al mando del DOGE ha puesto el ojo en no pocos organismos federales: desde el Instituto de Paz de Estados Unidos, una agencia independiente sin ánimo de lucro, hasta el Servicio de Impuestos Internos (IRS), donde ha propuesto rebajar en un 20 % su plantilla. También en la NHTSA, la DGT estadounidense, que tantas trabas pone a la conducción autónoma, máxima prioridad para el futuro de Tesla.

Lo que será más complicado de frenar es el rechazo a Musk materializado en la debacle en ventas de Tesla, derivada del daño reputacional que está provocando a la marca por sus radicales posturas políticas. Sigue siendo el fabricante de coches más valioso del mundo, pero en poco más de tres meses ha reducido su valor a la mitad.

Esto ya preocupa a los accionistas: uno de los más veteranos e importantes ha pedido la dimisión de Elon Musk para salvar la exitosa firma que consiguió que un eléctrico fuera el coche más vendido del mundo.

Imágenes | Elon Musk en X, Anonymous en X

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