Hace tiempo que Toyota trabaja el desarrollo de baterías de estado sólido que prometen recargas en 10 minutos (y tantas veces como uno quiera sin miedo a la degradación) para conseguir un coche eléctrico de hasta 1.200 km de autonomía para 2027. El sueño para los amantes de los vehículos eléctricos: desterrar para siempre la ‘ansiedad por autonomía’.
Ahora la marca se ha unido a Idemitsu Kosan con el fin de “establecer una cadena de suministro de electrolitos sólidos” y avanzar hacia la producción en serie de estas baterías, según el CEO global de Toyota, Koji Sato. Electrolitos que por cierto, han tenido a bien presentar en un recipiente de forma un tanto… peculiar.
Un futuro disruptivo para el coche eléctrico
A través de esta colaboración, las dos empresas buscan culminar la tecnología en la que llevan trabajando décadas (Idemitsu desde 2001, mientras que Toyota comenzó en 2006) y garantizar la comercialización de las baterías de estado sólido entre 2027 y 2028, tal como adelantó la marca nipona en junio. Tras esta fase, se podrá llegar a la producción en masa a gran escala.
Esta colaboración gira en torno a los electrolitos sólidos de sulfuro, que se consideran un material prometedor, altamente flexible, adhesivo y resistente que busca lograr una alta capacidad, rendimiento y durabilidad de las baterías (hasta ahora, su principal escollo).
Así, en teoría con estas baterías de estado sólido de Toyota un coche eléctrico podría cargarse por completo en menos de 10 minutos y disfrutar de una autonomía de 1.200 km. Tendrían así una densidad energética 2,4 veces superior a la de las baterías convencionales de iones de litio.
Además, según el CEO de Toyota, “dado que las baterías de estado sólido son más pequeñas y más potentes, permitirán que los vehículos eléctricos satisfagan una amplia gama de necesidades: desde automóviles deportivos que requieren un alto rendimiento, hasta vehículos comerciales que requieren recargas rápidas frecuentes”.
Más allá de una información tan relevante como esta para el futuro del automóvil a nivel global, nadie entre todas las personas que revisan esta información antes de que se publique en un comunicado de prensa global ha visto nada raro. Suponemos que tú tampoco.
Nadie ha visto en un recipiente cónico y transparente de base circular un juguete sexual. Podía haber sido un cilindro, una esfera, una caja… o cualquier otra cosa que no tuviera esa forma. Porque no pasa nada, pero la tiene. ¿Una elección brillante, desacertada o una simple anécdota?
Habrá opiniones divididas pero, sin duda, la foto que serviría para presentar el ingrediente secreto que puede llegar a cambiar drásticamente el futuro de los coches eléctricos entre datos de baterías, densidad e imágenes con hombres de traje dándose la mano, realmente llama la atención.
