
La resistencia se organiza frente a los aranceles de Donald Trump. En la guerra comercial declarada por Estados Unidos, nadie se libra, ni siquiera los pobres pingüinos. Las exportaciones de la Unión Europa se ven aplicadas un arancel del 20%, salvo en el caso de ser automóviles, así como piezas y recambios para estos. Serán entonces del 25%.
Algunos países han decidido responder con más aranceles para los productos estadounidenses y más trabas, como China y su control sobre las tierras raras, esenciales en los productos tecnológicos, ya sean un televisor o un coche eléctrico. La Unión Europea es más precavida. Responder con más aranceles, sería hacer pagar el pato al consumidor europeo. La propuesta de aranceles del 0% recíprocos entre EE.UU. y la UE no gustó al presidente Trump. Ahora, Europa busca nuevos acuerdos de libre comercio con Asia, empezando por India.
Buscando nuevos aliados comerciales
Más que buscar devolverle el golpe a Donald Trump, la UE intenta buscar nuevos mercados para sus empresas, con nuevos acuerdos de libre comercio. Si los Estados Unidos de Donald Trump no quieren hacer negocios, allá ellos. Europa los hará con el resto del mundo.
Así, la Comisión Europea está sacando de sus cajones todos los proyectos de acuerdos comerciales que habían permanecido en barbecho durante años. Hace poco se firmó la primera asociación comercial y de inversión entre la UE y Sudáfrica. Asimismo, a finales de año podría concluirse un acuerdo global de libre comercio con la India, mientras se aceleran las negociaciones con Indonesia y Tailandia.
India y la Unión Europea quieren alcanzar un acuerdo de libre comercio para finales de 2025. “Hemos pedido a nuestros equipos que trabajen para lograr un acuerdo de libre comercio mutuamente beneficioso para finales de este año”, declaró Narendra Modi, tras reunirse con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, hace un mes.
Este deseo se produjo en un momento en el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tensó las relaciones transatlánticas, en particular al discutir la guerra de Ucrania directamente con Rusia, y amenazar con un aumento generalizado de los aranceles aduaneros estadounidenses. Cosa que hizo esta misma semana.
La UE es el mayor socio comercial de la India, con un comercio de bienes por valor de 124.000 millones de euros en 2023, es decir, más del 12% del comercio total de la India, según Bruselas. Este mercado en expansión ofrece oportunidades clave para Europa, pero sigue estando protegido por elevados derechos de aduana. De hecho, solo representa el 2,2% del comercio de mercancías de la UE. En particular, Bruselas pide que el mercado indio se abra a sus automóviles y alcohol.
En cuanto a automóviles, no va a ser una tarea fácil. En 2024, Estados Unidos y el Reino Unido fueron los principales destinos de las exportaciones de coches de la UE, con 38.900 y 34.300 millones de euros, respectivamente. Les seguían China, con 14.500 millones de euros, Turquía, con 12.000 millones, y Suiza, con 8.500 millones. Estados Unidos es, en términos de valor, el primer mercado para los coches de la Unión Europea.
Enfrente, India ve como la demanda de turismos no muestra signos de desaceleración. Al contrario, con una población activa en rápido crecimiento y una clase media con ingresos disponibles cada vez más altos, muchos indios pueden permitirse un coche. India podría convertirse en el tercer mercado automovilístico del mundo en 2030.
El problema para Europa es que el mercado automovilístico indio, con 4 millones de unidades anuales, es uno de los más protegidos del mundo, y los fabricantes nacionales han argumentado que una reducción drástica de los aranceles acabaría con la inversión en fabricación local al abaratar las importaciones.
Empresas como Tata Motors y Mahindra & Mahindra han presionado especialmente en contra de la reducción de los aranceles a la importación de vehículos eléctricos, alegando que perjudicaría a un sector en el que han invertido mucho y en el que tienen previsto inyectar más dinero.
India ha propuesto una reducción inmediata de los aranceles sobre un número limitado de coches de gasolina hasta el 70% desde más del 100% y, a continuación, llevar a cabo más reducciones por fases hasta bajar al 30%.
En cuanto a los coches eléctricos, los fabricantes indios no quieren reducciones en los aranceles hasta 2029, seguidos de una reducción gradual de las importaciones limitadas al 30%, según Reuters. Actualmente, el país grava con un derecho de aduana de hasta el 110% los vehículos eléctricos importados. India rebaja ese arancel al 15% para los modelos importados en el límite de 8.000 unidades al año siempre y cuando su fabricante se comprometa a fabricar en India e invierta al menos 500 millones de dólares en cinco años en el país.
Por otra parte, el mercado indio es muy diferente a los mercados occidentales tanto a nivel de demanda como a nivel técnico. Por ejemplo, la clientela prefiere los coches baratos. El Top 10 de ventas indio está dominado por las versiones locales de los Suzuki, Swift, Wagon R y Baleno, así como por pequeños SUV urbanos de Hyundai y Tata. Es un mercado en el que Renault (Dacia) o Skoda, pro ejemplo, tendrían mucho que decir.
A nivel técnico, las carreteras en pésimo estado del país hacen que los coches suelen equipar muelles altos y neumáticos de perfil alto, lo que implicaría invertir en el desarrollo de la adaptación de modelos europeos para India.
La India y la UE llevan varios años en conversaciones comerciales y en febrero acordaron concluir el acuerdo a finales de 2025, en un intento de suavizar el impacto de los aranceles.
Imágenes | Dacia, Hari Mangayil, Maruti Suzuki, Nomad