
La industria del automóvil sigue atravesando una zona de turbulencias originada en China. Después de Tesla, Stellantis, Renault, Volkswagen y Porsche, es ahora Audi quien ha decidido suprimir miles de empleos. Serán 7.500 puestos de trabajo de aquí a 2029 los que desaparecerán.
El plan de Audi tiene como objetivo “reforzar tanto la competitividad de Audi como sus perspectivas de futuro”, según ha declarado el consejero delegado de la marca alemana, Gernot Döllner, en un comunicado. Es decir, intentar frenar la caída de ventas en general, y en especial en China, así como prepararse para enfrentarse a la obligación del coche eléctrico en Europa, a pesar de su pésima aceptación entre el público.
A cambio de los despidos, Audi invertirá 8.000 millones de euros para adaptarse
Audi no se libra de la reestructuración que sacude la industria automovilística alemana. Tras el anuncio de 35.000 despidos en Volkswagen a principios de diciembre (amenazando incluso con cerrar fábricas), 3.900 en Porsche en febrero y casi 1.600 en Cariad, la división de software del grupo, ahora es Audi quien busca reducir sus pérdidas.
La marca de los cuatro aros ha decidido suprimir hasta 7.500 puestos de trabajo en Alemania de aquí a 2029. Es nada menos que el 13,5 % de la plantilla alemana de la marca. Con Porsche, Volkswagen, Cariad y ahora Audi, el Grupo Volkswagen ha decidido eliminar casi 48.000 puestos de trabajo.
Audi ha anunciado que no habrá despidos obligatorios. Los recortes de empleo se producirán en la administración y el desarrollo de vehículos, pero no en la producción de automóviles. “Audi debe ser más rápida, más ágil y más eficiente”, ha dicho Gernot Döllner, Presidente y Consejero Delegado de Audi.
Gernot Döllner, se refirió además a las “condiciones económicas cada vez más duras, la presión competitiva y las incertidumbres políticas que plantean enormes retos para la empresa”, en referencia a las caída de sus ventas en China, que con casi 650.000 coches entregados en 2024 sigue siendo su primer mercado, a la incertidumbre acerca de los aranceles en Estados Unidos (su tercer mercado) y a la presión en Europa para vender coches eléctricos.
“Lo que está claro es que esto no será posible sin un ajuste de plantilla”, añadió. Con estas medidas, la empresa espera ahorrar más de 1.000 millones de euros al año a medio plazo. A cambio, Audi asegurará el futuro de las plantas alemanas y ha prorrogado hasta finales de 2033 el acuerdo entre empresa y sindicatos para garantizar los puestos de trabajo en los centros alemanes.
Audi tiene previsto invertir unos 8.000 millones de euros en sus plantas de Neckarsulm e Ingolstadt de aquí a 2029. En el futuro, se fabricará un nuevo modelo eléctrico de acceso en Ingolstadt, quizá un derivado del Volkswagen ID.2, y la producción de la próxima generación del Audi Q3 se llevará a cabo también en Alemania y ya no sólo en la planta húngara de Győr.
Audi ya ha recortado alrededor de 9.500 puestos de trabajo, esencialmente en producción desde 2019. Esta medida, según dijo en su momento, debería liberar miles de millones de euros para financiar su cambio a los vehículos eléctricos y aumentar los márgenes para alcanzar entre un 9% y un 11%.
Sin embargo, afectada por la competencia de las marcas locales en China, Audi vio caer sus ventas un 11,8% el año pasado. Los ingresos cayeron hasta los 64.500 millones de euros, un 7,6% menos que el año anterior, mientras que el beneficio de explotación se desplomó hasta los 3.900 millones de euros, frente a los 6.300 millones de 2023.
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