La Unión Europea ha emprendido el camino hacia la revolución de las baterías tradicionales, dejando muy claro que los coches eléctricos del mañana deben moverse gracias a baterías europeas y no chinas. Después de crearse una alianza franco-alemana, lanzarse un proyecto para desarrollar y fabricar baterías con tecnología de azufre de litio en estado sólido y otro con baterías de magnesio, Europa ha dado otro importante pistoletazo de salida.
Se trata de un proyecto coordinado por Austria y con un presupuesto de casi siete millones de euros cuyo objetivo es desarrollar componentes eléctricos para conseguir recorridos diarios de 1.000 km de aquí a 2021. Esto, unido a un sistema de recarga rápida que permita recuperar toda la autonomía en menos de 90 minutos.
Misión: crear un SUV 100 % eléctrico con un rendimiento superior a cualquiera conocido
El ambicioso proyecto 'EVC1000' ('Componentes de Vehículos Eléctricos para viajes diarios de 1.000 kilómetros') ha reunido a 10 empresas del sector automotriz -entre los que destacan Audi y JAC- así como de la esfera de la ciencia para desarrollar un SUV eléctrico que disponga de una autonomía de 1.000 km.
Además de desarrollar el conjunto de componentes necesarios para fabricar este tipo de vehículos, la nueva alianza centrará sus esfuerzos en una tecnología que permite introducir motores eléctricos en las ruedas del coche.
El objetivo es redistribuir los componentes para liberar espacio para paquetes de baterías de mayor tamaño y capacidad, gracias a que los motores, transmisiones y módulos de potencia se desplazan hacia las ruedas. Se espera que esto permita desarrollar un sistema de carga rápida que permita recuperar los 1.000 km en menos de hora y media.
Cuando finalice el proyecto en 2021 los socios podrán presentar los nuevos componentes integrados en dos SUV 100 % eléctricos que desarrollarán Audi y JAC -socio de SEAT en China- en el Audi e-tron y el JAC iEV6S.
Además de Audi y JAC, el proyecto 'EVC1000' incluye a los siguientes socios: AVL List GmbH (Austria), Brembo (Italia), ELAPHE (Eslovenia), Fraunhofer ENAS (Alemania), Ideas & Motion (Italia), TU Ilmenau (Alemania), Tenneco Automotive Europe (Bélgica), y la Universidad de Surrey (Reino Unido).
Este proyecto forma parte del programa europeo Horizon 2020, dotado con más de 6.300 millones de euros. Su objetivo es lograr un sistema de transporte europeo que sea eficiente en el uso de los recursos, respetuoso con el medio ambiente y seguro, de forma que consigamos romper con la dependencia del petróleo y otros combustibles fósiles a través de mejoras tecnológicas.
Un objetivo bastante idílico a corto plazo si tenemos en cuenta que el transporte depende en un 96 % de los combustibles fósiles y que los países siguen subvencionándolos a medida que los grupos de presión cobran más protagonismo durante los procesos de toma de decisiones clave en Bruselas.