Los efectos de la pandemia de Coronavirus se siguen haciendo notar en los salones internacionales del automóvil. Tras la cancelación del Salón de París y del Salón de Nueva York por causa de la epidemia, el Salón de Ginebra de 2021 también peligra. Y ya no es por una cuestión de seguridad o salud pública. Son las propias marcas que presionan para que no se celebre, según los organizadores.
Steve Jobs presentó el 9 de enero de 2007 en el Mac World de San Francisco un aparato pequeño portátil que era al mismo un iPod, un teléfono y sistema de comunicación por internet. Similar al evento singular de Skynet en Terminator, este simple hecho marcó el inicio del fin de los salones del automóvil tal y como los conocemos. Y 13 años después, una pandemia generada por un microorganismo de entre 10 y 100 nanómetros detuvo el mundo y causó que se cancelasen todos los salones del automóvil. Y este podría ser el golpe de gracia.
Así, escondido en uno de los párrafos del último comunicado de la organización del Salón de Ginebra, se podía leer que los propios fabricantes no desean que se celebre la edición 2021 del evento.
Tras la decisión del Consejo Federal de prohibir los eventos multitudinarios pocos días antes de la apertura del Salón, la organización se vio concedida un préstamo del Cantón de Ginebra (el Estado de Ginebra, para entendernos) para compensar las pérdidas y seguir adelante. El préstamo de 16,8 millones de francos suizos (unos 15 millones de euros) ha sido finalmente rechazado por la organización del evento.
Incluso los fabricantes no estarían por la labor de un nuevo Salón de Ginebra
Las razones para finalmente no aceptar la financiación son varias, una de ellas es que la organización es una fundación y por cuestiones legales no podría de todos modos acceder a un préstamo público. Otra es política, pues en caso de aceptar el préstamo implicaría ceder la organización al recinto ferial Palexpo, (cosa que la fundación no quiere), y otra, que muchos fabricantes les habrían hecho saber que sería mejor posponerlo a 2022.
Con la incertidumbre que reina en la industria del automóvil actualmente, es normal que los fabricantes no quieran invertir en shows espectaculares y multimillonarios, cuales conciertos de rock, cuando han tenido la confirmación estos últimos meses que una presentación en streaming era mucho más barata y tenía una repercusión igual o mayor en la prensa que un gran evento en un Salón.
Hace ya tiempo que varias han emprendido el camino de dejar atrás los salones del auto y recuperar en parte el viejo concepto de los Motorama de General Motors de los años 50. Crear un evento exclusivo a la marca donde solo se habla de la marca y de sus nuevos modelos. Vamos, como un Macworld pero para una marca de coches. Audi, Ford y por supuesto Tesla ya lo han hecho con éxito.
Sin embargo, los salones del automóvil deberían volver a ser eventos para vender coches, no para presentarlos. Entre organizadores y fabricantes, se ha generado una suerte de carrera armamentística para ver quién ofrecía el mayor espectáculo. El problema con estos eventos de unas pocas horas es que si bien arrasan en los medios especializados y en redes sociales, no generan necesariamente tráfico en los concesionarios.
Es por eso que si bien es probable que los salones tal y como los conocemos desaparezcan, las marcas seguirán estando presentes en los salones regionales, donde lo importante no es lo que se presente, sino tener a toda la gama y más para poder vender y/o generar movimiento en los concesionarios en los meses siguientes al Salón.
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