Cambio de rumbo: el nuevo Toyota Prius dice adiós a los taxistas
En 1997, un extraño artefacto llamado Toyota Prius apareció en la escena del Motor con una propuesta insólita, tanto en fondo como en forma. Aquella primera generación pasó sin demasiada pena o gloria para nuestro mercado, pero la segunda y la tercera generación calaron, gracias en buena parte a la capacidad de prescripción del sector taxi para hacer de un modelo, el Prius, todo un icono: el de los coches híbridos.
Fue todo un escaparate... del que ahora Toyota va a prescindir en nuestro mercado.
El papel de la cuarta generación del Toyota Prius es otro. Si bien los taxis sirvieron para popularizar una mecánica desconocida entre el público general hasta la fecha, ahora el fabricante nipón cuenta con una gama creciente de híbridos que abarca cada vez los segmentos más vendidos. ¿Qué necesidad hay de extender el mercado Prius? En Europa, poca o ninguna.
Quizá sea esa una parte de las razones por las cuales el Toyota Prius 2016 ha nacido para no ser vendido en Europa. O casi. En España, se abrirá la veda de pedidos en abril, en mayo llegará el nuevo Prius a los concesionarios, y hasta diciembre se prevén unas cifras de ventas de 350 unidades.
¿Son pocas unidades? Depende de cómo se mire. Esta cifra equivale a la suma de matriculaciones de Prius en 2014 o en 2015, teniendo en cuenta sólo el mercado de particulares y las flotas de empresa. Aparte, obviamente, quedan los Prius taxi que se vendieron durante estos años a precio de derribo. En 2010 se superaron las 2.000 unidades para taxi, aunque ahora lejos queda aquel pico de ventas: 900 en 2014 y 650 en 2015.
La nueva generación del Prius cambia todo esto. Ni siquiera se va a homologar como taxi en plazas emblemáticas hasta ahora para este modelo como eran Madrid o Barcelona, según explican en Toyota España. Eso sí, los taxistas ahora cuentan con el Toyota Prius+, a precio de Prius, del que se esperan vender 800 unidades durante este año. La razón de ser del Toyota Prius 2016, o Toyota Prius 4G, en nuestro mercado será mantener el icono de la marca, el coche híbrido por excelencia. Un producto absolutamente minoritario aquí, casi de culto.
La soledad después del éxito
Hablamos, pues, de 350 unidades del nuevo Toyota Prius destinadas para España, a la espera de conocer la cifra que se espera para 2017, el primer año completo de comercialización. Se pondrán a la venta a razón de 29.990 euros, en una sola versión y con un solo extra: el equipamiento de cuero, por 1.500 euros.
Se servirá en siete colores (cinco ya existentes, a los que se añaden ahora el azul cobalto y el rojo pasión), como único signo de distinción para un modelo que busca ser distintivo frente a todo lo demás, al menos en Europa. En Toyota no persiguen hacer volumen con esta cuarta generación. De eso ya se encargarán los Auris, los Yaris y, en cuestión de pocos meses, los RAV4.
Para afianzar sus motorizaciones híbridas en Europa, Toyota no necesita vender el Prius en este mercado tan lejano, y donde además hay segmentos más suculentos. En el segundo semestre de 2015, el 58 % de las ventas de Auris y el 43 % de las ventas de Yaris fueron coches híbridos, y de cara a 2016 esta motorización dará un 40 % de las ventas de la marca, con la ayuda del SUV.
Es evidente que con una política de precios y versiones casi elitista el nuevo Toyota Prius no busca expandirse más en un mercado lejano para el fabricante. Resulta mucho más atractivo y rentable fabricar en la misma Europa compactos, subcompactos y SUV que puedan recoger los frutos del trabajo de promoción que hizo en su momento el Toyota Prius.
En Toyota no esconden que deben mucho a los taxistas, porque "ellos mismos recomendaban el Prius" cuando un cliente les preguntaba por aquella motorización que hasta el momento era prácticamente desconocida en nuestro país. Como estrategia les salió redonda. Veremos qué tal responde ahora el resto de la gama híbrida. Ahora ya se conocen los atributos que hicieron de los híbridos unos vehículos confiables, a prueba de taxistas.