Potenciar Jeep, unir Maserati y Alfa Romeo y limitar Fiat: la nueva estrategia de Sergio Marchionne para FCA
El último plan industrial de Sergio Marchionne, que se presentará el 1 de junio, no va a gustar a muchos. Según fuentes de Bloomberg y Automotive News, Marchionne prevé potenciar Jeep, unir Alfa Romeo y Maserati en una única entidad financiera y limitar la expansión de Fiat y Chrysler a sus mercados locales.
De manera concreta, Fiat dejaría de vender coches en Norteamérica y China, mientras que Chrysler se vería limitada a una presencia en Estados Unidos y Canadá. En el caso de Fiat, la gama se centraría en el 500 y derivados, así como en el Panda, y su presencia se limitaría a Europa y posiblemente Brasil y Argentina.
En lugar de enfrentarse directamente a grandes grupos generalistas, como Volkswagen AG o Toyota, Marchionne prefiere centrar la actividad del grupo en marcas con una fuerte imagen y potencial. Las inversiones necesarias para poder resistir a Volkswagen o Toyota son de tal magnitud que le resulta imposible. Sin embargo, luchar en los segmentos premium con tres marcas de fuerte imagen (Jeep, Alfa Romeo y Maserati) es factible.
En Jeep está la salvación
Jeep es responsable del 70 % de los beneficios del grupo FCA, se convertirá en la pieza central de la nueva estrategia. Marchionne quiere multiplicar por dos las ventas de la marca para alcanzar las 1,4 millones de unidades en 2022.
El crecimiento se hará expandiendo la presencia de la marca en Asia, Brasil y Europa con la llegada de modelos híbridos enchufables (los primeros modelos PHEV de Jeep están previstos para 2019). Junto con Jeep, Marchionne potenciaría también RAM, la marca de industriales ligeros y pick-ups (556.000 unidades vendidas en EE.UU. en 2017).
En cuanto a Maserati y Alfa Romeo, no se trata tanto de que una marca absorba otra sino tratarlas a nivel financiero como si fuese una sola entidad. Aunque será inevitable que a nivel de producto haya algún tipo de sinergia entre las tres marcas. Y sí, habrá más SUV en las gamas de las dos marcas italianas.
Marchionne tomó las riendas del entonces enfermo grupo Fiat en 2004 y tras la compra del grupo Chrysler, convirtiéndolo en FCA, le ha devuelto a una cierta salud financiera. Y aunque sea un gigante de la industria y su valor en bolsa sea 10 veces superiores a su valor de 2004, FCA está en la cuerda floja. La deuda contraída al comprar Chrysler y unas marcas, salvo Jeep, que no terminan de despegar hicieron que Marchionne pensase en vender FCA al mejor postor.
Pero nadie se interesó realmente por el grupo. Y es que los herederos de Agnelli solo dos marcas de la galaxia que poseen interesaría a un inversor. Una es Ferrari, pero se sacó de FCA para evitar venderla, y la otra es Jeep. Sin embargo, Jeep sola no está en venta ¿qué haría entonces con el resto de marcas?
¿Nueva estrategia para vender FCA o para consolidar los buenos resultados del grupo?
De ahí que, si efectivamente se potencian Jeep y RAM, por una parte, y Maserati-Alfa Romeo por otra, algunos vean en esta estrategia una manera de ir saneando las cuentas y soltar lastre (Fiat, Chrysler, Dodge, numerosas fábricas a ambos lados del Atlántico) para eventualmente hacer de FCA, con una potente Jeep-RAM y una Maserati-Alfa Romeo que no pierde dinero, un grupo que atraiga un posible comprador.
Para Automotive News, la situación podría ser diferente. En Estados Unidos, la estrategia fue la de centrarse en los SUV y ha sido un éxito. En el primer trimestre de 2018, FCA publicó márgenes de beneficios superiores a los de Ford. Y Marchionne se ha propuesto obtener una rentabilidad superior a la de General Motors antes de que deje el puesto de CEO en 2019. Es más, a lo largo de 2017 FCA consiguió reducir su deuda industrial en 2.200 millones de euros.
Mientras tanto, se especula que Marchionne lleve corbata para su última presentación. Puede parecer una anécdota, pero al parecer le prometió a Elkann, el heredero de Agnellli y que controla FCA, Ferrari y el resto de marcas del imperio, que luciría corbata el día que haya conseguido borrar la deuda industrial que arrastra el grupo.
De hecho, este ha sido el mayor quebradero de cabeza para Sergio Marchionne: cómo conseguir devolver la deuda de 24.048 millones de euros al mismo tiempo que mantiene FCA en los números negros. Si lo ha conseguido, mañana llevarás corbata y será una muy buena señal para el futuro del grupo.