Guía para lavar el coche y conseguir un resultado de concurso. Conoce el Detailing (parte 1)
Muchos conoceréis lo que es el detailing, algunos lo practicaréis, para otros será su obsesión o quizá nunca habéis oído hablar de ello. Para estos últimos va dirigido este reportaje sobre el detallado o detailing en coches, el cuidado del aspecto exterior e interior del automóvil llevado al extremo. ¿Eres de los que te gusta llevar el coche impecablemente limpio? Va por ti.
Nos llega de Estados Unidos y, algo que hace sólo una década era totalmente desconocido en España, ahora es fuente de ingresos para un buen montón de trabajadores, ya sea mediante la venta y distribución de productos específicos o en talleres especializados que realizan este tipo de limpiezas exhaustivas.
¿Sólo para los tiquismiquis?
Y es que en esto de lavar el coche hay muchos niveles de acabado y exigencia, desde los terribles túneles de rodillos hasta el lavado a mano. Pero también hay grados a la hora de lavar el coche a mano, porque seguro que conoces a alguno que echa un chorro de Fairy en el cubo y se queda tan ancho pensando que está cuidando su coche porque lo lava con esponja.
No, hay todo un mundo de productos para cuidar el coche por fuera y por dentro, hay incluso diferentes tipos de acabados según los gustos personales (brillo, mate o satinado para las gomas, por ejemplo). Un mundo con respuesta para cuidar y mantener todo tipo de materiales y que te permitirá tener tu coche siempre como nuevo… no, mejor que nuevo, de exposición.
Pero lo que hay que tener muy claro es que no necesariamente hay que ser un auténtico experto en esto del detailing ni hacer de ello una obsesión para obtener buenos resultados. Utilizando los productos adecuados se aprecia una mejora notable aunque no seamos profesionales ni dediquemos mucho tiempo al cuidado del coche.
Y otro punto importante es que siempre es mejor lavar sobre limpio por dos motivos, es menos trabajoso y si dejamos que se acumule mucha suciedad es más fácil que se dañen las superficies por culpa de ésta o al retirarla. Así que no hay que ser perezosos, más valen tres lavados rápidos que uno cuando ya ni se sabe de qué color es el coche.
No vamos a entrar en detalles de marcas o diferentes tipos de acabados o variaciones dentro de un mismo producto, pero sí vamos a ver el proceso básico para tratar un coche por fuera y por dentro, algo que se puede hacer si el coche es totalmente nuevo pero también si ya tiene unos años y nunca se le ha cuidado así. En este último caso los resultados son más notables aunque lo ideal sería tratar el coche desde el primer día. Empezamos por el exterior.
Lavado
A mano, por supuesto, nada de túneles de lavado ni de chorros de agua a presión que dañan la pintura. Sí, ya sé que de lejos no, pero estamos hablando de subir de nivel en la limpieza de nuestro coche, así que toca manguera, cubo y… ¿bayeta? No es tan fácil y vamos a necesitar un par de herramientas mínimo para lavar todo el coche, aunque yo aconsejo tres: cepillo, bayeta y guante. Y ojo, nunca, nunca hay que dejar que se seque el coche estando enjabonado, así que nada de lavarlo al sol.
Cepillo para las llantas, una parte muy sucia del coche y de difícil acceso. Con un cepillo específico podemos llegar a cualquier rincón sin producirnos cortes ni raspones en las manos y sin ensuciarnos. Es importante limpiar no sólo el exterior de la llanta, también lo que no se ve, porque si no lo hacemos siempre quedarán chorretones de suciedad o saldrán en cuando circulemos sobre mojado.
Con ese mismo cepillo se puede limpiar la parte exterior de las llantas, pero es recomendable utilizar una bayeta para ganar en velocidad y lograr un mejor acabado, pero como es una parte muy sucia yo personalmente prefiero no utilizar el guante que uso para el resto de la carrocería.
Ahora sí, ahora vamos con la carrocería, mojamos con abundante agua y en nuestro cubo echamos un jabón específico para lavado de coches (hay muchos, de muchos precios y calidades a elegir). Lo mejor es utilizar un guante de lavado impermeable de lana natural (de cordero), mantienes la mano seca, llegas mejor a todos los rincones y la lana recoge muchísima agua, lo que arrastrará la suciedad sin dañar la pintura. Debemos usar dos cubos o uno con dos compartimentos, uno para limpiar el guante y otro para enjabonarlo y cargarlo de agua, así la suciedad que retiramos no la mezclamos con jabón y la volvemos a redistribuir por el coche.
El frotar se va a acabar y además que sí, empezamos por el techo, siempre de arriba abajo para no limpiar una parte y luego ensuciarla al lavar la superior. Además vamos por piezas para no perder la cuenta: techo, parabrisas, capó, aleta delantera, etc. Pasamos el guante sin dejar zonas sin lavar pero sin presionar, dejando que vaya soltando agua y acariciando la carrocería. Hay que mojar el guante en cuanto veamos que ya suelta poco agua y así por todo el coche.
Aclarado
No hay secretos con el aclarado, con gran cantidad de agua, poca presión y de arriba abajo. Sin poner el dedo en la punta de la manguera o utilizar un dosificador, mejor un buen chorro de agua que arrastre bien toda la suciedad y el jabón. Y de arriba abajo por lo mismo que antes, para ir de limpio a sucio y no estropear el trabajo ya hecho.
Si nos hemos retrasado un poco en el lavado y vemos que se nos va a secar alguna parte del coche conviene aclararla antes de que suceda y luego dar un aclarado general. Y hay que prestar especial atención a las uniones entre piezas y a las rejillas, debemos esmerarnos en estos puntos para arrastrar todo el jabón acumulado y que no se seque o luego aparezcan chorretones inesperados.
Tampoco hay que olvidar dar un buen manguerazo al interior de los pasos de rueda, que luego queda francamente feo ver un coche limpito con los pasos de rueda llenos de polvo o barro acumulado. Hay que cuidar los detalles, precisamente de eso se trata.
Secado
Sí, hay que secar el coche, no vale eso de centrifugarlo a 120 km/h. Si no lo secas quedan las marcas de todas y cada una de las gotitas acumuladas en la carrocería y los cristales. Y la forma ideal de secarlo es con una toalla o bayeta de microfibra, que no araña la pintura y tiene un gran poder de absorción.
Si usas bayetas que sepas que vas a necesitar unas cuantas para secar todo el coche (y más para otros procesos), por eso y por facilidad de uso es recomendable una toalla y si encima tiene bolsillos para colocar las manos, todavía mejor. ¿Por dónde empezamos? Adivina… Sí, por arriba y vamos bajando (una vez más).
Extendemos la toalla de microfibra en el techo y la deslizamos por toda la pieza sin realizar presión, ella solita se encarga de absorber el agua y dejar el techo completamente seco. Cuando ya tenemos el techo vamos bajando, cada uno tiene su rutina, yo paso al parabrisas, capó, aleta delantera, puerta delantera completa, puerta trasera, aleta trasera, zaga, lateral contrario en orden inverso para acabar en el frontal. Mientras no quede ninguna zona por lavar y se vaya de arriba abajo, cualquier orden es bueno.
Secamos carrocería y cristales, faros, cromados y anagramas… ¡todo! Lo que se quede sin secar no estará completamente limpio y quedarán marcas de las gotas de agua. Ah! no olvides los retrovisores que es muy normal olvidar la parte de espejo sin secar (verás que hay que pasar y repasar porque suele chorrear agua de la parte interior).
Y hablando de interiores… Es muy poco elegante tener un coche limpio y que al abrir la puerta toda la parte de chapa que queda al descubierto no esté limpia. Eso también hay que limpiarlo y lo ideal es hacerlo con esa bayeta que has usado para las llantas (debidamente aclarada) y luego también hay que secarlo. Ojo con las zonas poco accesibles que se acumula el polvo una barbaridad.
Cuidado de las gomas
Ya tenemos el coche limpio y seco, ya está más bonito que estaba. Pero hablamos de cuidar el detalle y en menos de cinco minutos podemos hacer que de estar bonito pase a estar muy bonito. Para ello necesitamos dos productos, uno es bastante conocido y el otro no tanto, os los presento.
Empezamos por el más popular, un protector para los flancos de los neumáticos. Aquí también tienes para elegir y también va en gustos, a unos les gusta que brillen y a otros no. A los vendedores de coches de segunda mano ni les preguntes, ellos van de cabeza a por el brillo porque así el neumático parece más nuevo. Yo sin embargo lo odio y me gusta que no brille pero sí que la goma se vea hidratada y bien negra, nada de un color parduzco o azulado.
Además de la función estética está la función de mantenimiento o protección, estos productos (los buenos, no los de la tienda de los chinos) hidratan la goma y mantienen sus cualidades. Coche limpio, seco y con neumáticos negros negros, con o sin brillo, eso ya al gusto. Nos queda un toque muy tonto pero que queda más que bien: hidratar las gomas de los marcos de las ventanillas.
También hay productos específicos con diferentes acabados, pero te voy a contar un secreto, un aliado espectacular aplicable a muy diferentes superficies del coche y también de casa si es necesario que te deja las gomas al dente si eres de los que pasas de los brillos: jabón neutro.
El botecito con dosificador en spray cuesta unos cinco euros, echas un poco en una toalla pequeña de microfibra y le das un repaso a las gomas exteriores de los marcos de las ventanillas. Adiós a las marcas de las gotas de agua. Y, bueno, ya que tenemos en la mano y que hemos abierto las puertas para limpiar las gomas también por dentro, le damos una pasada a las gomas de estanqueidad de las puertas y del maletero.
Ahora ya tenemos el coche limpio por fuera, seco y con los neumáticos y las gomas de las puertas hidratadas. Algunos lo tendrán así siempre, pero otros seguro que han descubierto novedades en el proceso. Hasta aquí lo que para mí sería un lavado exterior normal, nos queda ver una serie de procesos más concretos para el exterior y después pasar al interior, pero eso ya os lo cuento mañana ¿ok?
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