
No me parece justo. Soy soltero y vivo con mi gata. No necesito un coche familiar porque no tengo niños a los que llevar a centenares de actividades extraescolares mientras hago la compra y de camino recojo una estantería en Ikea. Yo también quiero tener una excusa para tener un coche familiar.
No sé qué inventarme para tener un coche de padre, y vale que también es una cuestión de dinero porque no me llega ni para una décima parte de lo que cuesta, pero quiero una maldita excusa para meter un Audi RS 6 en el garaje. Es el coche familiar deportivo por excelencia, y más aún en esta versión RS 6 performance.
Audi RS 6 Avant performance: orgullo deportivo y familiar
Estéticamente es casi un sleeper. Su aspecto sigue siendo el de un coche grande, burgués, familiar... pero con mucho músculo. Podría pasar desapercibido con este color negro de no ser porque no cuela. Se ve brutísimo.
Los paragolpes son diferentes. El frontal tiene unas tomas de aire marcadísimas escoltando la parrilla delantera y con unas lamas verticales en los extremos que resaltan en gris, a juego con el labio inferior. Sobre la parrilla Singleframe se mantiene la abertura al final del capó en homenaje a los míticos Audi quattro.
Líneas marcadísimas para unas tomas de aire plenamente funcionales que dejan ver en su interior los radiadores que mantienen en su sitio la sobredosis de temperatura que es capaz de generar el motoraco que lleva dentro.
En la vista lateral tenemos el típico coche familiar que en este caso prescinde de los cromados en favor del gris mate y el negro. Los elementos en gris mate son propios de la versión performance: lamas, splitter, retrovisores, taloneras y marcos de las ventanillas, barra del paragolpes trasero y barras del techo.
Pero donde está el verdadero puñetazo del RS 6 Avant es en los pasos de rueda, que son 8 cm más anchos que en un A6 normalito y que en su interior encierran pinzas de freno enormes.
En esta versión performance las llantas de serie dejan atrás la 'discreta' medida de 21 pulgadas para equipar de serie unas llantas de 22" con neumáticos 285/30 que son sencillamente espectaculares. Dentro destacan las masivas pinzas de freno pintadas en color azul.
Se ve plantadísimo sobre el asfalto porque con la suspensión de serie es 20 mm más bajo, y a alta velocidad se rebaja aún 10 mm extra.
En la vista lateral es difícil que no se te caiga la baba. Mirando por detrás al Audi RS 6 Avant performance te das cuenta del poderío del familiar alemán. Esa cintura está más marcada de lo que parece, el paragolpes unido a los pasos de rueda es anchísimo y el techo termina en un alerón integrado que realza su faceta más racing.
No pueden faltar en el recital las dobles salidas de escape ovaladas típicas de RS. Están encerradas en un difusor muy voluminoso y escupen un sonido que aunque ya no es tan salvaje como engeneraciones anteriores, es un gorgoteo extremadamente agradable de escuchar para los que nos gusta quemar gasolina.
Interior muy premium con algún punto de mejora
Audi hace grandísimos interiores en lo referente a calidad. Eso es innegable aunque puedan gustarte más o menos. Nada más subirte al puesto de conducción y activar el contacto sientes esa calidad desde el sonido de las puertas al cerrar o el tacto de las manillas para abrir hasta en la música de bienvenida.
Los asiendos delanteros me han encantado. Son butacas cómodas con muchas posibilidades de ajuste eléctrico, mullido generoso y el apoyo lateral suficiente para un coche de este tipo. Sujetan muy bien el cuerpo y tienen un grado de confort muy alto. Además de ser ventilados y calefactados.
En el puesto de conducción el volante el volante es el típico de Audi RS tapizado en microfribra (a juego con reposabrazos, palanca de cambios y tapa de la guantera central). Me gusta por volumen y tacto, no tanto por el gusto de Audi de hacer volantes poligonales achatados por varias partes.
Sobre el salpicadero tenemos un surtido de tres pantallas idéntico al de la generación anterior. El cuadro de mandos es completamente digital a excepción de los indicadores de temperatura y gasolina que quedan fuera de la pantalla y su interfaz es limpio, sencillo y muy discreto, y por eso me parece de los mejores de la categoría.
En el panel central tenemos una pantalla táctil con respuesta háptica que recibe un nuevo software para el sistema de infoentretenimiento que es igual de sencillo pero más fluido y completo con compatibilidad con Android Auto y Apple Carplay inalámbricos. Una tercera pantalla debajo está totalmente dedicada a la climatización.
El interior rezuma calidad y la experiencia al pulsar cualquier mando es de lo mejor de su segmento, aunque sí es cierto que le vendría genial darle una vuelta a la cara tecnológica del RS 6 Avant porque se siente un poco añejo y sobre todo cambiar esas grandes piezas de negro piano que aunque quedan bonitas y son coherentes con el diseño ya sabemos lo que pasa con el polvo, las huellas y los arañazos.
En las plazas traseras hay mucho espacio para alguien como yo (170 cm) y también para gente más alta. La altura disponible es generosa y los respaldos tienen una inclinación agradable. Si llevamos alguien con las piernas largas la parte trasera de los asientos delanteros tiene forma para incrustar las rodillas si fuera necesario, aunque tendría que ser alguien muy alto sentado detrás de un conductor muy alto también.
Tenemos aireadores y control para dos zonas traseras independientes además de un túnel central para la transmisión que hacen que la plaza central sea prácticamente inutilizable salvo ocasiones muy puntuales.
No podemos evitar hablar del maletero porque estamos hablando de un coche familiar. Son 565 litros de maletero los que disponemos para cargar tantas cosas como queramos y la posibilidad de utilizar los raíles laterales para sujetar elementos con ganchos que están ocultos bajo el doble fondo.
La fila trasera 40/20/40 se puede abatir con un botón desde el maletero y nos deja sitio para 1.680 litros de capacidad y suelo plano para poder cargar los muebles que quieras.
Más madera para el 4.0 V8 biturbo, porque 600 CV no son suficientes
Bajo el capó de tamaño XXXL tenemos un motor que ya conocemos bastante tanto en Audi como en otras marcas del grupo. Es un bloque de aluminio con ocho cilindros en uve que cubica 3.996 cc, inyección directa y doble turbocompresor.
Como los 600 CV del RS 6 se pueden quedar escasos, Audi ha apretado un poco más en esta versión performance para subir hasta los 630 CV. En este caso cuenta además con etiqueta ECO porque se apoya en un motor eléctrico acoplado con una potencia de 12 kW (16 CV).
Si la cifra de potencia abruma, en el caso del par motor no nos vamos a quedar cortos absolutamente en ninguna circunstancia porque ofrece, ojo, 850 Nm en una banda amplia: entre 2.300 y 4.500 rpm. 50 Nm más.
Principalmente los cambios internos para conseguir más potencia en la versión performance se centran en unos turbos que pasan de soplar a 2,4 a 2,6 bares. Audi también asegura que han reducido algo el peso eliminando material aislante acústico en algunas partes del coche. La marca declara una reducción de 2.175 a 2.165 kg, 10 kg menos.
A esto habría que sumar las llantas forjadas que quitan 5 kg por cada una y los frenos carbocerámicos opcionales que además de ser absolutamente gigantescos reducen otros 34 kg de peso que frenan con un mordiente infatigable.
Para mi gusto podrían haberle eliminado más material porque me parece que es un coche que está ultra-aislado. Eso está bien porque a nivel de confort mejora que se perciba menos el ruido exterior y aerodinámico, pero da un poco de bajona no percibir el sonido del motor tanto como se podría.
Hay otros cambios en esta versión performance. La velocidad máxima pasa de estar limitada a 250 km/h para subir a 280 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h pasa de 3,6 a 3,4 segundos. El launch control es demoledor
En la vida real habría que estar muy fino para identificar un cambio así. Lo que sí puedo decirte es que la sensación de entrega con respecto a la versión anterior que probé del RS 6 en 2020 me ha parecido mucho más intensa y con una capacidad de tracción abrumadora.
Además de la personalidad muy presente del motor, me ha gustado mucho la caja de cambios tiptronic de convertidor de par de Audi. Es una transmisión ultraprobada por el fabricante alemán, con ocho velocidades y que funciona mediante convertidor de par con un comportamiento que casi rivaliza con una de doble embrague.
Se notan algo las costuras entre las marchas, especialmente en los modos más deportivos y no es del todo inmediata si la llevamos en modo manual, pero funciona muy bien. Sí mejoraría las levas, que me han parecido de tacto algo plasticoso, pequeñas y escondidas.
El chasis recurre a un esquema de paralelogramo deformable tanto en el eje delantero como en el trasero, y con muelles neumáticos y amortiguadores ajustables de forma electrónica en función del modo de conducción.
Aquí se encierra una de las maravillas del RS 6, y es que su bastidor está diseñado con dos propósitos: ser muy cómodo y soportar viajes a alta velocidad con una estabilidad soberbia. Cumple en los dos casos.
Evidentemente es un coche que se siente más firme que un A6 Avant convencional nada más subirte. Lo bueno que tiene es que el chasis puede moldearse al uso que vayamos a darle y en cualquier rutina de trayectos diarios no va a resultar nunca un coche incómodo.
Por otro lado cuando vamos a sacar a relucir la cara más guerrera de este familiar es un coche que responde con muchísima solvencia. Más allá de los modos convencionales, con los modos RS1 y RS2 podemos ajustar más parámetros y convertir en el coche familiar tranquilote en un familiar muy deportivo.
Cambia el sonido que se vuelve mucho más presente y gutural, cambia el tacto de la dirección para volverse más firme y cambia tanto la entrega del motor como el comportamiento de la caja de cambios y de las suspensiones. Con estas modificaciones se vuelve mucho más reactivo y deja de lado la confortabilidad para mostrar unos apoyos firmes cada vez que atacamos un giro.
Además de serie la versión performance también viene equipada con el paquete RS Dynamic que incluye un diferencial posterior más deportivo y dirección en el eje trasero. Con estos cambios el RS 6 Avant performance se puede tirar muy fuerte al interior de las curvas y se queda atornillado al suelo, incluso a medida que metemos acelerador.
La dirección me ha parecido extremadamente precisa, muy directa y bastante informativa, aunque hay que reconocer que aplicándonos en curvas es un coche al que no hay que solicitar demasiadas correciones, y eso habla muy bien de su precisión. Algo condicionado por los 5º de giro extra que aporta el eje trasero y al que hay que reconocer que también ayuda muchísimo a la hora de maniobrar en espacios cerrados. Doy fe, que mi garaje es bien tortuoso.
La motricidad es fantástica y aquí hay que destacar tanto la puesta a punto del chasis llevada a cabo por Audi Sport como el comportamiento de la reputadísima tracción integral quattro que gestiona de manera exquisita cómo se aplica tantísima potencia al asfalto.
En condiciones normales tenemos un reparto de 60/40 detrás/delante, que puede derivarlo hasta un 85/15 convirtiéndolo en un falso tracción trasera con el apoyo de un eje delantero que hace mucha fuerza. De paso, el paquete RS Dynamic también incluye un diferencial trasero autoblocante. Vamos, que tracciona aún mejor.
Lo que hay que tener en cuenta a medida que nos animamos es que seguimos estando ante un coche de más de 2.000 kg de peso. Aunque estén bien contenidas hay inercias, y es capaz de llegar extremadamente rápido a las curvas. Hay que saber preparar la trazada antes de llegar o si entramos sin los deberes hechos, cuidado. Lo bueno es que es un coche que lo hace todo fácil y con mucha sensación de control en todo momento. Se puede ir realmente rápido. Y sin darte cuenta.
Un coche con las tres Ps: práctico, premium y muy potente
El precio de partida del Audi RS 6 performance es de 173.600 euros, casi 20.000 euros más que el RS 6 convencional de solo 600 CV. A este precio habría que añadir en esta unidad el paquete RS Azul (2.665 euros), pintura Negro Sebring Efecto Cristal (2.235 euros), llantas de 22 pulgadas (2.935 euros), frenos cerámicos RS con pinzas pintadas en azul (12.570 euros)... Con esto el precio ya rozamos los 200.000 euros, y habría que seguir sumando.
Los opcionales en Audi siempre son caros y hay que reconocer que aunque es un señor coche hay elementos que no vienen de serie mientras que en otros mucho más asequibles sí, como pueden ser el Head-Up Display, el aparcamiento asistido o el sistema de visión nocturna u otros asistentes de conducción que están agrupados en paquetes. Si tienes para al whisky, tienes para los hielos... dicen.
Y si tienes para los hielos, también tienes para echarle de beber, aunque me ha llamado la atención el consumo final que me ha dejado después de hacer una buena tirada de kilómetros. Con un consumo declarado de 12,6 litros cada 100 km esperaba que las cosas se desmadrasen bastante. Al fin y al cabo en la prueba del RS 6 anterior con 30 CV menos me dejó una media de casi 14 litros.
En este caso haciendo un uso muy similar y con más potencia, la media final se ha quedado en 12,8 litros cada 100 km, lo que me ha parecido un dato más que razonable.
La culpa es de una gestión del motor inteligente que puede desconectar la mitad de los cilindros (2, 3, 5 y 8), anular la inyección y el encendido y dejar las válvulas de admisión y escape cerradas en marchas largas, además de que con el sistema de hibridación de 48 V puede apagar por completo el motor durante un máximo de 40 segundos.
En cuanto a rivales, el más cercano ahora mismo es el BMW M5 Touring que tiene un precio de partida de 166.100 euros con la ventaja de ser etiqueta CERO porque es híbrido enchufable y más potente (727 CV).
Audi RS 6 Avant performance 2025 - Valoración
7,9
A favor
- Familiar ultrapicante
- Motor potentísimo
- Consumo relativamente contenido
- Practicidad
En contra
- Sonido capado
- Difícil tener limpio el interior
- Precio alto
Que sí, que es un coche muy caro, que ya lo sé, pero me da igual. Quiero una excusa para gastarme los 200.000 euros que cuesta el Audi RS 6 Avant performance aunque no tenga familia para llenarlo a diario. No lo necesito. Solo quiero disfrutarlo.
Es maravilloso ver cómo los alemanes siguen manteniendo este concepto de coche visceral disfrazado de coche práctico para el día a día. Lo mejor de todo es que consiguen que sea las dos cosas. Puedes usarlo tanto para ir tranquilo haciendo recados como para buscar emociones.
No habrá muchos que puedan permitirse un RS 6, y menos un RS 6 performance, pero hay que dar las gracias a Audi por conservar coches con una vena tan pasional. Es polivalente, es rápido y es cómodo. Poco más se le podría pedir.
Audi RS 6 Avant performance 2025 - Ficha técnica
audi rs 6 avant performance |
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Motor |
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TIPO |
Ocho cilindros en uve, turbo |
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CILINDRADA |
3.996 cc |
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POTENCIA MÁXIMA |
630 CV a 6.000 rpm |
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PAR MÁXIMO |
850 Nm a 2.300 - 4.500 rpm |
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TRANSMISIÓN |
Automática de ocho relaciones |
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TRACCIÓN |
Total quattro |
dimensiones |
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LARGO |
4.995 mm |
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ANCHO |
1.951 mm |
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ALTO |
1.460 mm |
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BATALLA |
2.929 mm |
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PESO |
2.165 kg |
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CAPACIDAD MALETERO |
565 litros |
Prestaciones y consumos |
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0-100 KM/H |
3,4 segundos |
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VELOCIDAD MÁXIMA |
280 km/h |
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CONSUMO HOMOLOGADO |
12,6 l/100 km |
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CONSUMO MEDIO PRUEBA |
12,8 l/100 km |
precio |
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173.600 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Audi. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.