Las ciudades y sus entornos se han convertido en escenario de experimentos de movilidad a gran escala. Se avecinan cambios en el transporte y un concepto conocido por unas siglas, MaaS, irrumpe con cada vez más fuerza. ¿En qué consiste?
¿En qué consiste la MaaS (movilidad como servicio)?
MaaS se corresponde el inglés Mobilitiy as a Service, es decir, la movilidad como un servicio. Esto, que aparentemente puede no decirnos gran cosa, introduce una premisa estructural al modo en que entendemos los desplazamientos; en especial, en lo que se dan en las grandes ciudades y sus entornos.
En la mente de cualquier conductor o pasajero (commuter) del siglo XX podíamos simplificar nuestras opciones de transporte diarias (por ejemplo, para acudir a trabajar) en dos: en transporte privado, es decir, nuestro coche; o en transporte público. Esto, en el fondo, nos llevaba a elegir entre el uso de un producto o un servicio.
El concepto de movilidad como servicio va un paso más allá y obliga a dar un enfoque más global y flexible a los desplazamientos. Así pues, se define como un servicio o solución de movilidad que tiene en cuenta una gran cantidad de variables, desde la planificación hasta el pago, para culminar el trayecto de puerta a puerta. Se trata de una modalidad que busca adaptarse a las necesidades del que viaja.
¿Cómo funciona la movilidad como servicio?
El servicio ha nacido al calor de las nuevas tecnologías de la información, a través de compañías que despliegan plataformas digitales (una app) y servicios a los que es posible suscribirse. El objetivo es que, a efectos prácticos, el cliente solo se preocupe por indicar dónde necesita ir y delegue en el servicio toda la carga del transporte, desde que parte del origen hasta que llegue a su destino.
Para ello, las soluciones MaaS se encargan de contemplar y ponderar las diversas opciones de transporte que existen, pudiendo combinar transporte público y privado.
MaaS se inserta de lleno dentro del panorama de una movilidad inteligente que se vale de instrumentos como la IA, las nuevas redes de telecomunicaciones y la gestión masiva de datos (Big Data), no solo para beneficiar a los individuales, sino también para alcanzar otras metas en materia de eficacia y sostenibilidad.
De ahí que se circunscriban dentro de las acciones que fabricantes como Toyota contemplan. No en vano, acelerar la conquista de una movilidad 100% sostenible es el gran desafío y objetivo de la compañía, como hemos visto recientemente tras la celebración del Green Month.
Ventajas y desventajas de la movilidad como servicio (Maas)
Entre las ventajas que se asocian a la MaaS podemos encontrar:
- Reducción de los tiempos de los trayectos y del coste del transporte.
- Introducción de nuevas tecnologías e infraestructuras que potencien el desarrollo de ciudades más inteligentes (smart cities) y sostenibles.
- Dinamización del mercado de la movilidad con la inclusión de nuevos operadores económicos y oportunidades para una revitalización del transporte público.
- Remodelación de los sistemas de transporte de los núcleos urbanos, racionalización los flujos para, por ejemplo, paliar los atascos y las retenciones; o usar el transporte para buscar equidad entre áreas urbanas.
- Un nuevo impulso a la descarbonización y, en general, a una movilidad más sostenible. La movilidad como servicio apela directamente a la eficiencia, como se desprende de la reducción de tiempos en los trayectos, pero también se vincula de forma estrecha a la introducción de nuevas tecnologías, y no hablamos solo de electrificación.
Como todo nuevo sistema que trata de implementarse dentro de la complejidad de los espacios urbanos, la MaaS cuenta con una serie de desafíos que pueden derivar en desventajas concretas:
- Uno de los más interesantes tiene que ver con la privacidad y la propiedad de los datos. Los trayectos están teledirigidos por las plataformas de movilidad constituyen y eso constituye un valioso recurso para muchas compañías.
- Vacío legal y ausencia actual de estándares económicos férreos.
- Posibilidad de conflictos de intereses en la esfera privada; o entre la privada y la pública, lo que podría afectar de forma muy negativa en el precio del transporte o la sostenibilidad de los recursos públicos.
Todo esto se traslada a cuestiones e interrogantes clásico como, en un mundo "MaaSificado", ¿se priorizarán aquellas regiones que arrojen más tráfico o beneficios, en detrimento de otras?
La MaaS no tiene por qué castigar al transporte privado
La MaaS no ha nacido para erradicar el transporte privado. Este persistirá como un recurso fundamental, aunque muchos se empeñen en demonizarlo. De hecho, hay teóricos que apuntan a que la movilidad como servicio puede convertirse en competencia del transporte público tradicional, al enfrentarse un modelo de negocio flexible y dinámico, con otro más rígido.
Lo ideal es que la integración de este tipo de servicios combine diferentes tipos de soluciones de innovación. Esta es la vocación de laboratorios urbanos como el de Woven City de Toyota en Japón.
Esta ciudad está aprovechando las ventajas de "empezar de cero" para aplicar la MaaS en combinación con todos los recursos óptimos en materia de ciudades inteligentes y sostenibles. En materia de transporte, la idea es aplicar el ideal del vehículo autónomo, conectado, eléctrico y compartido.
Claro está, aplicar este tipo de modelos a grandes ciudades conlleva una gran complejidad. Aun así, la MaaS muestra un enorme potencial y un gran recurso para la administración. La ciudad de Helsinki (Finlandia) se suele utilizar como referencia de éxito con la introducción de la app Whim. Toyota es un socio activo de una solución de transporte que también se encuentra presente en otras ciudades como Viena, Amberes y algunas zonas de Tokio.
En el caso de la capital finlandesa, ha propiciado la aparición de nuevos tipos de paquetes y tarifas de movilidad que se valen de diferentes medios de transporte. Estos abonos transporte partían de 89 euros (con un valor de mercado de 100 euros), incluyendo dos trayectos en taxi y uso ilimitado del transporte público.
De este modo, la plataforma va ofertando diferentes tipos de servicios, que incluyen desde opciones más básicas, hasta el acceso a las redes de vehículos compartidos. Igualmente, también se introdujo una personalización en bonos familiares o con perfiles más individualizados, más idóneos para profesionales. A los pocos años de su puesta en funcionamiento, la red de transporte público de Helsinki incrementó su utilización en un 28%.
MaaS está ligado a las nuevas tecnologías, especialmente el vehículo autónomo
Las plataformas MaaS hoy se valen de una serie de recursos digitales propios y reales de transportes que ya están evolucionando. Es decir, si hoy pueden llegar a ofrecer transporte público ilimitado o acceso al vehículo compartido, no tardarán en incorporar las nuevas y más recientes innovaciones.
Esto es, quizá, su ventaja competitiva con respecto a los tradicionales abonos de transporte que oferta la red pública. Los impulsores de estos proyectos tienen en mente la ebullición tecnológica del momento y esperan la aplicación efectivas de los últimos avances en el campo de la inteligencia artificial, el coche autónomo y la llegada de nuevos medios de transporte. Los "taxis aéreos" o eVTOL, por ejemplo, podría encontrar un beneficio mutuo muy interesante.
Toyota cuenta con sus propias aproximaciones tecnológicas para aplicar de forma directa a este tipo de plataformas, como el famoso vehículo autónomo e-Pallete.
Otro ejemplo, más reciente, nos llega de Estados Unidos. Allí Toyota ha adaptado la tecnología asociada a la interfaz del vehículo en sus pruebas de conducción autónoma para hacer compatible y posible compartir datos con plataformas de MaaS. Esto, por ejemplo y a efectos prácticos, hace posible que el vehículo informe en tiempo real de datos tan básicos como cuántos pasajeros se encuentran viajando en el mismo.
Con todo, se espera que volumen de negocio del MaaS se doble en 2027 con respecto a 2019, para llegar a los 70.000 millones de dólares facturados en el mundo.
Ante este panorama, se espera que las soluciones de movilidad como servicio (MaaS) vayan incorporándose de forma paulatina en la realidad de muchas ciudades y que, llegado su momento de madurez de su modelo, puedan demostrar que contribuyen de forma efectiva al futuro de la movilidad.
Imágenes | Toyota y Freepik/freepik
