BMW es uno de los muchos fabricantes en contra de la prohibición de los motores de combustión y que busca una exención basada en los combustibles sintéticos (de hecho ha patentado un nuevo motor de combustión que podría revolucionar el sector y basado en una tecnología conocida como "encendido en precámara").
La firma no cree que sea "realista" electrificar todo el parque móvil europeo en unos años, pero sigue con su hoja de ruta en torno al coche eléctrico. En una reciente entrevista a la cabecera Merkur, desde BMW abogan por impulsar los vehículos eléctricos a largo plazo más allá de las ayudas. ¿Cómo? Con privilegios.
"Las ayudas a la compra no tienen sentido a largo plazo"
Alemania se ha convertido en otro ejemplo de cómo eliminar las ayudas estatales a la compra de vehículos electrificados lleva a un desplome de las ventas, como hemos visto en Noruega y China. Hasta 2023, quien compraba un coche eléctrico en Alemania podía recibir hasta 4.500 euros del Estado en ayudas, más una bonificación adicional aportada por los fabricantes y los Lander. Así, el precio del coche podía verse reducido en 7.000 euros. Pero era un gasto público insostenible que tuvieron que fulminar, desacelerándose el crecimiento.
Milan Nedeljkovic, director de Producción de BMW, cree que hay que mirar más allá de las ayudas si se quiere recuperar el ritmo perdido: "No se trata necesariamente de bonos de compra. Eso no tendría sentido a largo plazo. Hay otras formas de hacer más atractivos los coches eléctricos: como el acceso privilegiado al centro de las ciudades, el aparcamiento gratuito o un carril exclusivo en la autopista", ha explicado a Merkur.
Lo cierto es que los coches electrificados ya gozan de privilegios en las Zonas de Bajas Emisiones, pero los más caros: discriminan por etiquetado ambiental y éste se basa en las normas Euro de los motores y, por tanto, en las emisiones. Con los datos de homologación en la mano una bestialidad como el Bentley Continental GT Speed con un V8 de 4.0 litros y 782 CV goza de la etiqueta CERO, mientras que un utilitario básico como el Dacia Sandero se queda fuera con una etiqueta C.
Aunque BMW sí considera que los incentivos ayudan a conseguir objetivos, y que incluso "el objetivo de tener el mayor número posible de coches eléctricos en las carreteras sigue siendo correcto", no ve realista una prohibición de vehículos nuevos con motor de combustión a partir de 2035 en términos absolutos. Por ello aboga por otorgar ventajas a los coches que hay actualmente en el parque móvil: "Si te adelantaran constantemente coches eléctricos mientras estás atrapado en un atasco, muchas personas seguramente pensarían en cambiar", ha elucubrado Nedeljkovic.
A pesar de que la firma bávara sigue apostando por el motor de combustión, calculan que este año uno de cada tres coches que saldrán de la línea de montaje de sus fábricas bávaras será totalmente eléctrico.
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