Aunque el verano en teoría aún no ha terminado, ya todos (o casi todos) hemos vuelto a la dinámica habitual y los niños se han visto inmersos un año más en la vorágine educativa. Una vorágine que nos afecta en todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida, porque al final los horarios lectivos de los niños (escolares y extraescolares) marcan el ritmo a seguir por toda la familia.
Pero lo que vamos a hablar hoy no es únicamente una cuestión de los desplazamientos ligados a la escuela, sino que vamos a hacer un decálogo de ideas pormenorizado de cómo debemos viajar con los niños, por corto que sea el desplazamiento, para aumentar con todo lo que esté a nuestro alcance su seguridad. ¡Vamos al lío!
El peligro mortal de los accidentes infantiles
Según la OMS, la principal causa de muerte en la horquilla de edad entre los 10 y los 19 años son los accidentes de tráfico. Y, para que nos hagamos una idea de la vulnerabilidad del colectivo infantil y lo importante que es protegerlos adecuadamente, la DGT nos ofrece unos interesantes datos del año 2013.
En aquel año los menores de 14 años que fallecieron a causa de accidentes de tráfico fueron 46, los heridos graves 410 y los leves 5.502. De entre ellos, la mayoría de los fallecidos fue en vías interurbanas, mientras que el grueso de los heridos graves y leves (65% y 59% respectivamente) fueron en vías urbanas.
Pero nos vamos a centrar en lo que nos interesa tratar hoy, que no es más que remarcar la importancia del uso y la correcta utilización de los Sistemas de Retención Infantil (SRI). Tomando al grupo de menores de 12 años que viajaban en coche o furgoneta, 4 de los 20 fallecidos no lo usaban, al igual que tampoco 14 de los 88 heridos graves ni 197 de los 2.741 leves.
Evita una desgracia
Los sistemas de retención para niños protegen a los lactantes y los niños pequeños contra las lesiones que se pueden producir en un accidente. Dichos sistemas reducen la probabilidad de accidente mortal en aproximadamente un 70% entre los lactantes, y entre un 54% y un 80% entre los niños pequeños.
Está claro que voluntariamente jamás pondremos en riesgo la vida o la integridad de nuestros hijos, pero siempre podemos vernos involucrados en un accidente por mucha precaución que tengamos al volante.
Nuestra misión hoy entonces es hacer una recapitulación de los tipos de sillas disponibles en función de la talla y peso de nuestro hijo, su correcta utilización y evitar los posibles errores que todos alguna vez podamos cometer por descuido.
¿Qué silla es la adecuada para tu hijo?
Los menores entre cero y doce años y de hasta 135 centímetros de altura y 36 kilos de peso tienen que ir en coche con algún tipo de SRI (Sistema de Retención Infantil). En función de su estatura y peso nos tendremos que ceñir a cuatro tipos de silla distintos.
Cualquiera que sea la opción que nos toque tendremos que fijarnos en que esté homologada, sujeta a la directiva ECE R44/04, que entró en vigor en junio de 2005, y a lo estipulado en el BOE en el Real Decreto 667/2015, de 17 de julio, que modifica el Reglamento General de Circulación, aprobado por el Real Decreto 1428/2003, de 21 de noviembre, en lo que se refiere a cinturones de seguridad y sistemas de retención infantil homologados.
Para saber si los SRI que nos planteamos comprar están homologados o no debemos fijarnos en si cuentan con una etiqueta identificativa de color naranja. Es su distintivo característico que nos valdrá para identificar un producto que ha pasado por todos los controles necesarios.
Tipos de sillas
- Grupo 0: hasta 12 kg
El primer tipo de silla es el encargado de servir de cobijo para los niños de hasta 12 kilos, o cuya cabeza sobresalga del respaldo, y es la que conocemos normalmente como cesta o cuco. Son sillas en las que el niño va protegido y cubierto casi totalmente aunque dentro de la estructura el cuerpo no queda especialmente sujeto.
Por ello, estas sillas se deben colocar en el sentido contrario a la marcha, con el niño mirando hacia atrás y todo bien amarrado con el cinturón de seguridad, que no se mueva.
- Grupo 1: hasta 18 kg
Aproximadamente, las sillas del grupo 1 son las indicadas para niños que superan el año de edad y como máximo hasta los cuatro años, o cuando pasen los 18 kilos de peso.
Estas sillas ya se pueden colocar mirando hacia delante, se anclan con el cinturón de tres puntos o directamente al chasis y cuentan con arneses independientes para sujetar el cuerpo. Además, también en la zona superior, tienen unas “orejas” para sujetar la cabeza del niño.
Y aquí no vale con abrochar el cierre y ale, echarnos a la carretera, tenemos que colocar los arneses bien, sin dejar holguras y para eso lo mejor, en el caso de los bebés, es aflojar los arneses antes de poner al niño, abrochar el cierre y tensar las correas hasta que quede bien sujeto, sin oprimir a la criatura y sin que le puedan quedar pliegues en la ropa que le resulten incómodos.
- Grupo 2: entre 15 y 25 kilos
Para este grupo las recomendación va desde los 15 a los 25 kilos de peso y consiste en un asiento que eleva la postura del niño y cuenta además con respaldo. Para la sujección se recurre al cinturón de tres puntos que, después de pasar por unos alojamientos-guía en la estructura de la silla, ya sujetaría el cuerpo como si de un pasajero adulto se tratase.
Aquí debemos prestar atención a que el cinturón entonces esté bien colocado asegurando al pequeño a la altura de la cadera con el tramo inferior y evitando que se pudiera escapar por debajo.
- Grupo 3: de 22 a 36 kilos
Por último, tenemos que utilizar las sillas del grupo 3 para los niños que pesen entre 22 y 36 kilos. Pueden ser sólo un cojín elevador que sitúa al niño un poco más alto, o bien un cojín elevador con respaldo (en ocasiones desmontable).
En cualquiera de los casos el cinturón de seguridad tendrá que sujetar a la altura de la clavícula y de la cadera. Las sillas del grupo 3 se pueden utilizar indistintamente en los asientos delanteros como en los traseros.
Por encima de 135 centímetros de altura, los niños pueden dejar de usar alzadores, siempre y cuando la parte superior del cinturón no les sujete la clavícula. En ese caso deberían seguir usando un cojín alzador.
Lo que está por venir: Sistemas de Retención Infantil i-Size
Todo esto es como ha venido siendo hasta ahora, pero existe una nueva normativa europea que ha nacido con el objetivo de facilitar la elección de las sillas infantiles: la norma de homologación ECE R129, o también conocida como norma i-Size (con i de ISOFIX).
No son normas excluyentes, sino que convivirán al menos por un tiempo. La norma i-Size ya ha sido publicada en el BOE y se pueden adquirir asientos de este nuevo tipo, pero como es algo tan nuevo no haya demasiada oferta. Aunque, por ejemplo, Bebeconfort ya ha sacado uno al mercado.
La novedad principal es que se suprimen los grupos de los que hemos hablado anteriormente y se pasan a establecer distinciones por peso y estatura máxima. También se promueve que hasta los 15 meses de edad las sillas se puedan colocar mirando hacia atrás para mejorar la seguridad y también se exige para pasar la homologación el aprobado en una nueva prueba de impacto lateral en la que se utilizan maniquíes de nueva generación.
Los asientos i-Size vienen a ocupar el espacio de las sillas que cuentan con arneses propios para sujetar al niño y la silla a su vez se ancla al chasis mediante ISOFIX. Posteriormente vendrán las fases 2 y 3 que deberían ocupar el espacio de las sillas que sujetan al niño ya con el propio cinturón de seguridad del coche. Pero eso aún está por venir.
Toyota ya dispone de sillas ISOFIX específicamente diseñadas para cada etapa del crecimiento de los niños según su estatura. Así en su catálogo de accesorios podemos encontrar desde las G0 Baby Safe Plus (226,09€) hasta la G2/G3 Kid (275,29€ con ISOFIX, 174,74€ sin ISOFIX), pasando por la G1 Duo Plus ISOFIX (358,46€).
Cómo anclar bien la silla
Antes hablábamos de que para colocar las sillas hay que cogerle el truco en caso de que sea mediante el cinturón, porque generalmente hay que pasar la correa por unos alojamientos que habitualmente están bastante ocultos en la parte trasera o simplemente pasar la cinta por ahí es bastante laborioso.
Los sistemas de anclaje ISOFIX que se llevan empleando desde hace unos años son una idea que le facilita el trabajo a los padres y convierte la labor de colocar el asiento infantil en dos simples gestos que no llevarán más de unos pocos segundos.
Para saber si nuestro coche cuenta con este tipo de anclaje basta con mirar los asientos donde nos encontraremos la etiqueta donde pone claramente ISOFIX en los dos alojamientos de la parte baja de cada respaldo que los tenga equipados. En esos huecos se introducen los dos extremos de la base del SRI en cuyo interior tenemos unas “pinzas” que se agarran con firmeza a unas barras que forman parte del chasis del vehículo.
Una vez con la parte principal sujeta bastará con extender verticalmente la pata desplegable con la que cuentan estas sillitas hasta que quede bien apoyada contra el suelo. De esta manera, además de ir apoyada sobre el asiento del coche, evitaremos incómodos cabeceos de la sillita en fases de aceleración o deceleración.
Por si aún queda alguna duda de cómo colocar el SRI bien anclado a su lugar, aquí os dejamos una explicación muy gráfica.
Mejor hacia atrás
Más allá de los tipos de sillas y sus formas de colocación, es recomendable tener en cuenta que los niños pequeños son especialmente vulnerables en caso de impacto y que cualquier silla que nos permita colocar al niño mirando hacia atrás ofrecerá un extra de seguridad. Hay numerosos defensores, de hecho hasta se habla de una posible obligatoriedad, de colocar a los pequeños en posición contraria a la marcha mientras nos sea posible tanto por el tipo de silla como por el tamaño del niño.
Según un estudio de la publicación Injury Prevention, los niños menores de dos años tienen un 75% menos de probabilidades de fallecer o resultar heridos graves en un accidente si están mirando hacia atrás. Otros estudios hablan de que esta posición inversa puede ser hasta cinco veces más segura.
En caso de colisión, el cuerpo queda más protegido y además anularemos las consecuencias del efecto látigo, algo especialmente importante con sus cuerpecitos en desarrollo cuya musculatura no está formada.
Errores que no hay que cometer
Sigue las instrucciones
Quienes diseñan estas sillas normalmente se ganan el sueldo y nos facilitan la vida con unos simpáticos dibujos explicativos, y si están ahí es por algo, así que conviene que los sigamos al pie de la letra porque, como ya hablábamos al principio, la vida de nuestros pequeños está en juego.
Compañía
Si el trayecto va a ser algo más que un desplazamiento corto hasta el colegio y el niño todavía no se entretiene por sí mismo, es importante que alguien se siente junto a él para interactuar y que vaya lo más entretenido posible, sobre todo si son críos con un poco de nervio.
Que un niño se aburra y empiece a armar jaleo puede ser inofensivo, pero a nosotros posiblemente nos causará un estrés añadido innecesario que puede derivar en distracciones peligrosas.
Objetos
A mí por lo menos llevar el habitáculo despejado es algo con lo que casi podría rozar la obsesión pero si vamos a llevar niños es muy importante que no haya ningún tipo de objeto suelto que pueda salir despedido y convertirse en un proyectil que pueda hacer daño a nuestro hijo.
Cualquier cosa por pequeña o ligera e inofensiva que pueda parecernos es un arma potencial. Así que si simplemente con tener el coche recogido nos podemos evitar un susto, creo que merece la pena perder un rato limpiando el coche.
Escoge el cinturón correcto y bien abrochado
Con los cinturones es "difícil" equivocarse, porque si estamos usando una silla que tiene sus propios arneses para el niño y se fija al vehículo con el cinturón del coche, nadie sujetaría al bebé y a la silla sólo con el cinturón de tres puntos por delante, ¿verdad?
Todas las sillas que cuentan con correas propias son para usarlas de forma correcta, así que cuando coloquemos al niño en su silla es obligatorio que su cuerpo se mantenga bien sujeto, sin oprimir en exceso y con el arnés correctamente abrochado.
Nunca lo dejes solo
Aunque sea muy laborioso meter y sacar al niño del coche, no es admisible dejarle en el vehículo cerrado bajo ninguna circunstancia mientras nos vamos a hacer recados. Menos aún si estamos a pleno sol, donde, según la Sociedad Española de Pediatría, sólo son necesarios entre 30 y 60 minutos para provocar la muerte de un niño entre 1 y 5 años debido al exceso de calor.
Su asiento es intocable
Por grande que nos parezca que está nuestro hijo, tampoco debemos quitarle el respaldo de los del grupo 3 que lo lleven desmontable demasiado pronto, ni dejarles sentarse en el asiento delantero antes de tiempo.
Tú eres el ejemplo
Y lo más importante de todo: debemos dar ejemplo. Somos la principal influencia de nuestros hijos en todo momento, aunque no les estemos hablando, y si ven que nosotros somos los primeros que no nos abrochamos el cinturón nada más subirnos al coche entenderán que quizá no sea algo tan importante. ¡Hay que predicar con el ejemplo!
Fotos | Chris Weigand, TammyDZ, Tricia, Juhan Sonin, Wikimedia, Toyota