Casi todos los fabricantes, menos los alemanes, pidieron a Europa elevados aranceles para los coches eléctricos chinos, con el objetivo de protegerse de sus bajos precios logrados gracias a ingentes ayudas del Gobierno chino. Ahora, dos fábricas españolas podrían fabricar coches eléctricos chinos. A la de Chery, fabricante de los Omoda y Jaecoo, en Barcelona, se le uniría la de Figueruelas, en Zaragoza, propiedad de Stellantis.
Desde hace varios meses, Leapmotor lleva a cabo el montaje final de su pequeño T03 en la planta Fiat de Tychy (Polonia), en el marco de su empresa conjunta con Stellantis, controlada por el grupo multinacional. El objetivo es eludir los aranceles punitivos aplicados a los coches “made in China”.
España le quita la fabricación del coche a Polonia
Con el Leapmotor T03 ensamblado en Polonia, la marca china debía producir allí el resto de su gama. La idea de Carlos Tavares, entonces CEO de Stellantis y promotor del acuerdo con Leapmotor, era así dar trabajo a la factoría de Tychy que tras el cese de la producción del Fiat 500 con motor de combustión en Europa se iba a quedar sin apenas coches que producir.
De hecho, al Leapmotor T03, Stellantis le ha asignado la producción de los Fiat 600, Jeep Avenger y Alfa Romeo Junior. Además, Leapmotor tenía previsto fabricar un nuevo SUV del segmento C, el segmento con más ventas en Europa.
Sin embargo, tras la puesta en marcha definitiva de los aranceles, el gobierno chino instó a sus fabricantes a que detengan sus grandes inversiones en los países europeos que votaron a favor de los aranceles.
En total, 10 países de la UE dieron su sí a las nuevas tasas, entre ellos, Polonia y Francia. Otros votaron en contra, como Alemania. España, por su parte, entre la espada (no herir a China y Alemania) y la pared (no herir al resto de Europa, empezando por Francia) decidió abstenerse. Ahora, podría sacar partido de su abstención.
La joven marca asiática planeaba fabricar en Polonia el Leapmotor B10, un SUV eléctrico compacto del segmento C presentado en el Salón de París de 2024 y anunciado para 2025. Sin embargo, siguiendo las recomendaciones del estado chino, puede que finalmente opte por otro país para su fabricación.
Al grupo Stellantis le sobran fábricas en Europa donde producir ese modelo. Así, el fabricante chino habría considerado la planta de Opel en Eisenach, Alemania, y la de Citroën en Trnava, Eslovaquia. Esta última podría tener una ventaja de peso por sus costes de mano de obra muy bajos.
Según fuentes internas de la Tribuna de la Automoción, sin embargo, la planta Opel de Figueruelas, Zaragoza, también está en liza. Y es que Leapmotor habría estado pidiendo presupuestos a proveedores locales en vista de la producción de un modelo en la planta Opel.
Todavía no hay una decisión firme, pero la planta zaragozana tiene ciertas ventajas para llevarse la producción de este modelo. Los costes laborales son más bajos que en Alemania, la fábrica acaba de recibir una subvención de varios millones de euros dentro del plan de electrificación de la industria española de cara a levantar una planta de baterías de LFP que estará operativa en 2026, gestiona conjuntamente por Stellantis y el fabricante chino CATL.
De confirmarse la llegada del Leapmotor B10 a Zaragoza, España contaría así con dos centros de producción de coches eléctricos chinos, Chery en Barcelona y Stellantis en Zaragoza. Serían también los primeros de Europa en estar operativos, adelantando así a la planta BYD de Hungría, todavía en construcción
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