Últimamente a la Fórmula E le salen muchas novias. Si Mercedes ya anunciaba que entraría a formar parte de la parrilla en 2018, ahora Sergio Marchionne ha confesado que quizá sería una opción para los de Maranello si se revisasen ciertos puntos del reglamento.
Sin duda alguna, la entrada del fabricante italiano sería un importante impulso para la Fórmula E que cada vez parece más establecida como categoría. Aunque aún hay mucho trabajo por hacer para seguir avanzando y calando entre los fabricantes.
El principal inconveniente que frena a muchos de los interesados a dar el salto definitivo la próxima temporada, son las limitaciones de desarrollo en el monoplaza. En los inicios, Alejandro Agag y su equipo optó por establecer un coche base que los equipos pudiesen poner a punto sin tener que hacer una gran inversión.
Si en un principio, ésta decisión permitió que la la Fórmula E diese sus primeros pasos, cada vez es más evidente la necesidad de liberar el reglamento. El aperturismo parece que podría llegar en 2018, momento en el que Mercedes ya anunciado que entrará y que Ferrari podría aprovechar.
El otro de los mayores incovenientes que tiene la categoría, y que no gusta a Marchionne, es la necesidad de cambiar de coche a mitad de la carrera. Las baterías de las que McLaren provee a los equipos aún no tienen la capacidad suficiente para completar una carrera sin tener que parar. Se espera que esto se solucione pronto, pero la realidad es que aún no hay una fecha.
La posible futura inclusión de Ferrari en la Fórmula E podría ayudar a la electrificación de la flota de Maranello, pero el recorrido hasta ese primer coche eléctrico parece aún muy largo.