
China no solo está poniendo contra las cuerdas a los fabricantes de coches tradicionales, también empieza a preocupar en la industria de la aviación occidental, así que los dos mayores gigantes del sector, Airbus y Boeing, se han propuesto dar un paso hacia delante.
Su objetivo es fabricar más aviones, que sean más eficientes y fabricarlos más rápido. Para conseguirlo, reducirán el número de componentes de aluminio e incrementarán el uso de termoplásticos.
De fabricar menos de 40 aviones al mes a producir 100 unidades mensuales
La industria aeronáutica tiene un problema: se tarda demasiado tiempo en fabricar un avión. Para los dos mayores gigantes de este sector, la estadounidense Boeing y la europea Airbus, es un quebradero de cabeza porque es necesario incrementar la producción de aeronaves, pero, al ritmo actual, cada vez va a ser más complicado plantar cara a la industria aeronáutica china.
Y es que, en el mundo de la aviación, pasa algo similar a lo que venimos viendo en la industria del automóvil a lo largo de los últimos años: los fabricantes chinos fabrican cada vez más rápido y, sobre todo, cada vez mejor. Como en China se han puesto las pilas, los fabricantes de aviones tradicionales se están viendo obligados a reaccionar.
La semana pasada, en el marco de la JEC World de París, el único salón que reúne a la industria mundial de los materiales compuestos, Airbus y Boeing anunciaron que están trabajando en nuevas técnicas de producción que les permitirán incrementar el ritmo de fabricación. En lugar de utilizar tanto aluminio para producir sus aviones, recurrirán más a los termoplásticos.
Los termoplásticos son materiales que se pueden moldear a temperaturas altas, pero que se convierten en estructuras muy sólidas cuando se enfrían. Su uso en la industria de la aviación no es una novedad, puesto que han servido para fabricar ciertos componentes de las aeronaves desde los años 70, pero ahora Airbus y Boeing pretenden utilizarlos de una forma mucho más masiva.
La idea de ambas compañías es incrementar el uso de termoplásticos para agilizar la producción de sus nuevos aviones comerciales pequeños, los sustitutos del Boeing 737 y del Airbus A320. Sus hermanos mayores, los Boeing 787 y Airbus A350, ya utilizan una gran cantidad de materiales compuestos, pero, hasta ahora, el uso de termoplásticos no está tan extendido en los modelos de menor tamaño.
Gracias al mayor protagonismo de los compuestos plásticos en la producción, Airbus y Boeing pretenden fabricar 80 aviones al mes cada uno, más del doble de los que están produciendo ahora. Según indica Reuters, el objetivo es incrementar la producción hasta las 100 unidades al mes a corto plazo y eso supondría fabricar un avión de 200 plazas aproximadamente cada hora.
Los termoplásticos no solo servirán para poder fabricar aviones más rápido, sencillamente porque es más fácil dar forma a una aeronave con estos compuestos que con paneles de aluminio. También permitirán hacer aviones más ligeros y, por lo tanto, más sostenibles porque gastarán menos combustible. En teoría, la seguridad no debería de ser un problema porque estos materiales son muy resistentes.
Esto último es algo que preocupa especialmente a Boeing porque sus aviones han tenido varios accidentes a lo largo de los últimos años, hasta el punto de que la FAA (Administración Federal de Aviación) estadounidense está mirando con lupa a esta compañía, especialmente después del incidente del Boeing 737 Max-9 de Alaska Airlines que tuvo lugar en enero de 2024 (perdió una puerta en pleno vuelo).
Eso es algo que está retrasando su capacidad de producción, de hecho, en el año 2024 solo entregó 348 aviones y ahora mismo tiene un atraso de casi 5.600 pedidos. Los termoplásticos le permitirían recuperar ritmo de producción e ir acabando, poco a poco, con ese atraso.
Imágenes | Airbus