Por el motivo que sea no todos los conductores vamos a la misma velocidad, y cuando esas circunstancias, la maniobra que viene después es el adelantamiento.
En esta maniobra normalmente hay dos participantes, por una parte el vehículo que adelanta y por otra el vehículo adelantado. Uno y otro tienen sus derechos y obligaciones, se trata de una maniobra de riesgo ya que se puede producir una colisión frontal.
Según el Reglamento General de Circulación se trata de una maniobra consistente en sobrepasar a otro vehículo, pero dicho concepto debe ser matizado ya que no se considera adelantamiento el que los vehículos de un carril circulen más rápido que los de otro cuando la vía está saturada, ni tampoco, cuando los vehículos que circulan por los carriles de aceleración o deceleración lo hagan a mayor o menor velocidad que los de los carriles principales.
Velocidades y distancias
Si antes de adelantar a otro coche tuviésemos que plasmar en un papel todos los cálculos matemáticos y físicos necesarios para hacer esta maniobra, las filas de vehículos serian interminables. De forma automática tenemos en cuenta la velocidad de nuestro vehículo, la del que vamos a adelantar, la distancia que necesitamos, el giro del volante, etc… Vamos, que llenaríamos bastantes folios si tuviésemos los conocimientos adecuados.
Se trata por tanto de una maniobra que se debe realizar con mucha precisión, requiere destreza y experiencia y para ello lo primero es estar en plenitud de facultades para conducir y para decidir.
Antes de adelantar
Damos por hecho que no se nos pasa por la cabeza realizar la maniobra en zonas prohibidas ni conduciendo bajo condiciones que impidan la maniobra como saturación de tráfico o condiciones meteorológicas adversas. En situaciones normales, en primer lugar es necesario tener visibilidad adecuada, no solo de los vehículos que vienen de frente, sino también del espacio al que me quiero incorporar una vez realice el adelantamiento.
Pegarnos al coche que tenemos delante y sobre todo, si es un camión, nos resta visión e incluso podemos llevarnos una sorpresa cuando adelantemos al encontramos un pequeño vehículo, moto o incluso una bicicleta que circule por delante suyo.
Aunque debemos circular normalmente por la derecha y lo más cerca posible del borde de la calzada, si es necesario podemos arrimarnos al eje de la calzada para observar los vehículos que circulan en sentido contrario y asegurarnos de la situación existente delante del vehículo que pretendemos adelantar.
Con toda esta información podemos decidir si es conveniente intentar o no la maniobra, posteriormente volvemos a nuestra posición. Con cierta frecuencia se ven a conductores que como norma general ocupan parte de la calzada contraria de forma continuada.
Pero ¿Y si alguien ha pensado antes que nosotros adelantar? Solución: Mirar por el espejo retrovisor. Imprescindible siempre que queramos hacer cualquier maniobra.
El adelantamiento
Con todas estas comprobaciones realizadas señalizaremos e iniciaremos la maniobra. El carril contrario se debe ocupar el menor espacio de tiempo posible. Da igual que tengamos mucha visibilidad y estemos seguros de que no viene nadie de frente. Una vez rebasado el vehículo señalizamos y volvemos a nuestro carril.
Esta maniobra se hace especialmente complicada en cambios de rasante, curvas de visibilidad reducida, en las que por norma general está prohibido adelantar, pero que en algunos casos una falsa sensación de seguridad por parte del conductor le lleva a intentar el adelantamiento.
Con la finalidad de que el coche entre con más fuerza en esta maniobra, se puede reducir una marcha si es necesario.
Al igual que el vehículo que adelanta tiene sus obligaciones, también las tiene el vehículo que es adelantado. Sabiendo que lo principal es que tenga visibilidad, como vehículos adelantados debemos movernos hacia la derecha y durante el adelantamiento no aumentar la velocidad para que la maniobra se realice en el menor tiempo posible, por su seguridad y por la nuestra.
Adelantando a los más vulnerables
La exposición al riesgo de los usuarios más vulnerables como motos o bicicletas en esta maniobra se incrementa de forma exponencial, cualquier impacto puede suponer graves lesiones, ya que la carrocería son los propios conductores u ocupantes. Para realizar la maniobra de adelantamiento se suele incrementar la velocidad, con lo que las consecuencias son más graves.
El incremento de estos vehículos, tanto en ciudades como en carreteras es notable y las previsiones de crecimiento son al alza. En las cifras de accidentes también suponen un número cada vez mayor.
Según un informe en el que se analizaron los accidentes graves en los que estuvieron implicados motoristas entre el 1 de enero de 2014 y el 30 de junio de 2016 publicado por el Centro de Estudios Ponle Freno-AXA de Seguridad Vial, más del 45% de los motoristas que fallecen en accidente de tráfico lo hacen a causa de adelantamientos indebidos o invasiones del carril contrario.
En el caso de los ciclistas en el que la inestabilidad y el equilibrio de conductor juegan un papel fundamental, se hace indispensable respetar la distancia lateral. En otro estudio realizado por la misma entidad, se constataba que uno de cada 5 vehículos no mantenía la distancia lateral de seguridad cuando adelantaba un ciclista.
La tecnología al servicio del conductor
Si la precisión es vital en las maniobras complicadas, la ayuda de la tecnología puede salvar más de una vida, ayudándonos a detener el vehículo en el momento preciso a mantener la distancia de seguridad o conservar la estabilidad del vehículo. El Grupo Continental Automotive, entidad activa dentro del proyecto multinacional VisionZero, ha desarrollado tecnologías revolucionarias que se pueden encontrar en la mayoría de los coches modernos hoy en día: ABS, ESC y EBA, con el fin de conseguir el ambicioso pero necesario objetivo de cero muertes, cero lesiones y cero accidentes.
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