No son pocas las peticiones que existen en change.org para denunciar, pedir o modificar la instalación de rotondas o glorietas. Se trata en la mayoría de los casos de peticiones a nivel local, bien para eliminar alguna rotonda que ya existe y causa problemas a los usuarios, o bien para todo lo contrario, instalarla en lugar de algún cruce.
Las rotondas son algo sobre lo que los conductores no acaban de ponerse de acuerdo. Hay mucha información contradictoria y multitud de opiniones con mayor o menor consistencia, pero cuando hablamos de un tema como este más nos valdría a todos tener el mismo criterio.
Una de las peticiones que nos ha llamado la atención es la que pide a la Dirección General de Tráfico que por fin haya una normativa específica para estos entornos bajo el título “No más conflictos: una normativa sensata común de uso de las glorietas”.
¿Son tan especiales?
En España las rotondas comenzaron a generalizarse en los años 90, se tiene constancia de la primera rotonda en la localidad de Palmanova, Mallorca, en 1976, pero no fue hasta 2003 cuando se recogió el término glorieta en el Reglamento General de Circulación. Quedando definido de la siguiente manera:
“Se entiende por glorieta un tipo especial de intersección caracterizado por que los tramos que en él confluyen se comunican a través de un anillo en el que se establece una circulación rotatoria alrededor de una isleta central. […]”
Aquí viene el primer tema de discusión. ¿Se trata entonces de una intersección?
¿HAY QUE ACTUAR COMO SI FUERAN UNA INTERSECCIÓN? ¿UN TRAMO NORMAL DE CIRCULACIÓN GIRATORIA? ¿UNA INTERSECCIÓN ESPECIAL?...
El planteamiento de Alberto Rodriguez, la persona que firma la petición en Change.org, hace especial hincapié en el hecho de que el Reglamento habla del término intersección cuando se refiere a la glorieta: “en el propio Reglamento se recoge que una glorieta es un tipo de intersección, ¡de intersección!, especial. Pero la DGT nos cuenta la historieta de que es una vía cualquiera, a la que se le aplica una norma general. Repasemos: tipo especial de intersección a la que se le aplica una norma de circulación general de una vía. ¿No resulta un tanto incoherente? ¿Qué norma general es ésa? La de circular siempre por la derecha”.
Lo cierto es que se escucha con frecuencia que las rotondas son “un tramo de vía circular” donde se deben conducir igual que se hace en una vía urbana o interurbana según el lugar en que se encuentre la rotonda, es decir en caso de que se circule por vía interurbana se ha de circular por el carril derecho, y en caso de vía urbana por aquél que más convenga a la situación del tráfico e interés del conductor.
Redundando en este tema, los pasados 1 y 2 de septiembre la Guardia Civil publicó en Twitter dos comentarios sobre las rotondas que causaron numerosas observaciones y posturas enfrentadas que sobre todo reflejan en cierta medida el desconcierto de los conductores al abordar esta situación.
Debes abandonar las rotondas desde el carril derecho..NO seas listillo cruzando desde el interior
— Guardia Civil (@guardiacivil) September 1, 2016
Ahora cede un RT pic.twitter.com/afn725QFRR
Todos los conductores pasamos por una autoescuela para obtener el permiso de conducir, ¿qué nos dicen allí acerca de este tema? Para Felipe Cogolludo, director de Autoescuela Balmaseda, las glorietas son efectivamente intersecciones (zona en la que confluyen dos o más vías) y, para ser más precisos, son intersecciones especiales cuya circulación es giratoria.
LAS DIFERENCIAS DE CRITERIO A LA HORA DE UTILIZAR LOS CARRILES EN LAS GLORIETAS SON FUENTE INAGOTABLE DE CONFLICTOS
“Cuando la importancia de las vías que acceden a la intersección es similar, la solución más adecuada, en especial para zonas urbanas, será la glorieta, cuya circulación se realiza dejando la isleta central a mano izquierda del conductor y, en este caso, como excepción, los vehículos que se encuentran dentro de la calzada circular tienen preferencia sobre los que se incorporan a ella, a pesar de llegar por su derecha”. Nos indican desde la autoescuela.
Sin embargo, la frontera que separa un planteamiento de otro es demasiado delgada, y según el peticionario de change.org, Alberto Rodriguez, “Que una glorieta funcione como una autovía no es un argumento que pueda ser tomado como lógico, en absoluto. Es un disparate. Una glorieta es un cruce, una intersección. No puede ser cierto que sea una autovía, ni siquiera es una vía, pues es un cruce de otras, pero no una en sí misma, y así lo recoge el Reglamento General de Circulación”.
¿Cambios de carril dentro de las rotondas?
Según la petición, el funcionamiento de las glorietas debería seguir tres sencillas pautas básicas.
La primera sobre el uso de los carriles, en la que pone especial énfasis en que “en las glorietas no se permitiría el movimiento de trenzado. Es decir, estaría terminantemente prohibido cambiarse de carril”.
En este punto surgen numerosos conflictos, ya que se da la situación de que un conductor pase directamente del carril central a la salida, cortando el paso a un conductor que circule por el carril derecho. Ahora bien, en este escenario este segundo vehículo debería haber salido por una salida anterior.¿Quién tiene preferencia?
La segunda pauta hace referencia al carril exterior: “Una persona que circula por el carril exterior, obligatoriamente, tendrá que salir por la salida inmediata o, como tope irrebasable, por la siguiente. Es decir, nunca un conductor que va por el carril derecho podrá pasar de su segunda salida desde que entró en la glorieta (entendamos segunda salida como seguir de frente)”. Por lo que según esto, en su opinión aquellos que realizan una glorieta permanentemente por el carril exterior (ir hasta la tercera salida o sucesivas) son los verdaderos causantes de los conflictos.
Este último punto no encaja completamente con la formación que se da en la autoescuela. Felipe Cogolludo nos cuenta que “se nos hace muy difícil enseñarles a circular correctamente por las glorietas ya que los conductores han tomado como costumbre salir de la glorieta desde los carriles interiores, lo que conlleva a provocar situaciones de mucho riesgo. Es uno de los ejercicios más peligrosos que abordamos diariamente con nuestros alumnos”.
En este sentido, Felipe nos indica que existe una gran variedad de diseños de glorietas, pero en todas ellas el alumno/conductor debe tener en cuenta los mismos principios: ceder el paso a quienes están dentro de ella y escoger el carril que considere más adecuado en función de la salida que vaya a tomar; una vez dentro, tiene preferencia el vehículo que está ocupando un carril respecto al que va a acceder a él; y, para salir de la glorieta, es imprescindible situarse previamente en el carril exterior; y si no ha sido posible, efectuar un nuevo giro para colocarse con tiempo en esa posición.
Y por último, en lo que se refiere al acceso, las posturas tampoco son las mismas. En la postura de la petición en change.org se dice: “los vehículos que pretendan acceder a la glorieta lo harán siempre que haya un hueco en la circulación anular, independientemente del carril por el que circulen los vehículos del interior de la glorieta. […] La única excepción a este punto se dará cuando, el que accede al carril exterior con un vehículo a la misma altura en el carril interior, vaya a girar a la derecha, única y exclusivamente, pues no hay cruce de trayectorias (un vehículo que venga por el carril interior continuará en la glorieta o bien, saldrá en la misma salida por el carril izquierdo, puesto que tiene que mantenerse en su carril)”.
Desde Autoescuelas Balmaseda nos hacen hincapié en que durante los exámenes prácticos para la obtención del permiso de conducir y según criterio aplicado por los examinadores de tráfico, como norma general se accederá a la glorieta desde el carril más situado a la derecha, pudiéndolo hacer desde los interiores si las circunstancias de la vía o el tráfico lo aconsejan o para adelantar.
¿Cómo se señaliza entonces?
En este caso, también nos encontramos con dos situaciones.
Para la teoría de la petición, habría que indicar con el intermitente hacia donde queremos girar. “Es decir, si queremos girar a la derecha, señalizando dicha maniobra con el intermitente derecho o si queremos girar a la izquierda o cambiar de sentido señalizando ambas maniobras con el intermitente izquierdo hasta comenzar la salida, que se usará el intermitente derecho”.
No es exactamente como se indica en las autoescuelas en las que se enseña que se empleará el intermitente derecho para señalizar el cambio de carril si estamos en el carril interior y queremos cambiarnos al carril exterior para desde allí abandonar la glorieta, y si ya estamos en el carril exterior para indicar la salida que vayamos a tomar, nunca en la entrada a la glorieta. El intermitente izquierdo se utilizará excepcionalmente en caso de ser necesario para advertir a otros conductores que en ese momento estén en la glorieta de nuestra intención de seguir bordeándola por el carril más situado a la derecha, siendo de especial importancia su empleo en vehículos de dos ruedas debido a su vulnerabilidad.
Las turbo rotondas
Desde la instalación de la primera turbo rotonda en la villa de Grado, en Asturias, en 2009, han sido muchas las turbo rotondas que se han ido instalando en diferentes zonas.
Se trata en principio de mejorar la fluidez y la seguridad ya que no hay carril exterior que es el principal causante de problemas en las rotondas tradicionales, y los carriles nos guían desde la entrada de la turbo rotonda hasta la salida.
LA COLOCACIÓN DEL CONDUCTOR EN LA ENTRADA A UNA TURBO ROTONDA ES FUNDAMENTAL. ESTE SISTEMA PROPORCIONA MAYOR FLUIDEZ.
Algo muy importante es que el conductor tiene que tener muy claro dónde colocarse al entrar en la turbo rotonda, ya que, por ejemplo, si quiere continuar recto y entra por el carril derecho, el carril le sacará de la rotonda por la primera salida a la derecha.
Como conclusión, podemos decir que esta situación es cuanto menos muy preocupante, ya que por una parte existen dos criterios que muchos conductores tienen muy claro, pero por desgracia son incompatibles, y por otra parte hay otros muchos que sencillamente no saben cómo hay que afrontar una rotonda.
Vistos todos los argumentos, y seguro que a falta de un sinfín de detalles y diferentes situaciones, se hace imprescindible que todos los usuarios sigamos el mismo criterio, y en definitiva, todos juguemos con las mismas reglas para evitar conflictos en estas zonas.