No me arriesgo a equivocarme si digo que Brembo es la marca de sistemas de frenado más conocida del mercado, pero a pesar de ello la casa italiana no quiere dormirse en los laureles y ahora pretende poner los discos carbocerámicos a disposición de una clientela mucho más amplia.
Los beneficios de los frenos fabricados en material carbocerámico son múltiples y van desde la mejora en la resistencia a la fatiga de un elemento tan básico para la seguridad, la reducción del peso de las masas no suspendidas y el consiguiente aumento de las capacidades dinámicas a una duración mucho mayor sin revisión de unos 300.000 km.
Gracias a un acuerdo de colaboración con el grupo SGL, una compañía especializada en la producción de componentes de fibra de carbono, la nueva sociedad que van a formar va a enfocar todos sus esfuerzos en desarrollar este tipo de frenos carbocerámicos para vehículos generalistas, invirtiendo para que los costes de los mismos se puedan ver reducidos y por tanto sean utilizados en un numero de coches mucho más amplio.
Ningún superdeportivo que se precie puede prescindir de ofrecer hoy estos discos carbocerámicos en opción, y muchos comienzan a montarlos de serie, pero el precio de los mismos nunca baja de 6.000 euros a pesar de que la factura del auto en cuestión siempre habrá superado los 100.000 euros.
Brembo y SGL aspiran a facturar 70 millones de euros con esta nueva tecnología gracias a su “allanamiento”, pero será un proceso largo ya que ahora mismo la fabricación de los discos carbocerámicos requiere diversos procesos manuales y semiautomáticos.
La clave reside en desarrollar nuevos productos que puedan ser automatizados completamente, ya que el incremento del volumen es la única manera de abaratar el coste de una tecnología que, a parte de las ventajas dinámicas ya comentadas, aporta un plus de seguridad a la hora de conducir.
Imágenes | GTRBlog.com, Fourtitude.com
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