Las baterías para coches eléctricos se encuentran en un momento dulce de desarrollo constante. Bollinger quiere entrar en el mercado el año que viene con el descomunal todoterreno Bollinger B1 y con la enorme pick-up Bollinger B2, antes de que llegue el furgón Bollinger Deliver-e, y ahora ha decidido dar un serio paso adelante: diseñar y fabricar sus propias baterías.
Así, Bollinger dejará de depender de terceros para tener baterías en sus vehículos, y esto le permitirá acometer de un modo más eficaz su proyecto de utilizar una plataforma multiusos para coches eléctricos, lo que podría abrirle la puerta incluso a fabricar para otras marcas. Esto podría resolver sus necesidades de liquidez si se repite un escenario como el del año pasado.
Aprovechando el espacio adicional de un SUV
Según las imágenes de patente que se han dado a conocer, la batería que tiene en marcha Bollinger se diferencia morfológicamente de las baterías para coches eléctricos que habitualmente montan otros fabricantes.
Las baterías para coches eléctricos suelen tener una forma de prisma más o menos regular que aprovecha toda la batalla del vehículo, alargando el espacio interior para los ocupantes y acortando los voladizos incluso de forma extrema, tal y como vimos en la presentación del nuevo Škoda Enyaq. De esta manera, es posible alojar baterías en los bajos de los SUV y berlinas eléctricos que tenemos hoy en día en el mercado.
Sin embargo, en el caso de Bollinger y sus inmensos vehículos, el espacio disponible no es un factor tan crítico, por lo que el fabricante ha decidido utilizar un diseño que forma una T, coronado por una viga longitudinal que alberga la refrigeración por líquido de los diferentes módulos.
Y ese gran espacio disponible le permite, a la vez, pensar en múltiples diseños modulares que podrán dar lugar a diferentes capacidades y autonomías, en función del vehículo que deba montar la batería. Así, Bollinger se transforma en una creadora de prototipos que puede vender a otros fabricantes de automóviles.
Baterías con 483 kilómetros de autonomía
Esta modularidad permite tener cinco tamaños diferentes, con capacidades de 35 kWh, 70 kWh, 104 kWh, 140 kWh y 175 kWh y con diferencias de potencial regulables entre 350 V y 700 V, lo que permitirá elevar la velocidad de recarga, buscando recortar ese tiempo de recarga de 75 minutos que anunció en mayo.
Por otra parte, el incremento de la capacidad de las baterías elevaría la autonomía disponible en los vehículos de la firma estadounidense. Si con unas baterías de 120 kWh anunciaban una autonomía de 200 millas (322 km), con este nuevo planteamiento podrían alcanzar las 300 millas (483 km).
Y todo esto, sin tener que pasar las pruebas de consumo necesarias para la homologación de la EPA, la agencia medioambiental de Estados Unidos, puesto que los Bollinger B1 y Bollinger B2 se clasifican como camiones de Clase 3, lo que en el país americano les exime de esta prueba y también de las pruebas de choque de la NHTSA, la agencia de seguridad vial estadounidense.
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