El despliegue de esta quinta generación de conectividad inalámbrica dará comienzo a la era del Internet de las Cosas, las Ciudades Inteligentes y la conducción autónoma. Esto supondrá un gran impulso para mejorar la seguridad vial y reducir el número de accidentes; pero sobre todo supondrá un punto de inflexión en la transformación de nuestra movilidad.
5G, más que velocidad de descarga
Mientras esperamos en 2021 la llegada definitiva de la conectividad 5G (por ahora solo tenemos 5G Non-Standalone, esto es, el que aún usa las infraestructuras 4G), nos podemos ir haciendo una idea de lo que supone este cambio en los protocolos de comunicación. Muchas operadoras nos lo venden como "X veces más rápido", como si esto fuera como abrir el grifo de los megas; pero lo cierto es que nos beneficiaremos del cambio en muchos aspectos:
- Mayor velocidad : Según las operadoras, el 5G Non-Standalone será entre 5 y 10 veces más rápido que el 4G, y a su vez el 5G Standalone 10 veces más rápido que el anterior. Ello permitirá velocidades de descarga de hasta 20 Gbps
- Menor tiempo de latencia : Esto es, el tiempo que tarda en moverse los datos dentro de la red. Con el 5G se prometen latencias de entre 1 y 2 milisegundos, lo que supone comunicarnos prácticamente en tiempo real.
- Mayor capacidad de la red : Nos referimos aquí al número de dispositivos que se pueden conectar al mismo tiempo en el mismo punto. ¿Te ha pasado que en un concierto multitudinario el internet se "colapsa" de tanta gente conectada a Internet? Con el 5G Standalone se multiplicarán por cien las conexiones simultáneas permitidas.
Con todo ello se promete una experiencia de navegación online como si estuviéramos trabajando en local. El ejemplo más recurrente es el del streaming de video (15 segundos de FHD en un segundo), pero los beneficios irán mucho más allá.
Coches mejor conectados para recorrer la smart city
Como hemos visto arriba, una de las grandes posibilidades del 5G es que permitirá un mayor número de dispositivos conectados, y que estos puedan comunicarse a una mayor velocidad, prácticamente en tiempo real. Esto es fundamental en el desarrollo del Internet de las Cosas, con el que cada vez son más los dispositivos que tenemos conectados a internet: smartphones, wearables, televisores, electrodomésticos…
Pero no solo tendremos nuestras cosas conectadas; la idea es que todo a nuestro alrededor esté conectado. Llevamos décadas hablando de la smart city y la Ciudad 4.0, en la que los pasos de cebra se iluminarán al acercarse un peatón, los semáforos se coordinarán entre ellos para mejorar la fluidez del tráfico, o las farolas se ajustarán según la luz para mejorar la eficiencia energética. Todos estos avances (y muchos que están aún por llegar), realmente no mostrarán todo su potencial hasta la llegada del 5G, que permitirá plagar la ciudad de sensores y nodos de comunicación.
Con todo ello, la ciudad podrá conectarse con nosotros y nuestros objetos conectados, y prestarnos sus servicios justo en el momento en que necesitemos. Uno de esos objetos que conectaremos será nuestro coche , que como hemos visto en Espacio Toyota está cada vez más conectado. Desde nuestro punto de vista, nos servirá para recibir avisos de emergencia, servicios de infoentretenimiento o enviar mensajes mientras conducimos; desde un punto de vista más amplio, se trata de la creación en la ciudad de una inmensa red de sensores y dispositivos que permitirá mejorar la seguridad vial y gestionar el tráfico de manera más eficiente. Y sí, también permitirá guiar a nuestro coche autónomo de una manera tan milimétrica y eficaz que casi parecerá transporte público.
Inteligencia artificial más "inteligente"
En estos párrafos estamos hablando de smartphones, smart TV, smart cities y en general de un sinfín de cosas smart que parecen pensar por sí solas. El boom de la inteligencia artificial ha llevado también a muchos fabricantes a añadir la coletilla smart o AI a los nombres de sus productos: cámaras que activan el modo noche cuando hay poca luz, auriculares que se apagan cuando los dejas sobre la mesa o televisores con reconocimiento de comandos de voz. Pero lo cierto es que estos dispositivos tienen poco o nada de inteligentes, simplemente cuentan con sensores y órdenes preestablecidas.
Lo que realmente define a una inteligencia artificial es su capacidad de aprender , lo que se denomina machine learning. Este método de procesamiento de datos consiste en la mejora de las funciones y capacidades de un sistema a medida que va recibiendo inputs o datos de entrada; lo hace a través de redes neuronales artificiales , conjuntos de nodos interconectados que imitan el comportamiento del cerebro humano. Un ejemplo sencillo pero fácil de entender es el del teclado predictivo de nuestro teléfono, que realiza predicciones cada vez más acertadas a medida que toma datos de nuestros mensajes, correos electrónicos, redes sociales....
El machine learning y las redes neuronales artificiales ya se utilizan para mejorar la seguridad vial; por ejemplo, introduciendo los datos de los accidentes de tráfico, se pueden detectar los tramos de carretera más peligrosos y los problemas que presentan, incluso si a simple vista no son detectables. Pero la recopilación e introducción de estos datos en las redes neuronales se tiene que realizar en muchas ocasiones de manera manual. Con la llegada del 5G y la hiperconectividad de vías y vehículos, este proceso podrá automatizarse y realizarse casi en tiempo real, pudiendo alertar a conductores al instante ; como los avisos de tráfico lento del Google Maps, pero a mucha mayor escala.
Realidades virtuales más completas para la nueva industria
Otra de las tecnologías que verán potenciadas sus capacidades con el 5G es el de la Realidad Virtual, Aumentada y Mixta. Las nuevas redes no solo permitirán que podamos disfrutarlas en dispositivos y espacios conectados de forma inalámbrica, como nuestro vehículo; sino también que las experiencias sean más enriquecedoras y cuenten con mayor valor para los usuarios. Ya hemos visto en Espacio Toyota lo que estas tecnologías puede ofrecer al vehículo conectado y al vehículo autónomo.
También hemos visto las muchas aplicaciones de la VR/AR/XR en los sectores productivos : desde formación en autoescuelas o talleres, hasta fabricación de vehículos en plantas de producción. La llegada del 5G permitirá trabajar de forma colaborativa con cualquier parte del mundo, testear los sistemas de seguridad en cualquier tipo de condiciones y mostrar las características de un prototipo antes incluso de tener cualquier modelo físico.
Esta será una de las caras más visibles de la nueva Industria 4.0, pero no la única. Con las capacidades del 5G, los sectores productivos se verán beneficiados de todas las mejoras que hemos visto en conectividad, internet de las cosas, inteligencia artificial, realidad virtual… Todo ello permitirá un mayor control de todos los procesos productivos y una mayor automatización de las tareas; veremos robots industriales fabricando los vehículos casi de principio a fin, y a los operarios de fábrica controlando todo el proceso desde una sala aparte.
Como vemos, el 5G y los que vengan son los que permitirán mejorar más y más las distintas tecnologías, y sacar a la luz otras tantas nuevas. En este sentido, los nuevos protocolos de comunicación suponen a la larga las llaves que irán abriendo las puertas de la innovación.
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