En 2027, el histórico centro de producción de BMW en Múnich dejará de fabricar coches con motor de combustión interna después de un siglo fabricando coches gasolina. De hecho, las transformaciones llevadas a cabo en los últimos años y en los próximos meses permitirán que el centro se dedique al 100% a los coches eléctricos.
No es que BMW vaya a dejar de fabricar coches gasolina y diésel, sino que en la propia cuna de BMW ya sólo se harán coches eléctricos. Todo empezó hace unas semanas cuando salió de allí el último motor V8 fabricado en Múnich. Ahora, es oficial, de Munich sólo saldrán coches con motores eléctricos. El fabricante alemán habrá invertido cerca de 650 millones de euros hasta 2027 para llevar a buen puerto la transición hacia la movilidad eléctrica.
Para ello, BMW está construyendo cuatro edificios, entre ellos una nueva línea de montaje de vehículos y una nueva ala de carrocería y pintura. El grupo ya ha trasladado la producción de motores de combustión interna al Reino Unido y Austria, donde Magna-Steyr, que fabrica varios modelos para BMW, también fabricará los motores.
Este movimiento implica también que 1.200 empleados han recibido formación para diferentes estrategias de producción en Múnich o han sido contratados en otros centros de la red de producción.
Uno de cada dos coches que salen de Munich, es eléctrico
A diferencia de otros fabricantes de automóviles, BMW no ha fijado una fecha concreta para el fin de la producción de coches con motor de combustión. Como todos, se enfrenta a la normativa de la Unión Europea que prohíbe la venta de coches nuevos de gasolina y diésel en la UE a partir de 2035, aún así la marca se mantiene firme en su decisión de seguir fabricando ambos tipos de motores.
En todo caso, la decisión no es sorprendente. En la actualidad, los coches eléctricos representaron el 15% de las ventas del Grupo en 2023, proporción que debería aumentar hasta a un tercio de las ventas en 2026. Además, actualmente uno de cada dos coches que salen de la planta de Munich es eléctrico. Allí se fabrica, junto al BMW Serie 3, el excelente BMW i4.
La decisión de dejar de fabricar coches gasolina y diésel en Munich es altamente simbólica. BMW es una marca reputada por su excelencia como motorista (el mítico McLaren F1 equipa un V12 BMW, por ejemplo). Y en Municha está la sede central del grupo.
Junto a la torre que imita la forma de los cuatro cilindros de un motor, y el edificio del Museo BMW que representa una culata, ya no saldrá ningún coche con esos elementos en su mecánica.
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