Al jefazo de Volkswagen se le fue la olla en los años 2000: compró un BMW M5 para meterle un motor W10 que nunca llegó a producción. Alguien logró salvar esta bestia parda

Al jefazo de Volkswagen se le fue la olla en los años 2000: compró un BMW M5 para meterle un motor W10 que nunca llegó a producción. Alguien logró salvar esta bestia parda
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Normalmente, la competencia entre los distintos fabricantes de coches es feroz. Las marcas son especialmente celosas a la hora de desarrollar todos sus coches, por lo que es difícil de explicar que Volkswagen utilizara un BMW para como mula de pruebas para desarrollar uno de sus motores.

Es lo que hizo la marca alemana a principios de los años 2000, cuando el jefe del Grupo Volkswagen, Ferdinand Piëch, se propuso hacer un motor W10 de alto rendimiento. Para probarlo, el gigante alemán compró un BMW M5.

Eran otros tiempos. Las marcas se atrevían con casi cualquier cosa

Muchos consideramos que la época dorada de la mayoría de marcas alemanas fue entre finales de los años 90 y principios de los 2000. Muchos de los coches que se lanzaron en ese momento son futuros clásicos que ya se han convertido en objetos de culto. Era un periodo de la industria del automóvil muy diferente al actual, con menos restricciones a nivel de normativas y más presupuesto, por lo que se daba luz verde a proyectos loquísimos que acababan llegando a producción.

Solo hay que ver algunos de los coches que lanzó el Grupo Volkswagen en esa época. Había sitio para cualquier cosa, desde un pequeño utilitario diésel hecho con carrocería de aluminio y que gastaba 3 l/100 km, como el Audi A2, hasta el brutal Bugatti Veyron, pasando por compactos con motores de seis cilindros, SUV con motores V10 diésel, el fantástico 1.8 turbo con distribución variable y 20 válvulas (20VT), un Volkswagen Passat de ocho cilindros y... un BMW M5 con motor W10 Volkswagen.

Motor VR6
El motor VR6 fue uno de las múltiples mecánicas que desarrollo Volkswagen en esta época.

Sí, has leído bien. Ferdinand Piëch, el jefazo del Grupo Volkswagen en esa época, tenía predilección por los motores en V estrecha y se propuso desarrollar una amplísima gama de variantes de este tipo de mecánicas. Todo comenzó con el motor VR6 que se dejó de fabricar hace solo unos meses, el mismo que dio vida a iconos como el Volkswagen Golf R32.

A Piëch se le ocurrió quitarle un cilindro, dando lugar al rarísimo V5 que montaron el Volkswagen Golf mk4 o el primer SEAT Toledo. También le pareció buena idea juntar dos VR6 para crear el W12 que utilizaron el segundo Audi A8 o el primer Volkswagen Touareg, entre otros. Otra de estas creaciones fue el motor W16 del Bugatti Veyron, que se concibió al juntar dos W8 del Volkswagen Passat, aunque, inicialmente, estaba previsto desarrollar para este hypercar un W18 que finalmente no llegó a producción.

Otro de los proyectos que se quedó por el camino fue un motor W10 que era el resultado de juntar dos V5 como el que utilizaban el Golf y el Toledo. El problema que tuvo el equipo de desarrollo a la hora de probar esta mecánica es que el Grupo Volkswagen no tenía ningún coche idóneo para montar este bloque, sin embargo, la competencia sí lo tenía, así que Volkswagen compró un BMW M5 E39, le quitó su motor V8 y metió debajo del capó un W10 experimental.

Bmw M5 W10 2

Así os como nació el primer BMW M5 con motor de 10 cilindros, mucho antes de que llegase el BMW M5 E60 y sin que BMW supiera nada. Por fuera, el prototipo de pruebas era un M5 más y por dentro prácticamente parecía un coche de producción, a excepción del cuadro, que podría pasar por el de un coche de carreras.

Al levantar el capó, el motor estaba perfectamente integrado y no quedaban cables a la vista ni otros ‘apaños’ propios de los prototipos, aunque la cantidad de fibra de carbono que utilizó Volkswagen le situaba más cerca de los modelos de competición que de los de calle.

Estaba tan bien hecho que se podía utilizar a diario, a pesar de que no tenía ningún tipo de control electrónico, ni siquiera ABS, pero eso no impidió que el propio Ferdinand Piëch lo utilizase para moverse a diario una temporada.

Lógicamente, todo se mantuvo bajo estricto secreto, de hecho, se pensaba que este prototipo se había destruido e incluso se decía que nunca llegó a existir y que en realidad fue un mito, sin embargo, hace unos meses, el compraventa belga GDM Motors lo puso a la venta, eso sí, sin hacer público su precio.

Ahora, Drivetribe lo ha podido probar y ha mostrado todos los detalles de esta berlina tan singular que, en lugar de llevar el anagrama M5 en su parte trasera, tiene una pegatina que deja claro que es el prototipo para probar el motor W10 y que esa mecánica produce entre 456 y 507 CV y un par máximo de 550 Nm. Las fotos del coche en detalle se pueden ver en la web de GDM Motors.

Imágenes | Drivetribe (YouTube)

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