Como ya os informamos, el pasado sábado abrieron las puertas del Salón del Automóvil de Barcelona, y desde aquí intentaremos informaros de las peculiaridades del Salón a todos los que no podáis acercaros a visitarlo, acompañadas de las galerías de fotos pertinentes. Para empezar, qué mejor que hacerlo a lo grande. Tan grande, como Ferrari, la legendaria marca italiana, que tiene una mínima representación en esta 34ª edición del Salón. Pero por lo menos está presente, que ya es algo (este mensajito es para el Sr. Porsche). Eso sí, si quieres pisar la inmaculada alfombra que cobija las sombras de todo lo expuesto en su pequeño stand, primero debes conseguir que te dejen, y en caso afirmativo, tendrás que descalzarte, no sea que dejes huellas.
Los italianos sólo han traído a Barcelona un Ferrari, el 599 GTB Fiorano, eso sí, color rojo Ferrari. A parte, se puede contemplar una réplica del F2007 que pilota Felipe Massa en el presente Mundial de F1 y los siempre potentes motores italianos, en concreto un V12 del 2002 de 660 CV a 7.800 rpm (de un Ferrari Enzo), y un Ferrari 053, que montaban los monoplazas de la Scuderia cuando lograron su campeonato del mundo de Fórmula 1 en 2004, este segundo con una cifras de potencia algo superiores (en el cartelito, ”>855 CV”, en la realidad, unos 900 CV a 18.600 rpm).
Sinceramente, claro que a todos nos gustaría siempre ver más Ferraris, pero algo es algo. Y sobretodo es interesantísimo ver los dos motores comentados, uno al lado del otro. Solo viendo las dimensiones ya puedes hacerte una ligera idea de la tecnología que está metida ahí dentro. Y es que primero observas el V12 de 6 litros y ves que da 660 CV, y piensas, no está mal. Pero luego desvías un pelín más la vista a la derecha y ves el mucho más compacto V10 de 3 litros y te dicen que allí dentro guarda 900 CV… y yo con tener aunque sean sólo 4 cilindritos de esa maravilla tecnológica ya me conformaba…
Fotos | S. Marcus