El proceso de reindustrializar la antigua factoría de Nissan en Barcelona transcurre más lentamente de lo que desearían las partes interesadas. Según informa Cinco Días, el concurso para buscar un nuevo arrendador de los terrenos de la Zona Franca será lanzado finalmente a mediados de junio.
Esta fecha se sitúa dos meses después de la estipulada inicialmente por el Consorcio de Zona Franca, quienes contaban con poder iniciar el concurso ya en abril. Ahora la previsión más realista es que la compañía ganadora del mismo no podrá empezar a acondicionar los terrenos hasta septiembre, como muy pronto.
Un duro contratiempo para QEV y Zeroid
Así lo creen desde los sindicatos vinculados a la Zona Franca que, si bien no temen por la resolución del concurso, prefieren ponerse en lo peor y anticipar los retrasos adicionales que pudieran surgir como ocurriría, por ejemplo, en el caso de que uno o varios participantes quisieran impugnar la adjudicación.
El desarrollo y desenlace del concurso depende ahora en gran medida del despacho legal barcelonés Roca Junyent, encargado de redactar las bases del concurso público. Una vez esté listo, el texto deberá someterse a revisión por la mesa de negociación en la cual participan, además de los sindicatos, el Gobierno, la Generalitat catalana y la misma Nissan.
A propósito de la firma japonesa, ésta aún mantiene un pequeño equipo de trabajadores dedicado a tareas de mantenimiento básico en las instalaciones. Todo ello, mientras sigue aguardando a los futuros inquilinos con las llaves en la mano.
Todo este 'impasse' supone un fuerte varapalo para QEV Technologies, principal postor del concurso que busca quedarse con gran parte de los 518.000 m² de superficie para instalar en ellos el hub de electromovilidad que lidera junto a BTech.
Y es que no en vano, QEV ya presentó en abril por todo lo alto su propia división de vehículos eléctricos denominada Zeroid. Según declaró entonces su CEO Joan Orús, esta nueva marca ensamblará en la Zona Franca furgonetas eléctricas y plataformas cero emisiones (tanto eléctricas como a hidrógeno) para camiones y autobuses.
La hoja de ruta original de QEV preveía comenzar este mismo mes de julio con la reconversión de las instalaciones, de cara a poder iniciar en 2023 la producción de estos vehículos con un volumen que estimaban en más de 60.000 unidades anuales.
El inevitable retraso de estos planes puede tener un encaje complicado para esta compañía, ya que su Hub de Descarbonificación de Barcelona presentó a mediados de mayo un proyecto PERTE con una previsión de inversiones por valor de 305 millones de euros.
Así las cosas, buena parte del éxito de Zeroid pasa porque ambas condiciones (una rápida victoria en el concurso de los terrenos y la concesión del PERTE) se cumplan favorablemente.
