El hidrógeno verde quiere ser la energía sostenible del futuro, pero se está dando de bruces con un pequeño problema: falta agua y no llueve

El hidrógeno verde quiere ser la energía sostenible del futuro, pero se está dando de bruces con un pequeño problema: falta agua y no llueve
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El hidrógeno verde o renovable se ha posicionado como una energía alternativa clave en la que la UE, EEUU o Japón están invirtiendo mucho dinero. Según datos de la Comisión Europea, en 2022 el hidrógeno representó menos del 2% del consumo energético de Europa y se utilizó principalmente para producir productos químicos, como plásticos y fertilizantes. El 96% de este hidrógeno se produjo con gas natural, lo que generó importantes emisiones de CO₂.

Por eso el hidrógeno verde es un objetivo, pero enfrenta un escollo: la sequía. Los datos muestran que una quinta parte de los proyectos de hidrógeno verde de EEUU se destinarán a zonas con escasez de agua, y en España casi la mitad de los proyectos que hay en torno al hidrógeno estarán en áreas de alto estrés hídrico.

Devolver el agua a la fuente original, la única forma de que sea sostenible

Una nueva planta de hidrógeno verde en el desierto de Sonora, Arizona, es el ejemplo perfecto de cómo las energías renovables y las nuevas tecnologías se enfrentan al problema que están intentando combatir: los efectos del cambio climático. Y uno de los más graves es la sequía. Esta planta, que funciona con energía eólica y solar, detalla Clean Technica, producirá hidrógeno como combustible para camiones a partir de una fuente de agua subterránea que, según los expertos, no es sostenible:

"Las 11.000 toneladas métricas de hidrógeno por año que el proyecto planea producir requerirán al menos 98 millones de litros, y utilizarán entre 121 y 170 millones de litros en total si se incluye el agua adicional necesaria para la purificación y la refrigeración, según las estimaciones de uso de agua del Laboratorio Nacional Argonne".
Irena
Necesidades de agua de aquí a 2050 para producir hidrógeno. Gráfico: IRENA.

Esto significa que si se incluye el agua necesaria para producir y hacer funcionar la energía eólica y solar, y si el agua sobrante de todos estos procesos no se bombea de nuevo a la fuente de agua superficial o subterránea, la planta podría consumir hasta 1.200 millones de litros de agua que desaparecerán. 

Es solo un ejemplo entre los muchos proyectos que hay en EEUU para producir hidrógeno verde, y varios se encuentran en zonas donde no llueve: de los 18 proyectos aprobados que requerirán una cantidad importante de agua dulce, cuatro se encuentran en zonas con estrés hídrico alto o extremadamente alto. En todo el mundo, la mayoría de los proyectos de hidrógeno verde se ubican en regiones con este problema, como Oriente Medio. Es decir, en áreas donde la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible. Se estima que para 2050 las sequías afectarán a más de las tres cuartas partes de la población mundial, y ya hay 25 países con estrés hídrico extremo.

De hecho en España más del 46 % de todos los proyectos operativos y planificados de hidrógeno azul y verde en España estarán ubicados en zonas con alto estrés hídrico en 2040, y más del 35% de la capacidad mundial de producción de hidrógeno verde y azul (en operación y planificada) se encuentra en regiones con alto estrés hídrico, con el hidrógeno gris acaparando la mayor parte de reservas de agua. Y va a ir a más.

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