Alquilar un coche a veces es un dolor de cabeza: desde recargos absurdos de cientos de euros hasta que te cobren por repostar gasolina en un coche eléctrico. En ocasiones son los clientes los que la lían. Pero no se puede decir que fuera el caso de los que se llevaron los coches de la sucursal del Hertz en el aeropuerto de Syracuse (Nueva York).
No es que los robaran: cuando acudieron al mostrador, estaba vacío. Estos clientes habían pre-contratado o reservado los coches, así que optaron por cortar por lo sano y coger los que estaban disponibles con las llaves puestas. Entre ellos, un conocido político.
"Había un montón de gente recogiendo coches"
Cuando alquilas un coche es porque lo necesitas. Más si cabe en EEUU, donde en no pocas ciudades se depende casi por completo del transporte privado. Así que lo último que quieres cuando aterrizas en un aeropuerto es quedarte sin montura. Más si cabe si ya la habías reservado. Es justo lo que sufrieron estos clientes el pasado julio en este aeropuerto que está a ocho kilómetros del centro de la ciudad.
"Llegamos y la empresa de alquiler de coches estaba cerrada", señala Mike Johnston, actual alcalde de Denver, capital de Colorado. Fue uno de los no pocos afectados: "Había probablemente 40 de nosotros atrapados en la misma empresa de alquiler de coches, había un montón de gente recogiendo coches... Pero no los coches adecuados".
Con esto se refiere a que los enfadados clientes optaron por ir directos al parking y llevarse los que pillaban. Muchos de estos coches, tenían las llaves puestas. Pero ¿dónde estaban los empleados?
El mostrador estuvo vacío casi 12 horas. Según informa CBS News, en base a la declaración del personal del Aeropuerto Internacional Hancock de Syracuse, los trabajadores de esta sucursal abandonaron sin más sus puestos de trabajo. En concreto desde las 20:41 del 20 de julio hasta las 6:58 del día siguiente. Es más, la mayoría se fue a las 19:15, pero un trabajador regresó sobre las 20:00 para irse poco después. Su diáspora fue grabada por las cámaras.
Según detalla la administración del aeropuerto, esta sucursal tenía que estar abierta hasta la 1:28 de la madrugada: una hora después de que el último vuelo aterrizase.
Así, todos los viajeros que llegaron al mostrador de Hertz se toparon con que nadie podía entregarles el coche. Los que no tenían reserva se entiende optaron por acudir a otra compañía de alquiler de las que prestan servicio en este aeropuerto: con Hertz, son un total de seis. Pero los que habían pagado previamente el coche (lo más habitual), no estaban por la labor de tener que formalizar otro contrato y reclamar a Hertz el dinero.
Y es que esta sucursal no tiene servicio de autoservicio: quien entrega y tramita la entrega de vehículos son los empleados. Johnston, entrevistado por dicho medio, fue uno de los que se llevó uno de los coches con las llaves en el contacto. Hubo otros viajeros que no tuvieron tanta suerte, pues no todos los automóviles las tenían puestas.
Al día siguiente, Hertz se puso en contacto con Johnston y le solicitó que devolviera el coche para llevarse el que le correspondía por contrato. Hay que recordar que cuando se reserva un coche de alquiler, independientemente de la compañía, se selecciona un perfil de coche pero no un modelo en concreto. Por ejemplo un urbano con caja manual o un familiar de siete plazas con cambio automático.
Si bien no se indica, se deduce que la compañía siguió el mismo procedimiento con el resto de viajeros que se llevaron los coches. Dado que tenían reserva, y por tanto habían pagado ya el alquiler o una parte, habría sido indecente una denuncia por hurto. Aunque Hertz ha llegado a acusar de falsos robos a sus clientes y ha sido denunciado por ello ante los tribuales.
¿Una huelga inesperada? Respecto a los empleados, no se detalla el motivo de su marcha. Pero dado que fueron todos, bien podría ser una surte de huelga o protesta. "Hemos tomado en cuenta los comentarios y actuamos de inmediato", señaló la vicepresidenta de área de Hertz tras el capítulo. De ello se deduce que han tomado medidas con estos trabajadores.
La pandemia golpeó fuertemente a Hertz y se declaró en bancarrota en 2020. También despidió a casi el 30 % de su plantilla en todo el mundo. Si bien después remontó, su apuesta por los coches eléctricos la ha sumido en nueva crisis. Tanto es así que fue despedido en primavera Stephen Scherr, el CEO de la firma.