El Gobierno alemán ha anunciado más detalles de su "complejo" plan para evitar que la olla a presión en la que se ha convertido la persecución al diésel explote. Este plan contempla incentivos (no gubernamentales) para la compra de coches nuevos y opciones de actualizaciones de hardware.
Desde el Ministerio de Transporte han querido resumir este acuerdo, que aún no se ha detallado a fondo, en cuatro puntos más o menos apaciguadores:
- Se evitarán las restricciones a la circulación en áreas urbanas.
- No se restringirá la movilidad.
- Los propietarios de coches diésel no afrontarán costos adicionales.
- La industria automotriz asumirá la responsabilidad de la crisis.
Todo, sin un mandato legal (de momento)
Según informa el diario alemán DW, la ministra de Medio Ambiente, Svenja Schulze, dijo que se introduciría una combinación de esquemas de incentivos de intercambio y opciones de modificación aún no especificadas para los conductores de motores diésel más antiguos. Se limitará a 14 ciudades alemanas donde los niveles de dióxido de carbono exceden los permitidos. Esto es, 50 miligramos por metro cúbico.
Se espera que en las ciudades donde se aplicará el plan, que son Múnich, Stuttgart, Colonia, Reutlingen, Düren, Hamburgo, Limburg an der Lahn, Dusseldorf, Kiel, Heilbronn, Backnang, Darmstadt, Bochum y Ludwigsburg, no lleguen a aplicarse las temidas prohibiciones de circulación.
Desde el Ministerio de Transporte han prometido que las actualizaciones y reajustes técnicos estarán disponibles "de inmediato", pero no hay ley alguna que obligue a la industria a actuar. Actualmente hay 5,5 millones de vehículos diésel Euro 5 en las carreteras alemanas y alrededor de 3,1 millones de vehículos Euro 4.
A pesar de que la mayor parte de la carga económica está dirigida a los fabricantes, el Gobierno se ha comprometido a financiar el 80 % de los posibles costos de modernización de algunos vehículos pesados, como camiones de basura, vehículos comerciales, camionetas y camiones de entrega y algunos otros vehículos comerciales que operan en áreas donde la contaminación excede los niveles dictados por Bruselas.
El Gobierno no ha querido pronunciarse acerca del destino de los vehículos diésel antiguos que queden en manos de las compañías. "Eso pregúnteselo a los portavoces de los fabricantes alemanes", ha dicho el ministro de Transporte.
Lo que dicen los fabricantes
Carlos Tavares, director ejecutivo del Grupo PSA, se ha mostrado bastante duro con el plan lanzando la pregunta al aire de por qué "tenemos que costear los fabricantes el cambio si cuando se vendieron esos coches cumplían con la normativa vigente?".
Volkswagen
Acepta realizar actualizaciones, pero no asumirá todo el costo. "Una actualización cuesta alrededor de 3.000 euros. Volkswagen cubrirá 2.400 de eso, dijo Scheuer. Al Gobierno le toca lidiar de nuevo con la industria para cerrar esa brecha.
Opel
Considera los reajustes técnicos "económicamente no razonables y técnicamente no desarrollados".
Daimler
Sin mostrarse explícitamente en contra, afirma que se centrará en las bonificaciones para actualizar el vehículo, que serán de hasta 5.000 euros.
Renault
El único fabricante extranjero que se ha posicionado anunció que ofrecería un incentivo de hasta 10.000 euros a los propietarios de vehículos diésel que cumplen con el estándar de emisiones Euro5 o anterior.