En el año 2006, la ciudad de Nueva York contaba con poco más de 800 km de carril bici. En 2020, la ciudad norteamericana ya tenía más de 2.250 km de carril bici. Gracias a ello, unas 900.000 personas se mueven en bici por sus calles de forma regular.
Una buena parte de estos ciclistas se enfrenta a un problema recurrente: la presencia de otros vehículos en el carril bici. Ahora, un proyecto de ley plantea una solución sencilla y eficaz para cortarlo de raíz: premiar a los ciudadanos que denuncien a los infractores con una comisión en forma de porcentaje de la multa en forma.
Como un trabajo cualquiera
Cada día, miles de neoyorquinos se mueven en bicicleta por los más de 2.000 kilómetros de carril bici que hay en su ciudad. Todos ellos se enfrentan al mismo problema: la presencia de camiones o coches en el carril reservado para la circulación de ciclistas.
A menudo, estos vehículos obligan a los ciclistas a abandonar el carril bici y circular por las vías convencionales para salvar el obstáculo y seguir su camino. Por un lado, eso provoca que la fluidez del carril bici se vea seriamente perjudicada, por otro, conlleva un riesgo para ciclistas y conductores, que tienen que compartir calzada cuando podrían circular cada uno por su carril.
Las autoridades son conscientes de este problema, pero no son capaces de solucionarlo. Por eso, el YouTuber Casey Neistat decidió denunciarlo públicamente a través de sus vídeos, criticando además al Departamento de Policía de Nueva York por multar a los ciclistas que utilizan la carretera, en lugar del carril bici.
¿Cómo lo hizo? Estampándose contra todos los vehículos que obstaculizasen el paso de los ciclistas en el carril bici y grabándolo en vídeo, incluso llegó a chocar contra un vehículo de policía. Tuvo una repercusión enorme.
Más de diez años después, mantiene su particular cruzada porque el problema persiste. Pero los vídeos que ha subido a lo largo de todo este tiempo parece que han servido para algo, aunque no precisamente para que los camiones, coches y autobuses dejen de utilizar el carril bici.
A principios de este año, un proyecto de ley registrado por varios políticos neoyorquinos propuso atajar el problema a través de la colaboración ciudadana. El objetivo es que las personas que denuncien a los infractores se lleven una parte de la multa, concretamente el 25% de los 175 dólares de la sanción que conllevaría obstaculizar el carril bici con un vehículo.
Casey Neistat se ha hecho eco de ello y ha mostrado en uno de sus vídeos lo que habría que hacer para denunciar a los infractores y llevarse 43,75 dólares por cada denuncia, el equivalente a 44,5 euros al cambio actual.
Según Neistat, en tres horas se encuentra con ocho vehículos estacionados en el carril bici. Cuando los ve, saca su teléfono móvil, hace una foto para dar veracidad a la infracción y llama a la policía para denunciar la situación.
Sus cuentas son sencillas: ocho infractores a razón de 175 dólares de multa cada uno supondrían 1.400 dólares para la ciudad de Nueva York y el 25% de esa cantidad debería ser abonada al denunciante, que se llevaría 350 dólares a modo de recompensa por ser un buen ciudadano.
El YouTuber va más allá y plantea la posibilidad de que alguien se lo tome como un trabajo y dedique tres horas diarias a denunciar durante cuatro semanas a la semana. ¿El resultado? Más fluidez en el carril bici y 72.800 dólares al año, unos 74.000 euros al cambio actual.
Puede parecer una locura, pero no lo es: un ciudadano de Nueva York ya se ha embolsado 125.000 dólares con una práctica similar. En 2019, la ciudad estadounidense puso en marcha una ley para denunciar a los conductores que estacionasen y mantuviesen el motor de su vehículo encendido. La multa asciende a 250 dólares y el denunciante tiene derecho a llevarse 87,50 dólares por reportar la infracción a las autoridades.
Este ciudadano, llamado Donald Blair, se dedicó a buscar infractores y denunciarlos. La ciudad le ha pagado ya 55.000 dólares y estará esperando el cobro de otros 70.000 dólares. Desde que se aprobó la ley, Nueva York ha recaudado 2,3 millones de dólares de esta forma y una cuarta parte de esa cantidad ha ido a parar directamente al bolsillo de los ciudadanos.
Por lo tanto, la situación que plantea Casey Neistat con el carril bici no es descabellada y seguro que serviría para agilizar la circulación de bicis en Nueva York, pero, sobre todo, para evitar miles de accidentes cada año.