Ahora en invierno utilizamos más la calefacción, sistema infinitamente más sencillo pues se trata básicamente de usar el calor generado por el motor del vehículo. Sin embargo, con los cada vez más sofisticados climatizadores, también son más frecuentes las averías que le afectan. Y como no queremos morirnos de frío (o de calor, si tenéis la suerte de vivir en algún hermoso y cálido país latinoamericano), vamos a repasar las averías que más nos traen de cabeza con nuestro climatizador.
¡No sin mi climatizador!
Recargar el gas del aire acondicionado o climatizador de nuestro coche es uno de esos pequeños trances por los que debemos pasar periódicamente, y que tenemos completamente asumidos. Tanto, que no son pocas las veces que la pérdida de funcionalidad del sistema se debe realmente una avería y nosotros insistimos en ir a recargarlo en vez de solicitar al taller una revisión del mismo.
El climatizador y aire acondicionado son los responsables del 35% de las averías de coche en verano, ya que es cuando más se utilizan. Para obtener aire fresco se necesita de un relativamente complejo sistema con algunos componentes realmente frágiles, por lo que no es difícil que alguna pieza se rompa o falle.
En la temporada estival, más del 35% de las averías tienen relación con el sistema de climatización
Los sistemas de climatización se han convertido en un componente imprescindible de nuestro coche, hasta el punto que todos los coches llevan ya algún sistema de serie. Tenemos desde la sencilla calefacción, que básicamente aprovecha el calor generado por el calor del coche, hasta sistemas inteligentes, como el climatizador bi-zona con sensor de ocupantes S-Flow.
Este climatizador, montado por Toyota y Lexus en sus versiones más completas y la gama Prius, se basa en factores como los asientos ocupados, la apertura de puertas o la luz exterior que entra en el habitáculo para ajustar la ventilación y temperatura en consecuencia. Así, si dos personas están recibiendo el aire climatizado y una de ellas se baja del vehículo, el S-Flow automáticamente ajustará el flujo para que sólo lo reciba la persona que continúa montada.
El S-Flow es un ejemplo de lo mucho que ha avanzado la tecnología en este campo. Pero aunque se haya ganado en fiabilidad y eficiencia, la mayoría de los climatizadores se fundamentan en los mismos principios físicos, por lo que aún veremos muchos rasgos en común en las averías de estos sistemas, sean más o menos modernos. Veamos cuáles son estas averías más frecuentes.
¿Qué le pasa a mi climatizador, doctor? Las averías más frecuentes
Si acudimos al taller con este problema, es porque hemos notado que algo “no va bien”. Pero el climatizador son una serie de componentes que trabajan en cadena y un mismo problema puede deberse a muchos motivos.
Fugas en el circuito de gas
De las más frecuentes. Si notamos que la carga de gas nos dura unos meses (o en el peor de los casos, unos días), nos encontramos probablemente ante esta avería. Generalmente se produce por desgaste de las tuberías, que con el paso del tiempo se vuelven porosas.
Si la fuga es considerable, seguramente podamos verla con facilidad con señales como restos de suciedad o manchas de aceite. Si es más pequeña, probablemente tengamos que localizarla cargando el sistema con un líquido especial para infrarrojos.
Avería en el compresor
Si tu climatizador no funciona y no existen fugas en el circuito, es probable que sea un problema del compresor. La falta de mantenimiento es la principal causa de que éste se averíe.
El compresor es relativamente sencillo de reparar y, a veces, no es necesaria la sustitución completa, pues según qué modelo existen recambios de piezas concretas, como el embrague.
También es posible que algún componente desactive el compresor, como el presostato o válvula trinaria si detecta sobrepresión en el sistema por un tercer motivo, como fallo en el ventilador, suciedad en el circuito o altas temperaturas en el motor del coche.
Un mantenimiento habitual de los componentes puede evitar la mayoría de estas averías
Avería en el condensador
El condensador, que es el encargado de enfriar el gas para pasarlo a estado líquido, está situado en la parte delantera del vehículo, junto a las defensas. Por eso no es difícil romperlo si le damos un golpe a nuestro vehículo. Incluso los “pequeños toques” que damos al aparcar pueden dañarlo.
También es frecuente que, por su ubicación externa, el filtro de este componente se ensucie de insectos, hojas o barro. Incluso si vivimos en una zona costera, la arena de playa y la sal de la brisa marina pueden corroer sus componentes.
Avería en la caja del climatizador o las trampillas de aire caliente y frío
Si no existen fugas y el compresor funciona perfectamente pero no sale aire frío o caliente como queremos, es posible que sea un problema de la caja, donde se encuentra el ventilador que expulsa el aire al habitáculo, o de las propias trampillas que separan el aire caliente de la calefacción y el aire frío del aire acondicionado. Si no cierran bien por el motivo que sea, ambos flujos de aire se mezclarán.
También puede ser que salga con la temperatura que queremos pero con muy poca fuerza. En este caso puede deberse a que algún filtro como el antipolen tenga muchos residuos acumulados y no permita un flujo correcto del aire.
Obstrucción en el desagüe
A menudo podemos ver agua cayendo de nuestro coche por debajo cuando usamos el climatizador. Es el misma agua que expulsa nuestro aparato de aire acondicionado de casa. Es un efecto completamente normal y lógico del proceso de condensación. Nuestro coche cuenta con un desagüe para expulsar ese agua procedente de la caja del evaporador y del sistema de calefacción.
Pero si no realizamos un mantenimiento adecuado de esta parte del sistema, el desagüe puede quedar con restos de humedad que producen un desagradable olor, un problema no muy grave, pero sí muy molesto.
Como veis, son muchos los motivos por los que nuestro climatizador puede fallar, aunque por suerte muchas de las averías no son complicadas de reparar. En cualquier caso, siempre os recomendamos que os pongáis en manos de profesionales, aunque nunca está de más tener nociones de lo que está pasando para evitar sorpresas desagradables.
Y por supuesto, recordad que abusar de la climatización (tanto para calefacción como para aire acondicionado) tampoco es bueno. Poner al límite las capacidades del sistema dispara mucho pero mucho el consumo de nuestro vehículo y, por supuesto, es malo para el medioambiente.
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