En el reciente cambio legal, el Gobierno allanó el camino hacia la prohibición de los detectores de radar en primavera de 2014, cuando se reforme la normativa de tráfico (RGC). Actualmente los detectores se encuentran en un limbo legal por contradicción de la norma, favorable al conductor.
Eso se terminó, tal y como habíamos anunciado años atrás. Ahora viene la pregunta del millón, ¿qué pasará con la gente que usa detectores de radar? Pues básicamente quedan tres opciones: jugársela, retirarlos o desactivar la función de detección (permaneciendo como avisadores).
Recordemos que hay tres tipos de dispositivos "anti radares":
- Avisador: partiendo de una base de datos o información pública, avisa de la posible ubicación de un radar fijo o móvil, pero sin certeza ya que no los detecta. Seguirán siendo legales
- Detector: es capaz de captar las señales electromagnéticas o láser de los radares, avisando al conductor de su proximidad, ya sean fijos o móviles. Pasarán a estar prohibidos
- Inhibidor: produce interferencias en las señales de los radares, impidiendo su funcionamiento. Seguirán estando prohibidos
Convertir el detector en un avisador
Algunos dispositivos de detección combinan la función con la de avisador, utilizando una base de datos propia. Para "legalizarlos", bastaría con desactivar la función de detección, pasando a ser simples avisadores. Esto en teoría, en la práctica no sabemos si la simple tenencia del cacharro implicará sanción.
Todos sabemos que no es lo mismo un arma de juguete, que un arma de airsoft que una que dispara balas de verdad, pero sigue sin ser recomendable tener algo parecido a un arma en el maletero si nos hacen un registro. Pues no veo una diferencia excesiva en este sentido. ¿Es lo mismo TENER un detector que USAR un detector?
Hilando más fino, la función de detección se puede desactivar por debajo de cierta velocidad. Por ejemplo, podemos inhabilitarla por debajo de 30 km/h, de forma que sea "legal" si nos paran, y efectiva si nos topamos con un radar en nuestro camino y nos hemos despistado del límite o nos lo pasamos por el forro del asiento.
¿Qué pasa si nos sancionan?
Ya se aclaró la incertidumbre. El uso de detectores de radar se sancionará con 200 euros de multa y la pérdida de tres puntos del carné de conducir. Es una sanción grave, y equivale a un exceso de velocidad de segundo nivel, castigado de la misma forma.
Es decir, si nos pillan usando un detector el "palo" sería el mismo que si nos ponen una multa por circular a 151 km/h en una zona de 120 km/h. Eso, claro, si no cambian la tabla de sanciones actual. Si tenemos en cuenta el pronto pago, equivaldría a dos multas de esas en el aspecto económico.
Aplicando la misma lógica, equivale a dos sanciones leves por exceso de velocidad o a cuatro si aplicamos el descuento por pronto pago. Además, hay que tener en cuenta cuánto costó el aparato para evaluar su posible rentabilidad, por llamarlo de alguna forma.
Hay detectores de múltiples presupuestos, los más sofisticados, precisos y de mayor margen de detección --es decir, para pegar el frenazo-- son bastante más caros. Un detector más económico avisará con menos margen espacio/temporal, pero claro, eso depende de cuánto corremos o de cuánta tendencia tenemos a "despistarnos".
He estado evaluando esta tecnología desde hace meses, usando un detector en mi coche particular. Es un modelo de gama media, acorde a mi utilización del coche. Normalmente voy a velocidades legales, pero cuando no lo hago, no me voy jugando los tres puntos y 200 euros, sino 100 euros. Puede que me haya librado de tres recetas. Amortizado está.
Pero podemos aportar el siguiente criterio. Uno puede ser un conductor responsable y que no suele correr, pero tener un "mal día". Es decir, pasar a 120 km/h en una zona de 100 km/h por no ver la señal o por considerar una tontería total reducir a tenor de las circunstancias. Si hay multa, será de las gordas (200 euros) y no por "correr".
El Gobierno no quiere que los conductores detectemos los radares móviles, ya que los otros están señalizados siempre y salvo despiste supino, se pueden evitar. Por mucho que entrenemos la vista y la búsqueda de peligros, si se ponen detrás de un seto o una columna de autopista, a veces no se descubre al cazador hasta que ya nos ha cazado.
No soy conocido por hacer apología de la velocidad libre. Veo este tipo de aparatos como una forma de evitar un castigo injusto, no como una patente de corso para circular como en los circuitos. Si la función de un radar es reducir la velocidad, difícilmente se va a reducir si no se sabe de su existencia.
La finalidad de un radar queda en duda cuando solo sirve para recaudar, porque salvo que haya agentes esperándonos tras la foto para echarnos la preceptiva bronca, no reducen el riesgo para la seguridad vial. Y la función educadora de la sanción sirve de poco cuando es con efecto retardado y no digo nada si tarda mucho, ¡ni nos acordamos!
Detectar o no detectar, he aquí la cuestión
Se puede pasar por el aro, quitar el aparato, y proponernos el más estricto cumplimiento de los límites de velocidad. No es fácil y requiere una tremenda disciplina al volante, y desde luego, dejar de pensar y evaluar riesgos. Ya no valdrá eso de "ir a 120 km/h aquí no supone el menor peligro". Se va a 90/100 o lo que toque.
También se puede desafiar el sistema, pero con el evidente riesgo de que nos sancionen. Aunque la función detectora esté desactivada, el riesgo seguirá ahí, a criterio del agente de turno. Poner y quitar el detector cada vez que veamos un agente no es una opción cómoda, y si nos descubren haciéndolo, tampoco es inteligente.
El Gobierno echa un nuevo pulso a los conductores. Esta prohibición coincide con una reducción de límites de velocidad en casi toda la red secundaria de carreteras (actualmente limitadas a 100 y 90 km/h), y hoy no creo en casualidades. Veremos qué pasa al cabo de los meses, si los conductores actúan como ovejas o pagan con la misma manera: furtivamente.
¿Hay alternativas?
No obstante, esta prohibición no deja fuera del sistema al sistema Coyote, que no tiene deteccion, pero utiliza información en tiempo real que puede tener el mismo efecto. Un usuario de Coyote puede avisar a todos los demás de las cercanías de la presencia de un peligro (accidente, radar móvil, etc) sin violar la ley.
De hecho, el sistema Coyota es legal en países donde los detectores no lo son. Ahora bien, el éxito de esta tecnología depende del número de usuarios. Estuve probando un Coyote durante meses y la mayoría del tiempo iba solo, o con un "explorador" por delante de mi ruta. Así difícilmente es útil.
El Coyote será legal, pero tiene un coste anual inferior a la cuantía de la multa, que podemos interpretar como una "tarifa plana". ¿Acaba el Gobierno de dar el pistoletazo de salida a la masificación de Coyote en España? Pues es posible, su uso es masivo en países como Francia. Otra alternativa es Wikango, gratuita.
Evidentemente los conductores van a aprovechar hasta la última rendija de la legalidad (dentro y fuera del coche, somos españoles) en su beneficio. Si el uso de los detectores se convierte en un auténtico peñazo, incómodo y fuente de más disgustos, se usarán alternativas.
La solución tipo Coyote/Wikango es una de ellas, una red colaborativa de conductores que se van chivando a los demás, y eso ya bordea la ilegalidad (no se puede alertar a otros conductores de la presencia de controles). No hay detección, pero pueden permitir eludir la vigilancia de los agentes, y ya es hilar muy muy fino.
Hasta podemos relativizar sobre la seguridad vial y los detectores. Si hacen que el conductor aminore si no iba a hacerlo, mejor, a menos que pegue un frenazo y acabe provocando un accidente por ahorrarse 200 euros que se convierten en más. Siempre es preferible una sanción por velocidad que un guantazo.
Abrimos el turno de debate. ¿Pasar por el aro, seguir como hasta ahora o torear la Ley todo lo que se pueda?
Vídeo | "Youtube":https://www.youtube.com/watch?v=LVs-BW3dYPI En Motorpasión | "Detectores de radar: ¿legales, ilegales o alegales?":https://www.motorpasion.com/seguridad/detectores-de-radar-legales-ilegales-o-alegales (situación actual)