Aparcar de oído. Con esta simpática expresión nos referimos a la feísima costumbre que tenemos muchos conductores de buscar el contacto de nuestro coche con la pared o el vehículo de atrás como referencia para aparcar. Lo de “de oído” viene, claro está, del ruido que hace ese contacto físico, que puede ser mayor o menor en función del cuidado que tengamos. ¿A qué se debe este mal hábito y cómo podemos evitarlo?
Jugando al toque con nuestro coche
Si lo pensamos, es bastante estúpido y denota bastante falta de cuidado y responsabilidad por nuestra parte, sobre todo teniendo en cuenta que en la autoescuela nos enseñan cómo aparcar perfectamente con referencias visuales y sin la necesidad de contacto físico con ningún elemento. Me refiero a aquello de “mirar a la ventanilla trasera derecha y hacer coincidir la mitad de la misma con el final del vehículo que tengamos a la derecha”, y el resto de referencias con los espejos retrovisores.
Son muchos los que olvidan cómo les enseñaron a aparcar en la autoescuela
Esa falta de preocupación por aparcar adecuadamente es bastante común en conductores que se acaban acomodando y terminan prescindiendo de muchas de las maniobras que aprendemos en la autoescuela. Que renunciemos a usar las referencias visuales hará que seamos descuidados también en otras maniobras, y lo que antes era aparcar de oído, ahora es rozarnos contra la pared, golpear una columna o colisionar con otro vehículo mientras salimos del aparcamiento. Cientos y miles de euros tirados por el desagüe.
Reconozcámoslo: necesitamos ayuda para aparcar
Sin embargo, a medida que la industria de la automoción ha ido avanzando y perfeccionándose, han ido apareciendo sistemas electrónicos de diversa índole que nos ha ayudado a aparcar con la mayor seguridad y sin necesidad de “buscar el contacto”. Los espejos retrovisores siguen siendo obligatorios y necesarios para muchas maniobras, pero después de más de un siglo entre nosotros (desde que Ray Harroun instalase el primero en 1911), tienen las horas contadas y ya están siendo sustituidos por cámaras de visión trasera.
Los retrovisores están empezando a ser sustituidos por cámaras de visión trasera
De hecho, ya es común encontrar entre los extras al comprar un nuevo coche estos sistemas de visión trasera para ayudarnos a la hora de aparcar. Estos pueden estar acompañados o no de los avisadores sonoros de proximidad que se activan al meter la marcha atrás. Como ves, cada vez contamos con más sistemas que nos ayudan en el aparcamiento. Nuestro coche, como un buque de guerra.
Frenos antichoque: para aparcar y mucho más
Dando un paso más al uso de radares y sensores de proximidad, llegan los frenos antichoque, sistema que ha sido catalogado por la IIHS como el más eficaz a la hora de evitar las colisiones traseras (evitando hasta un 78% de los casos). Su estudio ha evaluado varios modelos en el mercado estadounidense, entre los que se encontrada el Toyota Prius que ha obtenido una calificación de avanzado.
Actualmente Toyota cuenta con varios sistemas antichoque, como el Toyota Safety Sense, que incluso frena por sí sólo ante la presencia de peatones; y otros tantos de asistencia al aparcamiento, como sensores de distancia, cámaras de visión trasera y la Asistencia Inteligente al Aparcamiento (IPA), que nos ayuda realizando las maniobras necesarias.
La tecnología está para ayudarnos
Algunos puristas de la automoción y agoreros de futuros apocalípticos en general apuntan a que a medida que se automaticen las funciones propias de la conducción, iremos convirtiéndonos en conductores más torpes y dependientes de la tecnología. Hasta el punto de que hay quienes apuntan a que, ante la llegada del coche autónomo, los niños nacidos hoy no llegarán nunca a aprender a conducir.
La tecnología está para hacernos la conducción más fácil, pero también para salvarnos la vida
Nuestra opinión es que cualquier avance tecnológico debe ser bienvenido. No es sólo cuestión de que nos hacen más fácil y cómoda la conducción, sino de que se han salvado muchas vidas. Y sí, es posible que en el futuro acabemos todos echando la siesta o leyendo un libro mientras circulamos en coches autónomos (cuando la tecnología se perfeccione, que le queda mucho). Pero al fin y al cabo, el 90% de los accidentes de tráfico se deben a errores humanos. ¿No merece la pena intentarlo si podemos evitar tantos percances?
Sí, pongamos un freno antichoque en nuestra vida , y todo lo que esté por llegar.
Imágenes | PxHere | Wikipedia/Stobolsky | Toyota