Abres tu coche, te sientas dentro y huele fatal. Si te paras a pensar, suele pasar cuando llueve durante varios días o después de lavar el coche (unas horas más tarde o al día siguiente). No es casualidad: lo más probable es que sea culpa de la humedad.
El mal olor en un coche puede deberse a múltiples motivos, incluso puede haber un animal muerto en algún recoveco del vano motor o dentro del salpicadero, sin embargo, si el mal olor aparece después de que llueva o de lavar el coche, se debe, con casi total probabilidad, la humedad.
Un olor que no se neutraliza a base de ambientadores
Lo complicado es encontrar la por qué se produce esa humedad para ponerle remedio y acabar con el mal olor. En muchos casos, la explicación está en el agua que se queda en las alfombrillas y en la moqueta cuando entramos al coche con el calzado mojado.
También nos metemos con ropa de abrigo y paraguas mojados. Puede que ese agua que traemos de fuera tarde en secarse, sobre todo, cuando lleva varios días lloviendo y hace frío, por lo que se acumula humedad dentro del coche y se produce el mal olor. En el peor de los casos, además del mal olor, se empañan mucho los cristales por dentro por la humedad acumulada.
En este caso, la solución es sencilla: hay que limpiar las alfombrillas, en la medida de lo posible, con un desinfectante que acabe con las bacterias que han podido quedarse tras varios días de acumulación de agua de la calle e incluso de barro. Cuando las alfombrillas estén completamente limpias y desinfectadas, hay que dejar que se sequen bien antes de volver a ponerlas en el coche. Si el olor se debe a la humedad acumulada en la moqueta o en los asientos, hay que limpiar bien esa zona y dejar que el coche se ventile correctamente. Si hace falta, puedes utilizar un deshumidificador y, si hay moho, tienes que eliminarlo.
Otra posibilidad es que entre agua en el coche por algún sitio. Puede ser por las juntas de las puertas, por las juntas del maletero, por las ventanillas si el coche no tiene marcos en las puertas, por el techo solar o por la capota si es descapotable. No es fácil encontrar el sitio por donde se filtra el agua, así que puedes ir a un lavadero de agua a presión y observar si encuentras la filtración en alguna parte. En los coupés y los descapotables, es fácil dar con zonas entre las ventanillas y el techo por donde se cuelan hilos de agua.
Si consigues encontrar la filtración, la solución puede ser sencilla y barata... o complicada y cara. Puede que resuelvas el problema simplemente hidratando las juntas de las puertas, es decir, las gomas negras que te encuentras cuando abres las puertas. Con el tiempo, estas gomas se resecan y no sellan bien. Puede solucionarse con spray de silicona, un producto que “hidrata” las gomas y permite que vuelvan a sellar de forma correcta. Un bote cuesta alrededor de 5 euros y lo puedes encontrar en cualquier ferretería y en grandes supermercados.
El spray de silicona no solo sirve para las gomas de las puertas, sino también para las del maletero y para las del techo solar. Si las gomas son irrecuperables o directamente están rotas, lo suyo es que las cambies y no suele ser barato, aunque puede que en algún desguace las encuentres en buen estado por poco dinero.
Otra de las causas del mal olor puede ser, sencillamente, que algún desagüe de las puertas del coche esté taponado porque se ha acumulado tanta suciedad que no deja salir el agua.
También existe la posibilidad de que el problema esté relacionado con el plástico que hay debajo de los limpiaparabrisas delanteros, es decir, el vierteaguas de la luna delantera, también denominado torpedo.
En muchos coches, el plástico y la goma del torpedo se reseca con el paso del tiempo y se acaba rompiendo por alguna zona, es muy común en ciertos modelos, como el Volkswagen Golf mk3 y el BMW Serie 3 E46; por ahí puede entrar suciedad y agua y, con el tiempo, causar malos olores que acaban pasando al habitáculo. Revisa su estado y cámbialo si es necesario.
En muchos casos, el mal olor de la humedad se produce por bacterias que se quedan en los conductos del sistema de climatización. Cuando se utiliza el aire acondicionado, se crea condensación, por eso te encuentras un charco de agua debajo del coche cuando le das mucha caña al aire acondicionado.
Si el desagüe que se encarga de evacuar ese agua está obstruido, se forma humedad dentro de los conductos de ventilación y acaban produciéndose bacterias y hongos. Hay productos específicos para eliminar estas bacterias, que desaparezca la humedad y no vuelva a oler mal cuando activas el aire acondicionado.
Existe también la posibilidad de que se acumule humedad en el filtro del habitáculo. Se recomienda cambiarlo cada dos años, pero me he encontrado coches en los que no se había cambiado desde hacía años, por lo que este filtro no servía absolutamente para nada, de hecho, solo contribuía a que entrase suciedad en el habitáculo. Es un filtro económico y suele ser muy fácil cambiarlo porque se encuentra debajo de la guantera, en el vierteaguas de la luna delantera o en algún compartimento de fácil acceso dentro del vano motor.
Imágenes | Unsplash, Nissan y Motorpasión
