Lamentablemente un nuevo accidente de tráfico con víctimas en el que está involucrado un conductor de avanzada edad ha vuelto a poner en el radar un debate que lleva años sobre la mesa de la DGT: la renovación del carnet de conducir para los conductores mayores.
Este miércoles un conductor con 100 años de edad ha fallecido en un siniestro vial registrado en la carretera LU-120 que une Vilalba y Paraxes (Lugo) al chocar frontalmente contra otro turismo. El siniestro se saldó con otros dos heridos leves y uno de gravedad, aunque no hay más información oficial por el momento de las circunstancias del mismo.
Tráfico ya confirmó a finales del año pasado que se quieren acortar los plazos existentes para mayores de 65 años y para ello se está trabajando en un proyecto de ley. ¿Habría que revisar también las pruebas psicofísicas que se realiza a los conductores? Siniestros viales como este, ¿podrían evitarse? Repasamos los datos que podrían arrojar algo de luz a estas cuestiones.
El plazo actual para las revisiones del permiso de conducir: cada cinco años
Actualmente, la normativa exige que la renovación del carnet de conducir para personas mayores de 65 años se realice en los siguientes plazos:
- Permisos AM, A1, A2, A y B: cada cinco años.
- Permisos C, C1, D, D1, EC, EC1, ED, ED1 etc.: cada tres años.
Así, para renovar los permisos de conducción de coches y motocicletas el plazo establecido es cada cinco años, mientras que para vehículos más pesados (como furgonetas de pasajeros o camiones entre otros), la vigencia está establecida en tres.
En este sentido, la DGT está barajando “fijar intervalos más adaptados a la evolución psicofísica de las personas”, como se recoge en la Estrategia de Seguridad Vial 2021-2030. La idea es subdividir el grupo de conductores mayores de 65 años en diferentes horquillas de edad.
Para ello, ya se anunció a finales de 2021 que se elaborará un estudio detallado a fin de poder determinar cómo adaptar los tiempos de vigencia a la realidad. Aunque aún no se haya puesto fecha a la reforma, supondría un avance que se lleva reclamando desde hace tiempo por diferentes entidades dedicadas al estudio de la seguridad vial.
Pues según datos de Tráfico, el 28 % de los fallecidos en accidente de tráfico tienen más de 65 años. Además, estos conductores representan el 15 % del censo de automovilistas, pero dado que se tiende a una población cada vez más envejecida aumentará en los próximos años: en 2035 se prevé que representen el 26,5 % de la población total en comparación al 19 % actual.
Además de la revisión de los plazos, la DGT también contempla revisar las pruebas psicotécnicas y físicas que se aplican a los conductores de avanzada edad. Hasta ahora, estos test para renovar el permiso de conducir son los mismos para el total de conductores, independientemente de la edad.
Menos capacidades psicofísicas y más probabilidades de sufrir un siniestro vial
La conducción implica recibir muchos estímulos al mismo tiempo, que han de ser gestionados según la experiencia para poder actuar en consecuencia y ejecutar una acción, todo en segundos.
Por norma general, a mayor edad los reflejos son menores y la velocidad de procesamiento y la capacidad de cambiar el registro aumentan, pues las condiciones psicofísicas de un conductor disminuyen de forma natural a medida que se van cumpliendo años.
Entre las conclusiones del Barómetro de Salud Vial en Mayores elaborado por la Fundación para la Seguridad Vial (Fesvial), se concluye que este grupo de edad es considerado de riesgo ya que:
- Un conductor mayor de 65 años tiene tres veces más posibilidades de morir en un accidente que un joven de 20.
- Entre 2011 y 2015, el número de accidentes con víctimas de este grupo ha aumentado desde los 12.288 a 17.205.
- Las personas mayores -especialmente el subgrupo de los que tienen entre 85 y 99 años- hacen menor uso del cinturón de seguridad conforme aumenta su edad.
- A pesar de que apenas usan el móvil al volante, incurren en infracciones como no respetar los stops, distancia de seguridad o velocidad máxima permitida.
Un estudio de la Universidad de Granada apunta a que los varones menores de 25 años -en primer lugar- y los mayores de 65 son los que más víctimas colaterales provocan en los siniestros viales.
Detrás de los primeros está la falta de experiencia y en muchas ocasiones la temeridad. En cambio, tras los segundos los motivos están más bien enfocados a los despistes. En torno a esta cuestión Tráfico elaboró un informe el pasado mes de octubre, que entre otras cosas apuntaba a que aunque los conductores mayores son en general más prudentes, pero también son mucho más despistados que los jóvenes.
A modo de ejemplo, los conductores mayores de 64 años en comparación con los de 45-65 años tienen una probabilidad de +169 % de saltarse un Stop, +41 % de probabilidades de cometer infracciones en una intersección o +19 % de colisiones laterales, frontolaterales y alcances, según el informe.
Las mismas revisiones para los conductores jóvenes y para los mayores
Aunque a la luz de los datos reducir el plazo de las revisiones podría ayudar a determinar con más precisión qué conductores poseen o no las condiciones psicofísicas necesarias para ponerse al volante, también se ha de prestar atención a las revisiones que se hacen en los centros médicos.
Estas son prácticamente las mismas para todos y, por tanto, no están adaptadas a la edad del automovilista. Así, para renovar el carnet de conducir en España el reconocimiento médico consta de:
- Valoración de la capacidad visual.
- Revisión de la vista.
- Valoración de la capacidad auditiva.
- Revisión de oídos.
- Test psicotécnico para medir la anticipación de la velocidad y la coordinación visomotora (son los desfasados test realizados con el ordenador).
- Análisis médico general. Comprobación de la tensión arterial, el pulso y una auscultación cardio-pulmonar rutinaria.
- Anamnesis. Información proporcionada por el propio paciente durante el reconocimiento.
La Fundación Línea Directa en su estudio 'Mayores de 65 años al volante: ¿peligro real o mito social?' concluye que el 98 % de los conductores afirman no haber suspendido nunca un examen psicotécnico y casi un 10 % reconoce haber obtenido el visto bueno prácticamente sin esfuerzo.
Dejando a un lado datos como los de este ejemplo, la cuestión de si habría que establecer pruebas más exigentes para los conductores mayores pasa por la posible solución que contempla la Estrategia de Seguridad Vial 2021-2030: cambiar la actual dependencia administrativa de los centros de reconocimiento de conductores y las pruebas de la Dirección General de Tráfico (DGT) al Ministerio de Sanidad, con un mayor protagonismo del diagnóstico de los médicos de cabecera en cada caso particular.
Y es que mientras no haya un límite de edad para poder conducir en España, la decisión final de que una persona mayor pueda conducir o no recae en los psicotécnicos necesarios para la renovación de los permisos de conducción.
Esta decisión pasa por la del propio conductor y su autocontrol: se prefiere que sea él mismo quien decida cuándo es el momento de abandonar una actividad que, por lo general, le ha acompañado a lo largo de su vida adulta (si es necesario, con el apoyo de sus seres queridos) a que sea una imposición.
Se trata de una decisión difícil que choca con la percepción “negativa” de la edad o con otros factores como la pérdida de libertad de movimientos. Sin embargo, hay que recordar que cuando hablamos sobre seguridad vial a menudo recurrimos a un trinomio compuesto por conocimientos, destrezas y actitudes del conductor, que de poco o nada sirven por separado.
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