China ya puede temblar. Investigadores científicos han encontrado casi 16 millones de toneladas de tierras raras bajo las aguas de Japón. Según el estudio 'The tremendous potential of deep-sea mud as a source of rare-earth elements', el descubrimiento "tiene el potencial de suministrar estos metales sobre una base semi-infinita para el mundo".
Y es que las tierras raras son uno de los ingredientes principales de las baterías de los coches eléctricos.
Cientos de años de abastecimiento
Los análisis han revelado que existen cantidades suficientes para cubrir la demanda de algunos de estos minerales durante mucho tiempo:
- 730 años de abastecimiento de disprosio, utilizado en las tecnologías de defensa, cerámica e imanes avanzados.
- 780 años de abastecimiento de itrio, usado en láseres.
- 620 años de europio. Usado en fluorescentes, tiene aplicaciones en los sectores de defensa y nuclear.
- 420 años de terbio, usados en la fabricación de los motores eléctricos e híbridos, en la esfera de defensa y en imanes avanzados.
Los materiales se ubican en un lecho marino de aproximadamente 2.500 km cuadrados en el Océano Pacífico, cerca de la isla Minamitorishima, que se encuentra a 1.900 km al sureste de Tokio.
El hallazgo se produjo en 2012, pero dada la profundidad del yacimiento, estos minerales no fueron explotados comercialmente. Ahora, una vez cuantificado el volumen de estas reservas, se podrá proceder a su extracción gracias a un sistema diseñado por los investigadores Yasuhiro Kato, de la Universidad de Tokio, y Yutaro Takaya, de la Universidad de Waseda.
Un sistema que, de momento, tendrá que ser evaluado pues se trata de un proceso muy costoso y cuya extracción suele ir aparejada a un alto impacto ambiental. Sin olvidar el desafío de extraer los fondos marinos a profundidades cercanas a los 6.000 metros.
La importancia de este hallazgo reside en el auge que experimentan los motores eléctricos. Existen dos tipos de motores eléctricos: los de bobinas, normalmente con hilo de cobre y con poca cantidad de estos minerales, y los de imanes permanentes, que sí usan tierras raras para su fabricación.
Y el objetivo desde hace unos años es limitar el uso de estos metales ante el monopolio chino (que puede tener cerca su final), la escalada en los precios y la tremenda amenaza medioambiental que supone su uso.
Por qué el descubrimiento puede poner en jaque el dominio de China
Escandio, itrio y los 15 elementos del grupo de los lantánido: lantano (que se utiliza en los catalizadores durante el proceso de refinado del petróleo), cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio.
Estos son elementos que componen el grupo de tierras raras, cuyo nombre, más que a su disponibilidad, se refiere al hecho de que su extracción no está concentrada, ya que algunos elementos como el cerio, el itrio y el neodimio son más abundantes. Además, no son tierras, sino minerales.
El principal productor de tierras raras es, hasta ahora, China, que tiene el monopolio de su producción en la actualidad. En 2009 China producía 95 % de la tierra rara consumida por el mundo, y estimaban que la mina Bayan Obo, al norte de Baotou, contenía el 70 % de las reservas del planeta.
Sin embargo, una ofensiva contra la minería ilegal en China ha reducido la producción de estos metales, y como consecuencia, los precios de las tierras raras 'ligeras', incluyendo el neodimio y el praseodimio, se han disparado en los últimos meses.
Este descubrimiento podría enfrentar a Japón contra China para convertirse en el mayor productor mundial de estos minerales, liberando a Japón de costosas importaciones.