Michelin nos abre las puertas de su centro de Almería: allí nacen sus neumáticos más bestias, como el gigante de 150.000 euros
Uno de los centros de desarrollo más importantes y grandes del mundo de Michelin está en España. Concretamente en el Parque Natural del Cabo de Gata, en Almería: el Centro de Experiencias Michelin de Almería (CEMA), que acaba de cumplir 50 años.
Michelin guarda con extremo celo los secretos de este centro, donde se desarrollan y prueban los neumáticos de la marca francesa. Pero, con motivo de su medio siglo vida, la marca ha abierto sus puertas a varios medios de comunicación seleccionados. Entre ellos, Motorpasión.
Así que hemos visto de primera mano diferentes pruebas que allí se realizan para la investigación y el desarrollo de las gomas de Michelin, que luego se fabrican y comercializan.
Esencialmente, estas gomas van focalizadas a vehículos de obra pública e ingeniería agrícola. Aunque también para coches o hasta aviones. Y entre ellos, aquí se ha desarrollado, y se prueba, el neumático más grande que ofrece Michelin y que calza el dumper más inmenso del mundo: el mastodóntico Caterpillar 797.
Desde su creación a lo que es hoy
El CEMA fue creado bajo el mandato de François Michelin, nieto de Édouard Michelin (uno de los fundadores de la marca francesa), que estuvo al frente de la compañía entre 1955 y 1990. Nació para sustituir al de Fos-sur-Mer, cerca de Marsella, pues necesitaban un nuevo centro con mejores condiciones climáticas para probar y desarrollar neumáticos de vehículos agrícolas y para obra civil.
¿Por qué Almería? No es casualidad que se escogiera este área de la provincia andaluza para este centro de ensayos. Cabo de Gata goza de un microclima muy particular, con el nivel pluviométrico más bajo de Europa: una media de únicamente 200 mm de lluvia anuales. A lo que acompañan unas temperaturas medias elevadas durante todo el año.
Por ello, esta zona fue la seleccionada para alojar el CEMA, que presume de las condiciones ideales para desarrollar los programas de pruebas y evaluación a los que se someten los nuevos neumáticos de Michelin antes de comercializarse.
De finca privada a un gigantesco complejo de pruebas. El CEMA se asienta esencialmente en lo que fue un gran latifundio de una burguesa familia almeriense: la Finca El Romeral, en Nijar, que pertenecía a don José González Montoya y doña Francisca Díaz, más conocida como doña Paquita.
Pero no fue el único, también Michelin adquirió varias fincas colindantes como la de Los Merinos o el Cortijo del Viudo o El Algamasón, así como otros terrenos cercanos más tarde. Y es que este centro de experiencias de Michelin ha ido creciendo con los años.
De una sola pista a las 55 actuales. El CEMA se inauguró propiamente el 2 de enero de 1973: contaba únicamente con una sola de pista de pruebas de 3,5 km y en él trabajaban 59 empleados. En los albores de este centro, Michelin adquirió para los ensayos seis vehículos.
A día de hoy, y tras sucesivas ampliaciones, dispone de 55 pistas de pruebas con todo tipo de firmes (asfalto, tierra y piedras) que en total suman más de 100 km. Entre ellas, varios trazados ovales. En su medio siglo de vida también ha aumentado el parque de vehículos para las pruebas, que ya superan los 250, así como la plantilla que asciende ahora a 170 trabajadores.
El complejo del CEMA se extiende en un enorme terreno de 4.500 hectáreas, enmarcado en un entorno privilegiado y muy cerca del mar. Cada año en el CEMA, los vehículos en los que se prueban y desarrollan los neumáticos recorren 20 millones de kilómetros.
Pero, ¿qué hace Michelin en el CEMA?
En sus inicios, este complejo nació para el desarrollo de neumáticos de vehículos agrícolas y de obras públicas. Y de hecho ese sigue siendo su principal cometido: todos los neumáticos de ingeniería civil que sirve Michelin, se prueban aquí.
No obstante, desde mediados de los 80 también comenzaron a realizar pruebas para la creación de gomas para coches, pick-ups y camionetas, así como para aviones.
En este emplazamiento se evalúan en condiciones reales las cualidades y limitaciones de neumáticos de todo este tipo de vehículos: resistencia, desgaste en todo tipo de terrenos, comportamiento ante impactos o elevadas temperaturas, pruebas de rumorosidad de las gomas etc.
Pruebas a la carta y diseño de maquinaria de pruebas. En el CEMA no siempre se realizan las mismas pruebas. De hecho, nos señalan que el 60 % de los test son específicos y diseñados a la carta para probar un aspecto específico y que solicite la propia Michelin o un fabricante de vehículos. Y muchos de los ensayos que realizan son de reglamentación.
Por poner un ejemplo, en 1991 estuvieron desarrollando las gomas para uno de los Spirit of Bienne: los coches solares del World Solar Challenge, antecesores de los hoy eléctricos que se alimentan de los rayos del sol.
Pero además el CEMA, que está en constante evolución, no sólo se diseñan las pruebas, sino también la maquinaria y robots para realizar los ensayos, las propias pistas con diferentes firmes e instrumentos de medición y análisis.
Las pruebas del CEMA: pistas, laboratorios y millones de kilómetros recorridos
En nuestra visita a este centro de Michelin hemos podido ver in situ algunas de las pruebas que allí se realizan, tanto en algunas de las pistas del exterior como en los laboratorios, ubicados en edificios cerrados.
Resistencia, durabilidad y ruido: en las pistas. En las más de 50 pistas del CEMA, los neumáticos se prueban durante incansables horas, llevándolos al límite. Estos test los realizan o bien operarios, en turnos y con los descansos estipulados, o bien robots mecanizados que han sustituido a los conductores en las de mayor duración, y que son más monótonas y repetitivas.
Por ejemplo, en una de las pistas circulares, que simula una recta infinita, un robot autónomo gestiona un vehículo agrícola a una velocidad constante de 25 km/h durante horas. Aunque no necesita girar, vigila y ajusta la trayectoria. Esta prueba, hace años, la realizaban operarios.
Uno de los test más impresionante que vimos es el de resistencia de rotura, pues lo estaba realizando el dumper más grande del planeta, el Caterpillar 797. Lo hacen sobre una pista cubierta de rocas de tipo pórfido, que es de las más duras que pueden encontrarse cerca de este centro (se extraen de una cantera de Cartagena, en Murcia).
Pero no fue el único, también vimos como una excavadora Caterpillar realizaba un test de rotación del neumático, midiendo cuánto se va desplazando la goma de la llanta. Lo hacen en tandas de tres ataques por 10 zonas (cargando la pala en cada uno de ellos), unas treinta veces. Y vuelta a empezar. O por ejemplo, hay otra zona con varias pistas donde se analiza el desgaste de la banda de rodadura, con diferentes tipos de piedra y polvo específico.
¿Y con coches? Pues de las pruebas que realizan con turismos encontramos las de ensayos de ruido, aunque también se hacen con camiones, autobuses y otros vehículos. Estos test sirven para homologar los neumáticos y a día de hoy sólo los hacen con coches eléctricos. Y como otras muchas, las pruebas van variando, por ejemplo analizando el paso con el vehículo cargado o no, etc.
Laboratorios de análisis, tallado y rodadura. También estuvimos en los talleres donde realizan otro tipo de pruebas: test que preparan los neumáticos para posteriores test en el exterior o por ejemplo pruebas que analizan el interior de la goma, para detectar los fallos que ha sufrido en las mismas.
Aquí encontramos escáneres en 3D, que analizan todo el interior del neumático, una máquina de rayos X y ultrasonidos (para detectar averías internas) o prensas que miden la rigidez del neumático. Y en no pocas de las pruebas, evalúan la temperatura del interior de la goma, mediante el uso de termopares.
Además en este laboratorio del CEMA hay hasta 32 salas estancas con máquinas de rodadura, donde se prueban los neumáticos durante horas. Entre ellas, la más grande que existe (al menos así lo sostiene Michelin) donde se prueban las gomas que equipa el Cat 797. La gran ventaja de estas salas es que permiten controlar cualquier detalle milimétricamente: la velocidad, el par, la presión, la temperatura ambiente etc.
Y otra prueba que nos mostraron fue la de análisis de la huella de rodadura: se hace sobre una zona impregnada de un líquido fluorescente. Antes utilizaban leche desnatada, pues era donde mejor quedaba impresa la huella según nos explicaron. Pero finalmente fue sustituida por este químico mucho más higiénico. Y es que con la leche se generaban gusanos, lo que suponía todo un engorro.
Como las pruebas del exterior, estos test, muy específicos, suelen ir cambiando y adaptándose a lo que pide la marca para probar una goma determinada en determinadas situaciones o condiciones.
El neumático más grande y más caro de Michelin: los zapatos del Cat 797
Michelin trabaja en conjunto para Cartepillar para desarrollar los neumáticos que calzan sus vehículos de obra civil y minería. Y esto significa que el CEMA dispone de varias de sus moles, incluyendo el inmenso y brutal Caterpillar 797.
Los dos únicos Cat 797 de Europa. El primero de estos dumpers con tamaño de edificio llegó a las instalaciones del CEMA en agosto del año 2000. Dado que no puede circular por carretera y que no hay manera de transportarlo, llegó en piezas, desmontado, y tuvo que ensamblarse en el centro. El segundo lo hizo hace poco, en 2020, y se trata de su evolución: el 797F.
Este bicharraco mide más de 15 metros de largo, roza los 8 metros de altura y para la báscula en 600 toneladas, incluyendo cada neumático. Se mueve gracias a un motor de 24 cilindros que supera los 3.000 CV y es capaz de transportar cargas de hasta 363 toneladas. Se utilizan esencialmente para minería.
Estos dos Cat 797 son los únicos de su especie en suelo europeo y los tenemos aquí en España gracias al CEMA de Michelin. Y simplemente subirse a su zona de cabina ya es una experiencia que no se olvida: es como estar en un bloque de pisos con ruedas. Sólo imaginarse conduciéndolo, aunque sea en línea recta, asusta.
Un neumático que es tan alto como tres coches y que cuesta 150.000 euros. Y más allá de ambos dumpers, hay que detenerse en las seis ruedas que calzan cada uno de estos Cat 797: son neumáticos XDR gigantescos, los más grandes que concibe Michelin, con medidas 59/80 R63.
Cada una de estas gomas supera los 4,0 m de diámetro y roza los 2,0 m de ancho. Su peso es de unas 5,6 toneladas, por lo que ya únicamente los seis neumáticos suman casi más de 30 toneladas a los 797.
Por poner su altura en contexto, un coche compacto como por ejemplo el actual Volkswagen Golf, mide 1,45 m de alto. Lo que significa que en altura este neumático firma lo que tres de estos coches apilados. Son tan inmensos que ya neumáticos grandes que rozan o superan los 2,0 m a su lado parecen pequeños.
Todas las ruedas de los 797 se prueban de forma exclusiva en el CEMA, sometiéndolas antes de su comercialización a duras pruebas como las que ya hemos mencionado. ¿Su precio? Cada una de estas gomas tiene un precio de unos 150.000 euros. Casi nada.
Un parque solar para este 2023 y neumáticos cada vez más "verdes"
Más allá de estar en constante evolución a nivel técnico, el CEMA también busca ser sostenible. Pero eso también incluye el entorno: dado su emplazamiento, es una parte fundamental de este centro y se busca el menor impacto posible a la flora y la fauna, a la par de su rehabilitación.
Cuentan por ejemplo con un drago centenario que, en teoría es retoño del milenario de Tenerife. Y varios de los edificios son patrimoniales de las anteriores haciendas, que han restaurado para su uso.
Parque de placas solares. Más allá de la vegetación o de los animales salvajes de zona (jabalíes, búhos reales entre otros), el CEMA está levantando una planta fotovoltaica cuya primera fase estará lista este año y que se extiende en 25.000 m². El objetivo es que surta de energía limpia y eléctrica a parte de las instalaciones. E irá creciendo en los próximos años.
Neumáticos 100 % sostenibles en 2050. Michelin asegura que, actualmente, el 30 % de los materiales que utilizan para fabricar sus neumáticos son sostenibles o reciclados en vez de compuestos derivados del petróleo.
El caucho sintético se obtiene de materiales como el poliéster, botellas PET, polistireno concebido con envases de yogures o bandejas de alimentos. La marca francesa se ha fijado el objetivo de llegar a 2030 con al 40 % de materiales sostenibles y, en 2050, al 100 %.
Nos ha faltado quizá que por ejemplo señalen algunos aspectos como el reciclaje de estas gomas o qué ocurre con las que destrozan y utilizan durante las pruebas. No en vano, Michelin cuenta con programas de reciclado de neumáticos y economía circular que, entendemos, también se aplican en el CEMA.
Más allá del compromiso medioambiental, el CEMA impresiona tanto por el entorno en sí como por las instalaciones, por la metodología de los test que allí se realizan o por los enormes vehículos allí presentes. Hemos disfrutado mucho con esta visita, aunque Michelin sólo nos ha mostrado una pequeña parte de todo lo que acoge y se hace en este centro de experiencias.
Los gastos asociados para acudir a esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.