Ya hemos hablado del gran matrimonio que forman la moda y el motor, y los cambios que han vivido ambos sectores yendo de la mano a lo largo de las décadas. Tradicionalmente se trataba de una relación encabezada por los automakers más lujosos y las maisons de alta costura. Se buscaba la exclusividad y el reconocimiento que una marca le podía aportar a la otra, y que ha llegado hasta nuestros días en forma de merchandising, patrocinios deportivos y ediciones limitadas.
Sin embargo, en los últimos años han cambiado las reglas de juego, con los retos de movilidad sostenible en la ciudad, la popularización de los vehículos electrificados o la irrupción del SUV también como vehículo urbano.
Cambios que también han llegado al mundo de la moda, con la explosión de las culturas urbanas, el reconocimiento del streetwear y su sensibilidad ante los problemas sociales actuales. Veamos cómo ha afectado esto al matrimonio moda-motor.
Moda urbana: de la calle a las pasarelas
El sector de la moda se ha transformado de forma casi radical en los últimos años. Y no solo porque hayan cambiado los cánones y gustos de los compradores, sino porque la relación entre industria y público ha girado en 180 grados. Si antes eran las grandes firmas las que marcaban las tendencias de lo que el público debía vestir, ahora es el público el que le muestra a las firmas lo que desean llevar puesto. De la calle al escaparate, y no a la inversa.
El mayor exponente de este fenómeno es la moda urbana o streetwear, que surgió en las calles como un reflejo de las clases más modestas y hoy acapara las pasarelas de todo el mundo. Surgió en los años 80 en el seno de culturas urbanas como el hip-hop, el skate, el graffiti… y fue extendiéndose con su presencia en revistas, videos musicales y, más recientemente, redes sociales.
HYPEBEAST transformed the Duggal Greenhouse for its first-ever #HYPEFEST. The boldest designers, streetwear icons, celebrities, and enthusiasts came together for a festival about celebrating streetwear culture. pic.twitter.com/eS8U3i0286
— Duggal Greenhouse (@DuggalGH) February 7, 2023
El streetwear ha puesto en valor prendas casuales y modestas como la camiseta, la hoodie (o sudadera con capucha) o la gorra de béisbol, y ha elevado a la categoría de lujo el calzado deportivo. Firmas como Marathon, Stüssy, Supreme, Off-White, Neighborhood o Bathing Ape son ya tradicionales. En España otras como Scuffers, Kaotiko BCN, Nude Project, Belaguer, Grimey, Latigo o Vazva aparecen en todas las listas de marcas a seguir.
El compacto urbano, nuevo icono para las ciudades
Algo similar ha ocurrido con el automóvil. Se vio beneficiado en sus orígenes con el deseo de las personas de viajar y cubrir mayores distancias, pero se acabó convirtiendo en protagonista de la movilidad urbana. Hasta tal punto de que se llegó a desarrollar una categoría específica para la ciudad, el compacto urbano, que cubría las necesidades cotidianas de las familias que viven en la ciudad. Nuevamente, era el público el que le dictaba a la industria el vehículo que querían para su día a día.
Así es como nació en los 70 el Toyota Starlet, una versión coupé del Toyota Publica, y por supuesto el Toyota Yaris a principios de los 2000, el compacto urbano por excelencia. Poco después aparecería también el Toyota Aygo, con la misma filosofía pero más enfocado al público más joven. Todos ellos responden a las mismas necesidades del público: maniobrabilidad, versatilidad y eficiencia, algo que Toyota ha sabido llevar además a cotas más altas con sus versiones híbridas.
Pero el compacto urbano no consiste solamente en un medio de transporte para nuestras tareas en la ciudad. Como uno de los símbolos de las ciudades del siglo XXI, también se ha convertido en una forma de expresar la identidad y personalidad del urbanita. Consciente de ello, Toyota apostó por dotar a sus compactos urbanos de diseños más característicos y atrevidos (quién no recuerda los faros afilados del Yaris o el diseño del Aygo inspirado en Astro Boy).
La llegada de los crossover urbanos Yaris Cross y Aygo X Cross responde a la necesidad del público de contar con una mayor altura de batalla, facilidad de acceso y visibilidad de conducción. Pero también es fruto del deseo de destacar entre el tráfico de la ciudad, con la estética deportiva y musculosa propia de los SUV, pero sin renunciar a ninguno de los atractivos del lifestyle urbano. No en vano, el Yaris Cross fue escogido World Urban Car 2022.
Diseños con significado, plasmados en el vehículo
La moda urbana ha introducido una novedad en la industria. Sus prendas (sobre todo sudaderas y camisetas) sirven a menudo como lienzo para expresar las convicciones e inquietudes del diseñador y su público. Un automóvil customizado puede tener la misma función para su propietario, y en la misma línea, el diseño (o los acabados) de una determinada edición limitada.
El ejemplo más claro lo tenemos en Jun Takahashi, fundador de la firma de streetwear UNDERCOVER. Con más de 30 años de carrera, ha recorrido las principales pasarelas, realizado decenas de colaboraciones con marcas y cosechado innumerables premios. Su lema “Chaos/Balance” define a la perfección su espíritu, que bebe del punk (imprescindibles Sex Pistols) y juega con elementos de la cultura gótica y bondage. Precisamente esas palabras se han incorporado al diseño del Toyota Aygo X Cross By UNDERCOVER, que también se caracteriza por su exclusiva combinación de colores y sus acabados interiores personalizados.
Muy diferente es la historia de Jorge Redondo, de la firma Redondo Brand. Abandonó un negocio consolidado de bolsos de lujo para ponerse metas mayores: traer la pasarela a la calle. Con la creatividad propia de la alta costura, y la practicidad necesaria para los eventos maratonianos, ha conquistado el territorio de las fiestas, bodas y grandes celebraciones. El diseño escogido para vestir al Yaris Cross by Redondo Brand recoge precisamente ese espíritu, con una purpurina de color rojo pasión que trae a las calles el brillo de las mejores fiestas.
Un proceso similar siguió la artista y diseñadora Arena Martínez. Su aspiración es sacar el arte de los museos a la calle, plasmando la obra de autores contemporáneos en sus prendas (su pieza estrella es el kimono). Sin embargo, para su colaboración con Toyota optó por algo más personal y sentimental: una colección de cerámicas diseñadas durante el confinamiento junto con padre (el también artista Paco Celorrio).
Como si hubiese sentido la necesidad de sacar a la calle este proyecto tan privado, ha plasmado en la carrocería del Yaris Cross by Arena Martínez los colores de las piezas de la colección.
Estos son solo algunos ejemplos de las últimas colaboraciones de Toyota (podríamos hablar también del Yaris Cross by IQ COLLECTION inspirado en el mundo ecuestre). Pero todos ellos son lo suficientemente ilustrativos de la gran visibilidad que están ganando los automóviles compactos, y de cómo se han convertido en una nueva forma de expresión para artistas y particulares.
Imágenes | Toyota, Unsplash: Tristan Frank.