Cuando haces a propósito algo malo pero que nadie sabe que está teniendo lugar, normalmente no acudes raudo y veloz a entregarte ni te disculpas: lo haces si te pillan. Algo así como el "lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir", que se refería más a un "no volveréis a enteraros de lo que he hecho". Con el Grupo VAG ha sido lo mismo desde que estallara el Dieselgate, que contaba además con un oscuro capítulo de maltrato animal.
Un grupo de investigación financiado por Volkswagen, Daimler, Bosch y BMW pensó que era buena idea iniciar un experimento en 2014 en el que se demostrara, con resultados falsos, que el diésel no era tan dañino como todos pensaban y metieron a 10 monos macacos cynomolgus en una cámara de gas inhalando el humo de un Beetle, que además había sido manipulado. Ahora piden disculpas.
Pedir perdón cuando te han pillado
"Pedimos disculpas por la mala conducta y la falta de juicio". "Estamos convencidos de que los métodos científicos elegidos entonces estaban equivocados. Hubiera sido mejor prescindir de tal estudio".
Esta es la disculpa que ha hecho pública el consorcio alemán, tal y como informa Bloomberg. Por su parte, BMW, Daimler y Bosch se han desvinculado del experimento: "Creemos que las pruebas con animales en este estudio fueron innecesarias y repulsivas". "Nos distanciamos explícitamente del estudio", dijo Daimler en un comunicado.
Según Volkswagen, el Grupo Europeo de Investigación sobre Medio Ambiente y Salud en el Sector del Transporte (la organización que llevó a cabo el estudio), cesó sus actividades el año pasado y el proyecto no llegó a completarse.
Tal y como informa The New York Times, la organización no llevo a cabo ninguna investigación por sí misma, sino que contrató a científicos para realizar estudios que defendieran el uso del diésel.
Como ya explicamos hace unos días, los experimentos tuvieron lugar en 2014, utilizando 10 monos macacos cynomolgus, una raza utilizada ampliamente en experimentos médicos. Los ingenieros de la compañía supervisaron la instalación de una cinta rodante que permitiría a los vehículos funcionar con rodillos mientras los animales aspiraban el humo de los tubos de escape y veían dibujos animados.
Además, el Volkswagen Beetle utilizado estaba equipado con un software ilegal que reconocía cuándo el automóvil estaba siendo probado en una cinta rodante, produciendo emisiones artificialmente bajas.
El Grupo VAG ha demostrado esa 'máxima real' de "si me pillan pido perdón", y así lo ha hecho, a medias con el engaño masivo de sus motores diésel, y ahora con uno de tantos experimentos que habrán tenido lugar en esta industria y en otras tantas. Si se filtrara material gráfico de que Chanel testa sus productos en animales, también pediría perdón, pero nada cambiaría.
Una decena de primates habrían sido cruelmente envenenados a diario y el mundo seguiría girando y los consumidores comprando. Siguiente tema de actualidad.