Probamos el BYD Seal: la berlina eléctrica china que quiere que te olvides de Tesla con su mejor relación calidad-precio
BYD continúa con su plan para conquistar Europa. Después del Atto 3, el Han, el Tang y el Dolphin, aterriza su quinto modelo en nuestro mercado: el BYD Seal. En este caso hablamos de una berlina de 4,8 metros que apunta directamente al Tesla Model 3.
Ya está a la venta desde 46.990 euros en dos versiones: una de tracción trasera con 313 CV y otra de tracción total con 530 CV. Ambas están completamente equipadas de serie y pretenden acabar con el estigma de que los coches chinos no están a la altura de los europeos. De paso, pretende ser el próximo coche del año.
El BYD Seal es la enésima demostración de fuerza de China
Ha pasado menos de un año desde que BYD aterrizó en Europa, pero este gigante chino va a por todas y su objetivo no solo pasa porque sus coches eléctricos sean los más vendidos en nuestro continente, también pretende convertirse en uno de los principales fabricantes de automóviles del mundo.
De momento, ya es uno de los mayores fabricantes de baterías y en 2023 ha sido la marca líder del mundo en coches enchufables. Pero no es suficiente, por eso ahora persigue objetivos más ambiciosos.
Claro que para conseguirlos necesita aplastar a Tesla, la primera firma que ha logrado hacer de un coche eléctrico el más vendido del mundo y, hoy por hoy, el principal rival de BYD. El nuevo BYD Seal es parte de la artillería pesada que acaba de estrenar la compañía china para hacerse con Europa y poner contras las cuerdas a Tesla.
Es el quinto modelo que lanza BYD en España. Sí, en menos de un año, cinco coches y esto no ha hecho nada más que empezar. Se trata de una berlina de tamaño medio (segmento D) que mide 4,80 metros de largo y apunta directamente al Tesla Model 3. Más adelante se enfrentará al BMW Neue Klasse.
En España aterriza con dos versiones bien diferenciadas: el Design de acceso y el Excellence AWD tope de gama. El primero es tracción trasera, tiene un solo motor que desarrolla 230 kW (313 CV), un par máximo de 360 Nm y homologa una autonomía de 570 kilómetros en ciclo combinado WLTP. Esta versión pesa 2.055 kg.
El segundo tiene dos motores que producen una potencia combinada de 390 kW (530 CV), un par máximo de 670 Nm) y le permiten tener tracción total, mientras que su autonomía es de 520 kilómetros. En este caso, el peso es todavía mayor: 2.185 kg.
Salvo los motores, las dos versiones del Seal comparten todo, incluida la batería LFP de 82,5 kWh de capacidad denominada BYD Blade Battery. También tardan lo mismo en cargarse: 37 minutos del 10% al 80% a un máximo de 150 kW en corriente continua. En corriente alterna la potencia máxima de carga es de 11 kW.
Las medidas exteriores, en los dos casos, son 4,80 metros de largo, 1,87 metros de ancho y 1,46 metros de alto. Como la distancia entre ejes es de 2,92 metros, su interior es muy amplio. Con el techo panorámico y la tapicería de color claro de la unidad probada en la primera toma de contacto, la sensación de amplitud es todavía mayor.
Las plazas traseras tienen espacio de sobra en todas las cotas, aunque de maletero no va tan sobrado, teniendo en cuenta su tamaño exterior. El maletero trasero tiene 400 litros de capacidad y, aunque tiene unas formas muy limpias y se puede aprovechar muy bien, la boca de carga es pequeña y limita mucho la carga de objetos voluminosos.
Bajo el piso tiene un hueco; es pequeño, pero viene muy bien para dejar el cable de carga y cualquier otra cosa de tamaño pequeño que se quiera separar del resto de la carga. El maletero delantero tiene 53 litros de capacidad y también es útil para llevar ahí el cable de carga.
El equipamiento de serie también es prácticamente idéntico. Esta es una de las armas del BYD Seal porque va cargadísimo e incluye, entre otras cosas, techo solar panorámico, portón trasero eléctrico, llantas de 19”, faros Full LED, ventanillas con doble acristalamiento, bomba de calor, cámara de 360 grados, sistema de audio Dynaudio con 12 altavoces, cuadro digital con pantalla de 10,25” o la pantalla táctil central de 15,6” que montan todos los BYD y puede rotar eléctricamente para quedar en disposición horizontal o vertical.
También cuenta con todo tipo de sistemas de asistencia a la conducción y lo único que es exclusivo del tope de gama es el Head-Up Display. El interior puede ser de color negro o Tahiti blue, como el de las fotos. Para el exterior hay cinco colores de serie disponibles y dos más de manera opcional.
Otra de las armas del Seal es la calidad. Quien asocie coche chino a materiales baratos y ajustes mediocres solo tiene que echar un vistazo al interior de este BYD y, sobre todo, tocarlo. Está muy bien hecho y se nota, tanto a la vista como al tacto: todas las superficies están acolchadas, utiliza buenos materiales y los ajustes son perfectos. En este sentido, está claramente por encima del Tesla Model 3.
En términos de ergonomía también le supera, y más desde que el Model 3 se ha actualizado y ha pasado a tener los intermitentes en el volante y la palanca de cambios en la pantalla central. En el BYD todo es más lógico, las cosas están a mano y es más práctico.
Hay mucha tecnología, pero no se pasa de moderno, como el Model 3. La palanca de los intermitentes de toda la vida es más cómoda y que haya una palanca física para el cambio es infinitamente más práctico que tenerla en la pantalla.
A mi modo de ver, que gire la pantalla central es prescindible porque al conductor que le guste llevarla horizontal no le dará por moverla y pasará lo mismo con el que la prefiera vertical, pero ya es una marca de la casa de la firma china.
La posición de conducción es muy buena y los asientos, aunque tienen un aspecto muy deportivo, ofrecen más confort que sujeción. En los dos acabados, los delanteros son eléctricos y calefactados (también es calefactado el volante).
Cómodo, eficiente y muy rápido, pero nada deportivo
En marcha, da la misma sensación que con los asientos. El coche conducido en la primera toma de contacto es un Excellence AWD de 530 CV y con 670 Nm de par. Son cifras que hasta hace bien poco solo se podían permitir los supercars, pero la electrificación lo ha cambiado todo y ahora son los números de una berlina de tamaño medio.
Con esas credenciales, a nadie le extrañará que corra. De hecho, es un coche rapidísimo, tanto que es innecesario en un modelo de estas características porque acelera de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos. Su velocidad máxima, eso sí, está limitada a 180 km/h.
La cuestión es que el Seal está más enfocado al confort que la deportividad. Su puesta a punto es muy buena y se comporta realmente bien en cualquier situación, pero tiene un tacto menos deportivo que el del Model 3. La suspensión es más blanda y la dirección es mucho menos directa, incluso en el modo de conducción Sport (tiene cuatro: Sport, Normal, Eco y Snow).
A cambio, es comodísimo, incluso en carreteras muy rotas. La suspensión trabaja realmente bien y filtra a la perfección los baches e irregularidades, se lo traga todo. Y eso, con sus más de dos toneladas de peso, tiene mérito, aunque lo cierto es que semejante lastre no se nota en marcha; en este sentido sí viene bien su músculo eléctrico porque se siente más ligero y ágil de lo que cabría esperar.
En lo que más sorprende es en el apartado de consumos porque gasta menos de lo que cabría esperar. Una toma de contacto no es suficiente para sacar conclusiones, pero en algo más de 100 kilómetros recorridos por la sierra de Madrid y la A-1 se conformó con menos de 19 kW/100 km en un día bastante frío.
El Excellence homologa un consumo medio de 18,2 kW/100 km y en la práctica se acercó mucho a esa cifra. Que tenga un coeficiente aerodinámico de apenas 0,22 es clave para que no gaste mucho y aproveche los 82,5 kWh de su batería.
En cualquier caso, a no ser que necesites los 530 CV y la tracción total, me parece más equilibrada la variante Design de tracción trasera. Acelera de 0 a 100 km/h en unos más que decentes 5,9 segundos, también alcanza los 180 km/h y, sobre el papel, es más eficiente porque homologa un consumo combinado de 16,6 kWh.
También ofrece 50 km más de autonomía (570 km). En parte porque es menos potente, pero también porque pesa unos cuantos kg menos (130 kg menos).
Eso sí, el precio no es muy determinante para decirse por uno u otro porque la diferencia es mínima. El Design está a la venta desde 46.990 euros y el Excellence AWD arranca en 48.990 euros. Son 2.000 euros más a cambio de la tracción total y 217 CV más.
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