Alfa Romeo está en una situación delicada. Sus ventas en Europa, en Estados Unidos y China no están siendo muy positivas para la afamada marca italiana. No solamente se vendieron más Tesla Model 3 en Europa en lo que va de año que Alfa Romeo, sino que Lancia vende más coches en Italia con un solo modelo en su gama que Alfa Romeo en toda Europa con su gama de cinco modelos. ¿Qué le pasa a Alfa Romeo?
De enero a junio de 2019, en Europa, Alfa Romeo vendió 29.059 coches. En el mismo periodo de tiempo, Tesla colocó 37.476 unidades solo del Model 3. Y no es la única marca premium que le adelanta. En la primera mita de 2019, Jaguar y Porsche vendieron más coches en Europa que Alfa Romeo (43.083 unidades y 35.472 unidades, respectivamente). Además, Lexus y DS le están pisando los talones.
Si comparamos las ventas de Alfa Romeo en el mismo periodo con algunas otras marcas del grupo FCA, la situación de la marca es sencillamente desconcertante. Lancia, destinada a desaparecer cuando el Ypsilon ya no guste en Italia, vendió más coches en lo que va de año en Italia que Alfa Romeo en toda Europa. Lancia solo tiene en catálogo un modelo, el Ypsilon, y solo se vende en Italia. Pues la histórica marca ha logrado vender 34.693 unidades del Ypsilon hasta junio.
Alfa Romeo vendió en 2018 en todo el mundo más de 120.000 coches, llevado por la demanda en Estados Unidos y China, pero este año son dos mercados sobre los que la marca ya no puede contar ya que ambos están a la baja. En Estados Unidos, lpor ejemplo, las ventas de Alfa Romeo han caído un 26 %.
En Europa, la caída es generalizada. Las ventas de la marca del biscione han caído un 56 % en Italia, un 66 % en Francia y un 70 % en España. Y lo más sorprendente de esta situación es que a pesar de la caída libre en España, nuestro país es ahora el segundo mercado de la marca.
¿Cuáles son las causas de esta debacle?
Alfa Romeo ha experimentado un marcado descenso en las ventas a flotas de empresas, pasando de 33.400 unidades en la primera mitad de 2018 a tan solo 19.200 coches en la primera mitad de 2019. Por otra parte, FCA ya no práctica tanto las automatriculaciones (algo que termina distorsionando el mercado) y por tanto se contabilizan menos ventas.
Y por último, la política comercial de Lancia está siendo muy agresiva, con fuertes descuentos y un precio de hasta 1.100 euros inferior con respecto al Fiat Panda (coche sobre el que se basa el Ypsilon). Sin embargo no es suficiente para explicar los problemas de Alfa Romeo.
La realidad es que la gama de Alfa Romeo está muy descompensada. Por una parte tenemos a dos modelos que casi 10 años en el mercado, el MiTo y el Giuletta, que yo no logran convencer al público y por otra un modelo halo, de imagen, pero no de volumen, el genial 4C. Y en medio, el Giulia y el Stelvio.
Son dos modelos que pueden luchar contra el resto de rivales, pero que por alguna extraña razón la marca no sabe vender, ni tampoco comunica sobre ellos. Una de las razones podría ser, como deja entrever Andrea Malan en Automotive News, que la marca está ya camino de la puerta de salida, al igual que Lancia.
¿El fin de Alfa Romeo?
Y es que bajo la tutela de Sergio Marchionne, siempre había planes de futuro para Alfa Romeo. Nunca o casi nunca se llegaban a materializar, pero al menos se hablaba de la marca. Desde que Mike Manley está al mando de FCA, desde el Salón de Ginebra y el Alfa Romeo Tonale (un futuro SUV híbrido enchufable) no se ha vuelto a saber de la marca, la menos de forma notable.
Pero lo que más parece preocupar a Malan es que a Alfa Romeo ya no se le menciona en las conferencias y ruedas de prensa sobre los resultados financieros del grupo. La última fuez en octubre de 2018, cuando Manley al explicar porque no era una buena idea juntar Alfa Romeo y Maserati dijo que “Alfa Romeo no contribuye a nuestro plan de negocio”, antes de corregir y explicar que “no contribuye a los resultados de este año”.
Para él, habría sido un lapsus revelador. Todavía es pronto, alarmista y muy atrevido decir que Alfa Romeo está condenada. Aunque, mirándolo fríamente, es cierto que la situación de Alfa Romeo es preocupante. Especialmente al formar parte de un grupo industrial que lleva tiempo buscando una alianza o fusión con otro grupo. Algo que casi logran con Renault, pero que finalmente no pudo ser.