Confirmado: la filial de camiones de Toyota condenada a una multa de 1.600 millones por un dieselgate en EEUU

Confirmado: la filial de camiones de Toyota condenada a una multa de 1.600 millones por un dieselgate en EEUU
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En 2024, un nuevo fraude de emisiones salpicó a Toyota indirectamente. Su filial de camiones y autobuses Hino, del cual posee el 50,1%, estaba siendo investigada en Japón y en Estados Unidos por haber falsificado los datos de emisiones de algunos de sus motores durante los últimos veinte años.

Finalmente, Hino Motors se declaró culpable el pasado miércoles de una trama de fraude de emisiones de varios años en Estados Unidos y deberá pagar 1.600 millones de dólares en multas, según informó el Departamento de Justicia estadounidense.

Doce años de datos falsificados

“Las empresas que eluden deliberadamente las leyes medioambientales de EE.UU., como la manipulación de datos y el cumplimiento de las leyes aplicables, merecen un castigo y serán consideradas penalmente responsables”, declaró Jeffrey Hall, director ejecutivo en funciones de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU., la EPA.

A principios de enero, Hino indicó que se declararía culpable del exceso de emisiones de los motores de más de 105.000 vehículos en EE.UU. entre 2010 y 2022. A finales del año pasado, Hino registró una pérdida especial de 230.000 millones de yenes (1.428 millones de euros) en sus beneficios del segundo trimestre, finalizado en octubre del año pasado, para cubrir los costes previstos de la demanda.

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El acuerdo incluye un programa de mitigación, valorado en 155 millones de dólares, para compensar el exceso de emisiones a la atmósfera derivado de las infracciones mediante la sustitución de motores marinos y de locomotoras, y un programa de llamada a revisión, valorado en 144,2 millones de dólares, para arreglar los motores de los camiones pesados de 2017 a 2019, dijo anteriormente la EPA.

Hino admitió que entre 2010 y 2019 utilizó “atajos ilícitos” y presentó solicitudes falsas para la aprobación de la certificación de motores y alteró los datos de las pruebas de emisiones, realizó pruebas de forma incorrecta y fabricó datos sin realizar ninguna prueba subyacente.

Estas manipulaciones de los datos de emisiones han sido atribuidas a un ambiente empresarial inflexible. Tanto que resultaba difícil que el personal se sintiera psicológicamente seguro. La cultura empresarial de la época no permitía a los equipos de ingenieros que desarrollaban los motores contradecir a sus superiores, cuando sabían que los objetivos de emisiones no se cumplirían. Esto les habría llevado a falsificar los datos para cumplir con los objetivos de la empresa.

El Presidente de Hino, Satoshi Ogiso, declaró en enero que la empresa había mejorado su cultura interna y sus prácticas de supervisión y cumplimiento.

En la última década, varios fabricantes de automóviles admitieron haber vendido vehículos diésel con exceso de emisiones. Volkswagen pagó más de 20.000 millones de dólares en multas en todo el mundo (1.000 millones solo en Europa), sanciones y acuerdos después de admitir en 2015 que había engañado las pruebas de emisiones mediante la instalación de un dispositivo que falseaba los datos de emisiones en casi 11 millones de vehículos en todo el mundo.

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