Cuando alguien atesora una fortuna importante piensa cambiar su casa por una mansión, y cuando esa fortuna roza lo obsceno entonces es cuando alguien se plantea la opción de cambiar su superdeportivo del día a día por un Bugatti Chiron de 2,4 millones de euros.
Para satisfacer estas necesidades Mansory ha creado el Centuria y lo ha presentado en el Salón de Ginebra, una completísima modificación sobre el referente automovilístico francés cuyo precio no ha sido revelado, pero seguramente no esté al alcance de ninguno de los aquí presentes.
Aún más agresividad para un coche de 1.500 CV
Con unas cifras descomunales de 1.500 CV y 1.600 Nm de par motor procedentes de su no menos descomunal motor W16 de 8.0 litros y cuatro turbos, el Chiron es una bestia mecánica que completa el 0-100 km/h en 2,5 segundos, el 0-300 km/h en 13,5 segundos y puede alcanzar una velocidad punta de 420 km/h (limitada). Todo envuelto en lujo, sofisticación y fibra de carbono.
Pero estas minucias no son suficientes para algunos propietarios. Los hay que necesitan algo aún más exclusivo que un simple coche del que se fabricarán 500 unidades, y para eso está el siempre polémico preparador Mansory.
El especialista ha tomado al Chiron y lo ha remozado por completo. El ultradeportivo galo luce ahora un completo kit de carrocería que deja al margen el refinamiento francés y le saca punta por sus cuatro costados, esculpiendo líneas mucho más marcadas en el frontal, la zaga, las taloneras, los pasos de rueda o incluso un nuevo alerón trasero sobre el elemento retráctil de serie.
Todos los elementos de la carrocería han sido fabricados en el material Forged Carbon propio de Mansory y de entre todos ellos destaca una zaga en la que ya ni siquiera hay parachoques para convertirse todo en un enorme difusor. Dentro de lo exagerado de la propuesta lo cierto es que no es tan barroco como otros modelos modificados por el taller.
Al interior también se le ha dado una dosis extra de cariño, utilizando Alcántara en tonos azules para mantenerse a juego con la carrocería y un trabajo de costura a mano en el que se ha bordado el nombre del modelo.
Donde los chicos de Mansory no han metido mano es en las entrañas del Chiron y, en teoría, han dejado intacto el portentoso motor, a su transmisión DSG y al chasis. Lo único que ha modificado son las tapas del motor, pero ha sido un mero cambio estético. No creemos que nadie vaya a necesitar más de 1.500 CV.