Wayne Garnder es un nombre especialmente conocido por sus gestas sobre dos ruedas. Sus éxitos en el mundial de motociclismo le convierten en una leyenda. Ocasionalmente, las leyendas intentan algo nuevo tras retirarse. Ya sea por aburrimiento, por "mono" de carreras o por llegar a ser aún más grandes, se meten en mundos desconocidos. Algunos, consiguen tener éxito. Otros, no tanto. Seguramente, el máximo exponente de este tipo de jugadas es John Surtees, pero no es el único.
Tras ver como Eddie Lawson intentaba meterse en el mundo de las cuatro ruedas, debutando en la Indy Lights en 1992, Wayne Gardner sintió que él podía hacer algo parecido. Ambos dejaban el mundial de motociclismo en 1992 aún con una victoria por cabeza pero su tiempo se había terminado, según creyeron ellos mismos. Lawson se fue a hacer las américas y Gardner volvió a casa, a competir en el campeonato australiano de turismos. Después de tres temporadas con resultados ascendentes, decidió que el siguiente paso tenía que ser Japón en el emergente JGTC.
El debut con Toyota Team Sard
Aún sin saber si la aventura nipona le traería las satisfacciones necesarias para dejar el campeonato australiano de turismos, donde tenía su propio equipo, Gardner hizo un programa doble en 1996. Seguiría en el campeonato de casa, donde obtuvo su mejor resultado con un séptimo puesto final, y debutó en el All Japan GT Championship, conocido como JGTC. Al lado de Alain Ferté, compitió con el coche número 39, el Toyota Supra del Team Sard.
El debut oficial se produjo en Suzuka, donde no hubo nada que celebrar. Inicio complicado y sin puntos. A pesar del inicio desalentador, en la segunda carrera en Fuji llegó ya el primer podio para sorpresa de todos. El equipo funcionaba y Gardner, en su cuarta temporada en las cuatro ruedas, tenía la experiencia y velocidad necesarios para estar allí. Desafortunadamente, sería el único buen resultado del año aunque en volvió a puntuar en tres ocasiones más con un total de cuatro resultados en los puntos entre seis carreras, cinco disputadas.
Esto le daba a Gardner una décima posición final que no estaba nada mal para un debutante que entraba además directamente en el GT500, la principal categoría del campeonato. Ese mismo año volvió a estar dentro del top ten final en Australia, lo que le daba motivación pero también le causaba dudas sobre lo que debía hacer en 1997. Tantas dudas no podían ser buenas y al final, de competir en los dos campeonatos pasó a competir en uno solo... y a punto estuvo de no estar en ninguno.
Malos resultados con Toyota Team Power Craft
Para 1997 se tomó la decisión de centrarse en Japón pero esta vino tarde y para cuando el australiano se quiso buscar la vida, no había volantes disponibles. Tuvo suerte de conseguir que el Team Power Craft le diera un volante en tres carreras, pero los resultados no acompañaron. Lo mejor fue un sexto puesto en la última carrera del año, en Sugo. Había sido un año sin alegrías pero por lo menos sus actuaciones le valieron que el equipo lo eligiera como uno de los pilotos fijos de cara a 1998.
La tercera temporada de Gardner en Japón no fue mucho mejor. El ex-campeón del mundo de 500cc se vio acompañado por Minoru Tanaka y sus resultados dejaron mucho que desear una vez más. Tres resultados en los puntos y lo mejor, un séptimo puesto de nuevo en el circuito de Sugo, que otra vez volvía a ser la última carrera del calendario. Gardner tenía mayores capacidades que las que el equipo podía aprovechar, hecho evidente tras dos años en los que el resultado final era un vigésimo puesto en 1997 y un décimoséptimo en 1998.
Tras los malos resultados, en 1999 el Team Power Craft no seguiría en el campeonato y por lo tanto a Wayne Gardner le tocaría un cambio de aires. Aún así, fue inteligente y decidió buscarse la vida en otro equipo Toyota. A fin de cuentas, su experiencia de tres años con el Supra era valiosa, aunque no hubiera muchos resultados positivos de los que hablar. Finalmente, consiguió convencer al Team LeMans que él tenía que ser su hombre en 1999.
Recuperando la forma con Toyota Team LeMans
Con el ex-piloto de Fórmula 1 Hideki Noda y un Toyota Supra de un equipo algo más competitivo, solo era cuestión de tiempo que los resultados llegaran. Al número 6, con una decoración bastante curiosa, le costó. Pero en la quinta ronda del campeonato, en el Fuji Speedway, llegó la primera gran alegría de Gardner en forma de victoria incontestable. Esta llegaba después de la decepción de la tercera ronda en Sugo, donde a pesar de la obtener la pole y la vuelta rápida, un abandono les había dejado sin el objetivo deseado y merecido.
A pesar de todo, 1999 había sido un año de altibajos y la victoria solo sirvió para llevar a Gardner hasta la duodécima posición del campeonato. Aún así, ya era un hombre ganador y se veía capaz de conseguir mucho más. De cara al año 2000 la decisión era fácil por parte del equipo. Tanto Gardner como Noda debían seguir a bordo y buscar esa regularidad que les había faltado el año anterior. La regularidad la consiguieron pero esta vez faltó velocidad.
Los puntos llegaron en seis de las siete carreras pero lo mejor del año fue un cuarto puesto en Fuji, donde la temporada pasada se habían impuesto. Al final, esto sirvió para que ambos pilotos compartieran la novena posición final, que por otra parte era la mejor que había conseguido Gardner en el campeonato. A pesar de todo, creyó que su velocidad sería más aprovechada en otros equipos y para la temporada 2001, hizo el paso definitivo de su carrera japonesa.
Buscando el título con Toyota Team TOM'S
Poco a poco, su experiencia con Toyota había ido fraguando una relación con la marca y al buscar un cambio de aires tras el año 2000, solo había un destino real. El mejor de todos para un piloto de Toyota; el equipos TOM'S del preparador más importante de la marca. Su compañero para el primer año con TOM'S sería el recientemente desaparecido Shinichi Yamaji, con años de experiencia en la categoría y con el suficiente talento como para combinar bien con Gardner.
La temporada fue particularmente inusual, con siete ganadores distintos en siete carreras. Uno de los coches que consiguió imponerse en una carrera fue el número 37; el segundo coche de TOM'S. La segunda victoria de Wayne Gardner y su tercer podio en la categoría llegó, como no podía ser de otra forma, en Sugo, donde siempre rendía a gran altura. Los demás resultados no acababan de convencer pero ¡el equipo llegó a la última carrera del año en quinta posición y con posibilidades matemáticas de llevarse el título!
Al final no pudo ser y aunque los tres primeros clasificados no consiguieron puntuar, el equipo Gardner-Yamaji no sacó los puntos suficientes como para imponerse y tras una mala carrera, tuvieron que conformarse con el sexto puesto final. Aún así, era el mejor resultado de Gardner en el JGTC y su equipo fue el único en puntuar en todas las carreras. En 2002, Gardner ocuparía el volante del coche más oficial de Toyota, el número 36 del equipo TOM'S.
Junto con Takeshi Tsuchiya, estuvieron a un nivel más que correcto todo el año, subiéndose al podio en Sepang y en Motegi. De nuevo volvieron a llegar con opciones matemáticas y reales de llevarse el título a la última carrera. Pero una vez más, una mala carrera combinada esta vez con buenas actuaciones de los rivales les relgaron a la séptima posición final. Para Gardner, eso era suficiente y con 43 años, decidió retirarse del mundo de las cuatro ruedas. Al final, no llegó a ganar el ansiado título pero un par de victorias, un puñado de podios y varias buenas actuaciones dieron fe de que su talento no dependía del número de ruedas.