Tesla acaba de anunciar que ha aumentado la autonomía en dos de sus retoños, el Tesla Model S y el Tesla Model X, lo que ha conseguido sin necesidad de aumentar el tamaño y capacidad de su batería: gracias a ciertos ajustes a nivel mecánico ambos modelos mejoran su eficiencia. Además, Tesla estrena en los mismos una nueva suspensión adaptativa y también ha reducido sus tiempos de carga.
Tesla ajustaba recientemente la gama de sus modelos más veteranos, la berlina Model S y el SUV Model X, que en sus variantes 100D y P100D pasaban a denominarse Gran Autonomía (Long Range) y Performance respectivamente. Y tomando como referencia los primeros, ha optimizado varios frentes de su mecánica, que se traduce en un ligero aumento en su rango de autonomía.
Así, los Tesla Model S y Model X Gran Autonomía, que equipan una batería de 100 kWh de capacidad, ofrecerán ahora un rango de 595 kilómetros (370 millas) y 523 kilómetros (325 millas) en ciclo de homologación EPA.
Y todo ello llega para sumarse a las últimas novedades que incluyen nuevas funcionalidades en el Autopilot, y de la subida de precio recién aplicada el pasado mes de marzo precisamente en los Model S y Model X Performance y Long Range.
Ligeros ajustes para mejorar lo presente
La marca de coches eléctricos californiana asegura en un comunicado haber optimizado los dos motores que equipan ambos modelos, que pasaban a finales de 2017 a ofrecerse únicamente en tracción total: el propulsor síncrono de imanes permanentes delantero y el motor de inducción posterior. Además también han ajustado sus sistemas de refrigeración o lubricación, así como la reducción de fricciones.
Todo ello contribuye, según Tesla, a incrementar la autonomía de ambos modelos en un 10%, tanto en su variante de Autonomía Estándar (Standard Range) como de Gran Autonomía (Long Range), siendo su eficiencia ahora superior al 93%. Asimismo, las prestaciones en cuanto a aceleración también han mejorado aunque en este caso la marca no desvela cifras.
Esta mayor eficiencia va acompañada en los Model S y Model X de una mejora en su sistema de recarga, que aumenta su potencia y por tanto reduce el tiempo de carga: enchufados a un Supercargador V3 son ahora capaces de alcanzar los 200 kW, mientras que llega hasta los 145 kW en los de tipo V2.
Por último, Tesla anuncia que el software que gestiona la suspensión neumática adaptativa de ambos automóviles eléctricos ha sido ajustado en pos de ofrecer mejores niveles de confort a mayores velocidades al absorber aún más eficazmente la irregularidades del terreno. Y las novedades se cierran con nuevas opciones de llantas.
