Mientras en Europa existe el consenso del coche eléctrico a baterías como solución de futuro, en Japón no lo tienen tan claro. El CEO de Toyota, Akio Toyoda, mantiene su apuesta principal por el hidrógeno, con el Mirai como buque insignia. Incluso, ha conseguido implicar a otras marcas compatriotas -como Yamaha- en la exploración de ésta y otras energías alternativas.
Pero su gran rival Honda no comparte la misma perspectiva. En declaraciones a Automotive News su CEO, Toshihiro Mibe, cree que "no es factible" emplear el hidrógeno en los coches como forma de energía.
Y apoya su opinión con las siguientes palabras: "Hemos investigado cada una de las posibilidades que están sobre la mesa. En cuanto a los motores de hidrógeno, vemos varios desafíos tecnológicos bastante complicados. Por tanto, hace diez años decidimos que no se convertiría en la corriente mayoritaria".
La puerta a otros usos sigue abierta
Con sus palabras, Mibe perfila un contexto en el cual contempla cómo uno de sus grandes competidores se bate el cobre en el escenario donde ellos mismos fracasaron. No en vano, en 2008 el Clarity -su propio turismo con pila de combustible- hizo historia como el primer vehículo de este tipo vendido al gran público.
Pero más allá del hito la trayectoria de este modelo, comercializado únicamente en Norteamérica, no ha dejado buenas cifras. Su primera generación obtuvo unos resultados de ventas testimoniales. Y la segunda, si bien llegó a registrar un pico de más de 20.000 unidades en 2018, ha terminado cancelada en 2021 con poco más de 2.500 matriculaciones.
Enfrente, la segunda generación del Toyota Mirai está concebida como un 'coche global', que en su primer año ya ha cosechado 525 unidades vendidas en un mercado tan estratégico como el alemán.
En su particular predicción del futuro, Mibe piensa que la industria terminará por recurrir a una mezcla de varias alternativas. Y así lo explica: "Probablemente, la movilidad más pequeña se base en eléctricos a batería, y la más grande en células de combustible. Hasta ahora, ésa es la conclusión".
Con esto, el CEO de Honda deja todavía una puerta abierta al hidrógeno. Eso sí, descartando definitivamente su empleo en vehículos particulares y orientándolo casi en exclusiva a los pesados dedicados al transporte. Un sector en el cual esta energía tendría más posibilidades de ser rentable.
Este razonamiento se apoya parcialmente en el estado actual de la infraestructura de recarga. Por el momento tan sólo operan un muy reducido número de 'hidrogeneras' en todo el mundo aunque la Unión Europea ya ha aprobado que, para 2030, exista una cada 150 km. Con todo su número será inferior a la cantidad de enchufes disponibles para la recarga de vehículos eléctricos, que se situarán en intervalos de 60 kilómetros.
Más allá de la automoción, Honda espera poder aprovechar esta forma de energía también en su división aeronáutica. A este respecto la marca, a través de un comunicado de su filial estadounidense, apuntó la pasada primavera a una posible utilización futura del hidrógeno como 'combustible verde' para su HondaJet.
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