"Tenemos que ser chinos nosotros mismos". Carlos Tavares marca el rumbo de Stellantis hacia la rebaja de costes

"Tenemos que ser chinos nosotros mismos". Carlos Tavares marca el rumbo de Stellantis hacia la rebaja de costes
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Stellantis se ha propuesto hacer frente a la crisis del coche eléctrico que atraviesa la industria del automóvil europea de una manera diferente a otros fabricantes. La idea del CEO de la compañía, Carlos Tavares, pasa por copiar a China para poder competir contra sus coches eléctricos baratos.

Además de fabricar coches chinos en Europa para esquivar los aranceles, esa política implica rebajar costes como sea, aunque conlleve despedir gente en Europa e incluso llevarse fábricas a otros países.

Copiar a China para plantar cara a sus coches eléctricos baratos

La industria del automóvil europea está pasando por su peor momento. Mientras los coches chinos baratos, tanto los eléctricos como el resto, siguen ganando cuota de mercado, las marcas europeas se plantean todo tipo de fórmulas para plantar cara al gigante chino.

Entre estas fórmulas están los aranceles al coche eléctrico chino de hasta el 35,3% que propuso Europa hace unos meses, pero muchos fabricantes (y países) consideran que no es suficiente e insisten, cada vez más, en cambiar la normativa que prohibirá vender coches nuevos de combustión en nuestro mercado a partir de 2035 y que se levante la mano con los coches más contaminantes.

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Otras compañías, como Stellantis, no están de acuerdo con ello y prefieren seguir la hoja de ruta establecida por Europa. Hace unos días, el CEO de Stellantis defendió esta posición diciendo que “Sería surrealista cambiar las reglas ahora”, escudándose en que Stellantis ya ha hecho los deberes y tiene una gama completa de coches eléctricos, y no tiene la culpa de que otros fabricantes se hayan dormido.

Sin embargo, la gama de cero emisiones de Stellantis no está siendo precisamente un éxito. La compañía tiene duplicidad de eléctricos e híbridos e incluso ha paralizado la fabricación del modelo eléctrico estrella de Fiat, el Fiat 500e, porque no se vende bien.

A pesar de ello, Tavares parece tener un plan para capear el temporal y luchar contra el coche eléctrico chino: “intentar ser chinos nosotros mismos”, dijo el máximo responsable de Stellantis hace unas semanas en una conferencia de Reuters Events, según informa Automotive News Europe.

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Los primeros resultados de esa estrategia no se han hecho esperar: hace unos meses, Stellantis decidió comprar una participación del 21% en esta compañía, dando lugar a una empresa conjunta que permite a Stellantis tener acceso a la tecnología de esta marca china, así como los derechos exclusivos para fabricar sus vehículos eléctricos fuera de China.

Stellantis no ha perdido el tiempo y ya lleva unos meses fabricando modelos de Leapmotor en la planta de Tichy, en Polonia, donde se producía el Fiat 500 hasta que dejó de comercializarse en Europa. De esta forma, Stellantis ha conseguido poner a la venta coches eléctricos chinos en Europa, esquivando los aranceles al coche eléctrico chino.

Pero la estrategia de Tavares de intentar ser como las marcas chinas no solo pasa por Leapmotor: también consiste en rebajar costes lo máximo posible para intentar mejorar sus márgenes de beneficio. "La carrera del coche eléctrico se ha convertido en una carrera de reducción de costes", dijo el CEO de Stellantis hace unos meses.

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Una de las opciones que baraja Tavares para reducir costes es llevarse la producción de vehículos de Europa a otros países en los que fabricar sea más barato: “El abastecimiento se desplazará del mundo occidental a los países que ofrezcan los mejores costes".

Con la planta de Stellantis de Mirafiori (Italia) parada y el fantasma de la deslocalización de los proveedores hacia Marruecos, donde Stellantis ya tiene una fábrica y el sector del automóvil está creciendo, crece el miedo a perder puestos de trabajo en Europa, especialmente ahora que Volkswagen propone medidas drásticas para superar la crisis del coche eléctrico y se plantea despedir a miles de empleados en Alemania.

Lo único que está claro es que la estrategia de Stellantis, de momento, no está funcionando bien. Solo hay que ver que el precio de las acciones de la compañía en bolsa ha caído casi un 50% a lo largo de los últimos seis meses y sigue cuesta bajo.

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