El momento de desarrollo tecnológico que estamos viviendo en el mundo de la Automoción es apasionante. Las promesas de una conducción autónoma que llegará por fases, dando prioridad a los sistemas de asistencia a la conducción para desembocar en la teórica completa toma de control del vehículo por parte del mismo vehículo, han dado un importante espaldarazo a la investigación entre los principales fabricantes.
El último que ha alzado la mano para mostrar sus avances es Ford. Bajo el ocurrente título 'Project Nightonomy', Ford nos muestra el trabajo realizado sobre el Ford Fusion (Ford Mondeo, en nuestro mercado) para lograr que la berlina se mueva en la oscuridad como ningún humano podría hacerlo.
En pleno desierto de Arizona, en la pista de pruebas que utiliza Ford para sus desarrollos, los ingenieros de la marca del óvalo azul muestran cómo se puede prescindir de las cámaras, que dependen de la luz visible, para guiar un coche por trazados sinuosos. Todo, gracias a los sensores LiDAR funcionando con el software de conducción virtual del coche.
LiDAR: donde los radares y las cámaras no ven
LiDAR es el acrónimo de 'Light Detection And Ranging', una tecnología ya utilizada en Geología, Sismología y Física de la atmósfera que permite calcular la distancia desde un emisor láser hasta un objeto o superficie utilizando un haz láser pulsado. En la prueba realizada por Ford, los sensores LiDAR emiten 2,8 millones de pulsos por segundo, para determinar la posición del vehículo respecto al entorno.
La información captada por esta tecnología se compara al momento con los mapas en 3D de alta resolución que posee el vehículo y que incluye información sobre la carretera, las señales de tráfico, la geografía, la topografía y ciertos puntos de referencia, tales como señales, edificios o árboles. De hecho, ahora mismo el punto crítico podría estar más en la actualización de los mapas, que en la detección de objetos.
En entornos de trabajo científicos, la tecnología LiDAR se prefiere a los radares tradicionales por su mayor velocidad de respuesta y su menor sensibilidad a perturbaciones atmosféricas, entre otras muchas ventajas que presenta. En el terreno de la conducción autónoma, los LiDAR permiten prescindir de la luz visible para que los vehículos puedan conducirse a sí mismos en la oscuridad.
Lógicamente, la conducción autónoma está planteada no sólo con el uso de LiDAR. Cualquier fabricante de los que está experimentando con estos desarrollos trabaja a la vez con LiDAR, radares y cámaras, pero es importante que en conducción nocturna los LiDAR puedan funcionar de manera independiente, sin necesidad de iluminación externa, ya que esto facilita el control del vehículo en condiciones de visibilidad muy reducida, como podemos ver a continuación.
Según la NHTSA, la tasa de mortalidad de ocupantes de vehículos durante la noche puede ser "hasta tres veces mayor que durante el día". Es casi obvio que no toda esa diferencia guarda una relación directa con la cantidad de luz que ilumina el asfalto, pero al menos esa parte la podrían cubrir los LiDAR en un futuro. De hecho, es probable que, si la reducción de costes lo permite, los sensores LiDAR lleguen algún día a la carretera, como ya lo hicieron tecnologías que a nuestros abuelos les parecían de ciencia ficción.