
En medio de la guerra arancelaria que EEUU ha declarado a todo el mundo, y a la que ha respondido China con nuevas tasas adicionales a los productos estadounidenses, Europa y China pueden sacar mutuo beneficio gracias a los importadores chinos de gas natural.
Por culpa de sus propios aranceles, no les sale a cuenta importar desde EEUU el gas natural licuado (GNL) para el consumo nacional, así que lo están revendiendo. Esencialmente a Europa. Esto favorece a las empresas chinas, que están haciendo evidente negocio. Pero también a Europa: necesitamos y mucho el gas porque, tras el invierno, las reservas están al mínimo.
Una solución para China y para Europa
China es el mayor importador de el gas natural licuado (GNL) del mundo, aunque ya está intentando reducir su dependencia y comenzar a producirlo dentro de su fronteras. Lo compra sobre todo a Australia o Qatar, pero también a EEUU: en 2024 representó un 5 % de sus compras de gas. El problema es que, como cualquier bien estadounidense, los importadores chinos ahora tienen que asumir el arancel adicional del 34 %.
Dado que los contratos son a largo plazo, las energéticas de la República Popular seguirán comprando GNL estadounidense. Pero les sale mucho mejor revenderlo a otros mercados. Más si cabe desde la última subida a las tasas de importación impuesta desde Pekín.
En realidad, China lleva 60 días sin importar GNL estadounidense: desde que la República Popular ya le impuso una tasa del 15 %. Ha sido el periodo más largo en cinco años, lo que demuestra las tensas relaciones comerciales entre ambos países. Y gran parte de esa importación ha acabado en Europa: en lo que llevamos de 2025, los importadores chinos han revendido una cantidad equivalente al 70 % comercializado en todo 2024, afirma la analista de gas Kpler LNG Insight a Reuters.
Tendencia que irá a más. Sinopec, una de las estales energéticas chinas, ha contratado la compra de 1 millón de toneladas métricas anuales de GNL al exportador estadounidense Venture Global. De momento ya ha revendido todos sus cargamentos de abril.
Y otras cuatro firmas chinas aseguran haber estado colocando sus cargas en Europa y otros países asiáticos en las últimas semanas. Por cercanía desde las costas de EEUU, Europa se presenta como una buena opción: trayecto más cortos, menos costes de transporte.
¿Gas más barato para Europa? El próximo invierno, Europa puede tener un serio problema con el gas. Según Bloomerg, los inventarios de gas europeos finalizaron la temporada 2024-25 a un tercio de su capacidad. El mayor depósito de Alemania, en Rehden, está a un alarmante 7 %. Se estima que llenarlo el próximo invierno supondrá 2.000 millones de euros a los precios actuales.
Pero si el revendido por China aumenta la oferta de gas, el precio podría bajar lo que es una estupenda noticia para los bolsillos de los hogares europeos que pagarán la calefacción y el agua caliente a menor coste. Y van contra reloj: la Unión Europea ha exigido que los centros de almacenamiento se rellenen al 90 % de su capacidad antes del 1 de noviembre. La temporada de compra empieza ahora, en abril.
Esto también podría beneficiar a España, ya que cerca de un 70 % del gas natural es GNL importado, contando con seis plantas regasificadoras. El 30 % proviene de gaseoductos, en su mayoría de Argelia.
Imágenes | Banco de imágenes (Pexels)