Como parte de su estrategia para asegurar su rentabilidad a largo plazo en mercados globales, General Motors ha decidido minimizar su presencia en Rusia. En diciembre del 2015 Opel saldrá del mercado y la fábrica del grupo también dejará de operar a mediados de este año. La estrategia se centrará en ofrecer los modelos más distintivos de Chevrolet y apostar de lleno por la gama de lujo de Cadillac.
Según cuenta Karl-Thomas Neumann, CEO de Opel, la decisión se debe a que el fabricante no tiene el nivel de localización adecuado para los vehículos que fabrica en Rusia y también a que las condiciones del mercado no justifican una inversión.
A pesar de su salida del mercado, Opel seguirá ofreciendo garantía a sus propietarios y asegura disponibilidad de refacciones y de servicios a través de Chevrolet, que este año finalizará su contrato con el fabricante local GAZ para la producción de vehículos. Por su parte, la alianza GM-AVTOVAZ continuará fabricando la generación actual del Chevrolet Niva.
Al final, la gama de General Motors en Rusia estará compuesta por los modelos premium de Cadillac y coches de Chevrolet fabricados en Estados Unidos, como el Corvette, el Camaro y el Tahoe. La fábrica del grupo en San Petersburgo dejará de operar y quedará inactiva.
Con esto, el gigante norteamericano busca recuperar la rentabilidad en Europa en 2016 y alcanzar sus objetivos de la estrategia DRIVE!2022. Mientras tanto, su cambio de estrategia de negocios en Rusia tendrá una repercusión negativa de 600 millones de dólares (unos 558 millones de euros) por costes de incentivos de ventas, reestructuración de concesionarios, cancelaciones de contratos y costes relacionados.
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